Al anunciar que el nuevo Canciller de Colombia sería Álvaro Leyva Durán, el presidente electo Gustavo Petro despejó cualquier duda sobre la prioridad que tendrá el Ministerio de Relaciones Exteriores, a partir del próximo 7 de agosto: “Será una Cancillería de la Paz”, dijo. Y luego declaró que “del mundo esperamos todo el esfuerzo para superar nuestra violencia endémica”.
Leyva reforzó el mensaje diciendo que había recibido el encargo de “encabezar la política exterior y de paz (…) recuperar el sitio en dignidad que nos corresponde en el mundo” (…) y la integración latinoamericana”. Desde entonces, comenzó una serie de acciones indicativas de la determinación de priorizar la agenda por la paz.
No en vano, la primera reunión de Leyva, acompañado con el presidente electo, fue con el jefe de la Misión de la ONU en Colombia. El mismo día, tuvo lugar un encuentro con Francisco Palmieri, a cargo de la Embajada de los Estados Unidos. Dos días después con Juliette de Riveros, responsable de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Colombia. Veinticuatro horas después con el grupo de Embajadores de la Unión Europea en Colombia.
El dos de julio, dialogó con el embajador de Chile, quien transmitió el deseo del presidente Gabriel Boric de trabajar juntos por “la paz y la crisis climática”; y horas después, con los Representantes de Cuba y Noruega, países garantes del Acuerdo de Paz.
El cuatro de julio, Leyva comunicó que la Cancillería dará atención especial al capítulo étnico pactado en La Habana. Al día siguiente, recibió a una delegación del pueblo raizal de San Andrés y Providencia “preocupado por las decisiones de la Corte Internacional de Justicia” en el litigio limítrofe con Nicaragua.
Volvió a verse con Palmieri de la embajada estadounidense, acompañando a la vicepresidenta Francia Márquez, durante un “diálogo constructivo en materia de paz, política de drogas, ambiente, inclusión y migración”.
Horas después apareció en Berlín, acompañando a la delegación de la Comisión de la Verdad que fue a presentar a Europa y a las víctimas en el exilio el Informe Final para el Esclarecimiento de la Verdad.
La paz total, la protección de la Amazonía y la construcción de paz en los territorios, fueron abordados por separado con Tobías Lindner, viceministro de Asuntos Exteriores; y con Christiane Rohlerder, viceministra de Medio Ambiente. En el Bundestang recibió una Moción de la Coalición del Gobierno que apoyó la iniciativa de avanzar hacia la Paz Integral en Colombia.
En España se reunió con José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores quien, según Leyva, prometió apoyar los esfuerzos por una paz total y el cambio climático. Una semana después confirmaba a los reporteros en Colombia la disposición del nuevo gobierno para dialogar con nuevos actores armados ilegales y a retomar las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional.
Horas antes de acompañar en Bogotá al presidente electo y a Luis Gerardo Murillo, designado embajador de Colombia en Estados Unidos, a la reunión con la Delegación de Alto Nivel que envió el presidente Joe Biden, Leyva dijo que el triunfo del Pacto Histórico “abrió las puertas a la paz total” y que con Petro a la cabeza “se continúa estableciendo los pasos a seguir”.
Uno de esos pasos fue reunirse con el presidente, el vicepresidente y el secretario General de la Conferencia Episcopal y con Monseñor Héctor Fabio Henao –curtido como él en procesos de mediación y acompañamiento en negociaciones de paz – para reafirmar la invitación del presidente Gustavo Petro a la Iglesia católica a “vincularse a la paz total”.
Otro paso fue la acogida que el nuevo gobierno dio a la “Cumbre Humanitaria” celebrada en Bogotá, a la que Leyva asistió para recibir la propuesta humanitaria construida por representantes de ciento veinte procesos territoriales y comunitarios.
Leyva compartió la idea de que la paz total va más allá de las fronteras y que lo que se está viviendo en Colombia es algo inédito en el mundo porque va a demostrar que sí hay manera de hacer una paz total.
En un vídeo publicado por él en su cuenta de Twitter, el designado Canciller dijo que su misión, como política de Estado, es defender la paz como un derecho síntesis porque, sin ella, perecen todos los demás derechos.
El nuevo Canciller anticipó que promoverá “otras políticas de Estado” como la defensa de la democracia, la dignidad humana, la libre determinación de los pueblos (…), los derechos de las etnias (…) y el respeto a las diversas orientaciones y diversidades sexuales”.
Según él, desde Colombia “seremos los campeones de la defensa de la biodiversidad y los ecosistemas; de los mares, los bosques y selvas del planeta” pensando en los “derechos de los que están por nacer”. Para ello, subrayó, será necesario respetar y engrandecer la carrera diplomática.
Con los funcionarios de la Cancillería y con el designado Comisionado de Paz, Danilo Rueda, “alcanzaremos la paz total”, concluyó al presentar lo que llamó el “primer enunciado del camino por construir”. (FIN/CCH)