Jorge Eliécer, el desconocido que ganó la única medalla para Colombia en Seúl 1988

Sus puños fueron guiados por esos sueños de triunfar, de hacer historia en el deporte colombiano. Viajó a Seúl para actuar en los Juegos Olímpicos de 1988 y ante muchas miradas incrédulas, terminó colgándose la presea de bronce, que pudo ser oro. Esta es la historia del boxeador Jorge Eliécer Julio.

Este pugilista nació el 4 de abril de 1969 en el municipio de El Retén, Magdalena. Sus padres cuando era muy niño se lo llevaron para el vecino municipio Aracataca Magdalena y luego a San Onofre, Sucre.

Jorge Eliécer fue creciendo con la responsabilidad de ayudar económicamente a su familia, veía en el boxeo esa gran oportunidad, soñaba con emular a su primo Fidel Baza, quien fue campeón mundial.
En ese afán por sacar a los suyos adelante, se fue a vivir a Barranquilla. “A los 12 años tomo la decisión de irme a esta ciudad a vender fruta, aguacate y pescado”, relató el expugilista. 

En su instancia en la capital del Atlántico se le abrió la oportunidad de practicar boxeo. “Mi primo Fidel se mete a entrenador, yo también seguí atrás de él, pero lo hice por aprender defensa personal. Entonces en una pelea dicen que mi primo se ganó una medalla de oro, yo dije, yo también quiero ganarme una medalla de esas, debe costar un pocotón de dinero”. 

Jorge Eliécer, alternaba el boxeo con la venta en una carretilla por las calles de la arenosa Barranquilla. “Siempre tenía presente que todavía la vida no iba a ser un vendedor, que estaría gritando pescado, pescado. Una vez miré al cielo y dije yo toda la vida no voy a ser vendedor de pecado, Dios mío ayúdame, yo voy a ser campeón del mundo”, recordó el medallista olímpico.  

Ese camino no sería fácil para el retenero. En sus inicios, Jorge Eliécer se quería ‘comer el mundo’, en el cuadrilátero arrasaba con todos los adversarios, “no me ganaba nadie, entonces me ‘echaron’ al campeón nacional de ese momento que era Francisco Tejedor, yo le gano según los aficionados y mi entrenador, pero me dan perdedor, esa decisión me dio mucha importancia, tanto que pensé en el retiro. 

Campanazo a campanazo, el expugilista se ‘crecía’ en el ring y esas grandes actuaciones llamaban la atención de varios dirigentes del boxeo.“Un dirigente pone los ojos en mí y me dice que yo sería el nuevo medallista de los Juegos Olímpicos de nuestro país. Se dio todo para ir a la cita de Seúl”, recuerda.

Jorge Eliécer iría a la máxima contienda del deporte universal siendo un completo desconocido en la nación. “Antes de partir a encarar los juegos, yo le daba aliento a mi entrenador, él me decía hijo tú crees que vamos a lograr algo en los olímpicos; esa era nuestra realidad, cuando nos fuimos de Barranquilla, no hubo ningún periodista para tomarnos así sea una fótico. Le comenté a mi entrenador, no se preocupe, hoy salimos por la puerta trasera, pero cuando venga, aquí a esta ciudad, no habrá espacio para la gente que nos va a acompañar”.

Jorge Eliécer se fajó con los mejores en el peso gallo- 51-54 kilogramos en la capital de Corea del Sur. Comenzó su andar enfrentando al filipino Michael Hermosilla, a quien noqueaba en el tercer asalto. Luego superaba de manera contundente a Felipe Nieves de Puerto Rico. En su tercer combate venció al subcampeón de la categoría en ese momento, el alemán René Breitdarth.
En ese camino por el podio, en cuartos de final se veía la cara con el campeón asiático Katsuyuki Matsushima, rival que también observaba como lo decretaban como ganador.

El sueño del magdalenense estaba cerca, sin embargo, en una polémica pelea por avanzar a la conquista del oro, perdió por decisión contra el búlgaro Aleksandar Khristov.

“Yo debí ser oro, era la primera medalla dorada olímpica para mi país, pero en la decisión de los jueces vi algo raro, un movimiento que hasta sorprendió a Khristov cuando le levantaron los brazos como ganador, porque el búlgaro se llevó una paliza, la decisión no era 3-2, debió ser 5-0”. 

Jorge Eliécer no conquistó la cima del podio, pero regresó a casa como un héroe, con su medalla de bronce, “esos recuerdos siguen latentes, mucha emoción aún cuando recuerdo ese momento”. 

La historia del retenero no solo se quedaría con el metal bronceado, sino que tres años después, cuando el calendario marcaba el 9 de octubre de 1992 conquistaba el título mundial de peso gallo tras vencer por decisión unánime al estadounidense Eddie Cook en la Plaza de Toros de Cartagena.

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Pero como todo tiene su fin, al expugilista le tocó perder su corona. “Fue el momento más duro de mi carrera, no quería saber nada de boxeo, porque estaba acostumbrado a vencer”. Jorge Eliécer, quien años más tarde conquistó nuevamente el cetro mundial, se retiró en 2003, dejando un registro de 49 peleas disputadas, 44 ganadas y cinco perdidas.

Hoy este medallista olímpico y campeón mundial reside en los Estados Unidos, pero su corazón y sus recuerdos no lo separan de su natal Colombia y con nostalgia recuerda al municipio de El Retén, Magdalena, que lo vio nacer y donde celebraron como suyas cada una de sus épicas victorias en el mundo de los cuadriláteros.