Este lunes, 18 de diciembre, se conmemora el Día de la Población Migrante. Ad portas de ese importante día, creado como una manera de reivindicar los derechos de la población en proceso de movilidad humana, la agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género, ONU Mujeres, presentó un balance.
En términos generales, el número de personas migrantes en el mundo supera los 281 millones, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Dentro de ese grupo, siete millones son personas venezolanas en proceso de migración, lo que constituye "una de las diásporas más numerosas globalmente", según ONU Mujeres.
Dentro de las comunidades venezolanas en movilidad, al menos tres millones de personas se encuentran en Colombia. Ellas "enfrentan diversos desafíos y obstáculos", apuntó Naciones Unidas, incluyendo la dificultad para homologar sus estudios, la regularización de su situación migratoria, la xenofobia y, en el caso de las mujeres, la violencia de género.
De hecho, según la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), en América Latina y el Caribe una de cada cuatro mujeres en proceso de movilidad humana ha sufrido algún tipo de agresión. Es decir, las mujeres se enfrentan a un tipo específico de vulnerabilidad en los contextos migratorios, algo que ONU Mujeres "reconoce y visibiliza".
A partir de ese panorama, el papel de las organizaciones de la sociedad civil es crucial para proteger los derechos de las mujeres. Sin embargo, de acuerdo con ONU Mujeres, a nivel mundial apenas un 1% de la ayuda estatal destinada a la igualdad de género se dirige a las organizaciones y mujeres, una financiación que "no ha mejorado".
No obstante, ONU Mujeres y la Oficina de Población, Refugio y Migración de Estados Unidos (PRM) impulsan la iniciativa 'Más allá de las banderas, somos mujeres', con la que han brindado apoyo a 24 organizaciones de base comunitaria de mujeres migrantes y de comunidades de acogida en lugares del Caribe colombiano.
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El proyecto abarca lugares como Barranquilla, Cartagena, Soledad, Santa Marta, Riohacha y Maicao, zonas de la Costa donde se concentra la mayor cantidad de personas venezolanas migrantes. El proceso ha logrado impactar positivamente a más de 1400 personas directa e indirectamente, incluyendo a comunidades en Pasto e Ipiales, en Nariño.
"El fortalecimiento organizativo ha abarcado desde la formalización legal, a menudo obstaculizada por la complejidad de trámites y conocimientos técnicos, hasta el acompañamiento para maximizar el impacto del trabajo de estas organizaciones", destacó ONU Mujeres al visibilizar su trabajo de incidencia.
Un ejemplo destacado es el de Machis Entrelazadas, un proyecto liderado por Mayerling Cordero, una joven migrante venezolana que vive en Soledad (Atlántico). Frente a las violencias que enfrentan las mujeres en su barrio, su organización ha proporcionado un espacio de escucha que genera información preventiva y de atención en casos de violencia.
La búsqueda de espacios seguros para mujeres, especialmente para migrantes venezolanas, ha sido reconocida por Bibiana Aido Almagro, la representante colombiana de ONU Mujeres, quien visitó en agosto Barranquilla y Soledad para reiterar el apoyo en la salvaguarda y orientación de las mujeres en movilidad y de comunidades de acogida.
En Cartagena, de otro lado, la ONU destaca al Movimiento de Mujeres Lideresas Venezolanas, que es dirigido por la trabajadora social venezolana Yeily Hernández, quien "encontró en el liderazgo social una forma de garantizar plenos derechos para las mujeres migrantes". Yeily trabaja, incluso, con la Oficina de la Mujer de Cartagena.
"Para garantizar plenamente los derechos de las niñas y mujeres migrantes, es esencial solicitar un respaldo ampliado y un aumento en las inversiones sostenibles a largo plazo por parte de Estados, el sector privado, fundaciones y otros donantes destinados a las organizaciones que promueven los derechos de mujeres en contextos migratorios", concluyó ONU Mujeres.