Desarrollar dinámicas que tengan como eje central el trabajo cooperativo es fundamental dentro de un entorno académico, ya que permite que los alumnos puedan desarrollar o mejorar habilidades sociales y de trabajo en equipo que les serán útiles para el resto de su vida. Por tal razón, este articulo contiene algunas pautas para que los docentes tengan en cuenta a la hora de integrar esta herramienta en sus espacios de clase.
¿Qué es el trabajo cooperativo?
La doctora María Jesús Gutiérrez del Moral, docente en La Universidad de Gerona, España, define el trabajo cooperativo como “aquella actividad realizada por dos o más personas conjuntamente de forma equitativa o proporcional, para alcanzar unos objetivos y, en definitiva, aprender” (2009). Por lo que incluirlo en espacios académicos indudablemente tiene una serie de ventajas para los estudiantes, tales como promover las relaciones sociales, la comunicación alumno-alumno, alumno-profesor y profesor-alumno; fomentar la motivación, la creatividad, la responsabilidad y autonomía individual del alumno, preparándolo así para entornos personales y profesionales en los que tendrá que enfrentarse a diferentes opiniones, intercambiar información y experiencias, y llegar a acuerdos.
Para realizar un buen trabajo cooperativo es necesario que el aula de clase esté organizada de forma adecuada, para garantizar la efectividad de la actividad a desarrollarse. A continuación, les mostramos el siguiente paso a paso, recomendado por el docente y formador Santiago Moll:
1. Mochila: Al iniciar la clase se recomienda que los alumnos metan todos sus útiles escolares en su mochila. La idea es que no quede nada ni encima ni debajo de ninguna mesa. Las mochilas se colocan encima de la mesa de cada alumno.
2. Mesas y sillas: Los alumnos deberán colocar las mesas y sillas en grupos de cuatro. Es importante que estén lo más alineadas posible y que ningún alumno dé la espalda al tablero digital o tradicional.
3. Alumnos pegados a la pared: Una vez los alumnos han agrupado las mesas en grupos de cuatro, cogen su mochila y cada uno de ellos se coloca pegado a la pared del tablero tradicional, a la espera de ser colocado por el docente en el lugar correspondiente.
4. Pizarra digital: Mientras tanto, el docente se encargará de proyectar en el tablero o pizarra digital la relación de grupos y alumnos que formarán cada uno de los equipos de aprendizaje cooperativo. A cada grupo se le asigna una letra y a cada alumno un número del 1 al 4.
5. Numeración de las mesas: Una vez proyectados los grupos, el docente pondrá en el centro de cada grupo la letra correspondiente a cada grupo base.
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6. Numeración de los alumnos: De la misma manera que con las mesas, cada alumno de cada grupo también tiene un número asignado. Como las mesas están alineadas en filas, la numeración de las cuatro mesas será la misma. Para ello el docente puede escoger una de las cuatro mesas de referencia y seguir el orden de las agujas del reloj. Este tipo de colocación es muy útil cuando se realizan actividades rotativas.
7. Colocación de los alumnos: Cada alumno se colocará en la mesa y en el grupo base que le corresponde y pondrá su mochila detrás de su silla.
8. Material: Como cada alumno tiene su mochila, cada uno de ellos sacará el material escolar que el docente crea conveniente en función de cada actividad. Santiago Moll recomienda que el material escolar sea mínimo y que en las mesas no haya estuches, agendas o cualquier otro material que no sea preciso para la actividad. Una buena opción es proyectar también en la pizarra digital el material que se vaya a necesitar.
9. Recogida del material: Cuando falten cinco minutos para que finalice la sesión lectiva, es el momento de dar por finalizada la actividad de aprendizaje cooperativo. Los alumnos guardarán su material dentro de la mochila y la colocarán encima de la mesa en la que hayan trabajado.
10. Colocación de las mesas: Al igual que el material, cada alumno será el responsable de colocar su mesa y su silla en el lugar que ocupaba al inicio de la actividad. Una vez colocadas las mesas y sillas en su lugar original, cada alumno con su mochila se sentará en el lugar correspondiente previo a la actividad de aprendizaje cooperativo. Es importante que la colocación de mesas y sillas en el lugar correspondiente se realice antes de que suene el timbre que da por finalizada la sesión lectiva, porque puede ocurrir que algunos alumnos se desentiendan de su obligación, debido al afán por salir.
¿Conocían el concepto de trabajo cooperativo? Esperamos sus comentarios y/u opiniones y los invitamos a seguirnos a través de las redes sociales de 'Exploremos, un espacio para aprender', para que puedan descubrir todo nuestro contenido educativo.