En Leticia, capital del Amazonas, diariamente cada ciudadano produce 1.4 kilos de basura, y la ciudad produce 30 toneladas diarias de residuos sólidos, de los cuales solamente se aprovecha el 4%, cifras que evidencian el reto que enfrenta la ciudad en torno a su manejo y disposición, debido, entre otros aspectos, a que estos son los principales causantes de malos olores y lixiviados que contaminan las fuentes de agua.
A este desafío han empezado a responder, desde octubre del 2021, la Unidad de Servicios Públicos Domiciliarios de Leticia (USPDL), el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, la Empresa Ambiental del Amazonas SAS y el SENA con la implementación de un proyecto en la Plaza de Mercado el Tour de las Octavas de la capital amazónica, que busca, a través del compostaje, transformar dichos residuos en bioabono, aprovechando que también son importante fuente de nutrientes.
Una iniciativa que, solamente en los tres primeros meses de su implementación permitió reciclar 32 toneladas de residuos orgánicos, entre ellos, residuos vegetales como vástagos de plátano, cáscaras de frutas, vísceras y otros desechos de pescado, los cuales no llegaron a disposición final al relleno sanitario de la ciudad, alargando su vida útil.
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Los encargados de separar y entregar los residuos para su acopio son los vendedores de la plaza de mercado, quienes los recogen en unas canecas destinadas especialmente para este fin, mientras que todos los días, personal de la USPDL los recogen y transportan al lugar de acopio y procesamiento en una zona cercana al relleno sanitario donde, a través del compostaje, lo convierten en bioabono.
“Gracias a procesos de socialización que se han realizado en la plaza de mercado, cada vez más personas han aprendido no solo a separar y seleccionar los residuos orgánicos- pues antes incluían también mucho plástico y empaques- sino que se han concientizado sobre la importancia que tiene y las posibilidades que ofrece el reciclaje de estos residuos”, señala Numar Castro, coordinador técnico del SINCHI, entidad que apoya con la transferencia de conocimiento y tecnología.
El resultante ha sido utilizado para el embellecimiento de algunos puntos de la ciudad en donde se han sembrado jardineras con plantas comestibles, así como insumo para la producción de hortalizas en huertas locales, lo que ha contribuido a mejorar la seguridad alimentaria de productores y a generar excedentes de productos orgánicos para los mercados locales.
"Basura" convertida en oportunidades
Esta transformación se realiza a través del compostaje, una de las alternativas más económicas y favorables para el manejo de residuos orgánicos urbanos en el mundo, que si bien es sencilla de llevar a cabo, requiere de una buena separación de los residuos en la fuente y una buena aireación para que los procesos químicos y biológicos que realizan los microorganismos transformen eficientemente los residuos en un bioabono sin olores desagradables, de óptima calidad, y alta fertilidad.
Proceso que diariamente realiza un equipo de la Unidad de Servicios Públicos Domiciliarios de Leticia que recoge desde las 7:30 de la mañana los residuos en la plaza de mercado, los pesa para posteriormente desplazarlos al lugar de acopio, donde un equipo de cinco personas, entre operarios, conductor y coordinador, realiza todo el proceso que incluye triturar el material orgánico en una máquina pica residuos para acelerar la descomposición; airear el material, y dejarlo madurar hasta que se vuelve abono, un proceso que en total toma cerca de dos meses, tiempo al cabo del cual, el abono está disponible para las personas que lo requieran.
“Recibimos las solicitudes, principalmente de pequeños productores de hortalizas que en su solar poseen huertas para las cuales este bioabono les facilita su producción, al tiempo que les ahorra dinero, pues nosotros lo entregamos gratuitamente y a domicilio. Pero además, hemos podido ver cómo con los lixiviados que hemos sembrado aquí hemos obtenido cultivos de lechuga, sandía, pepinos, entre otros”, acota Castro.
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Diariamente se procesan en esta pequeña planta entre 500 y 600 kilos de residuos orgánicos, lo que ha facilitado que las comunidades dispongan de su propio alimento y puedan, a la vez, ofrecer sus productos en el mercado local. A los comerciantes de la plaza, les ayuda a mantener limpio y ordenado su lugar de trabajo, libre de infecciones y malos olores, y a la ciudad, le evita que estos residuos lleguen al río Amazonas y lo contaminen.
“Uno de los aspectos más valiosos de este tipo de proyectos es que todo lo que aprendemos lo podemos compartir con otros miembros de nuestras comunidades, donde tenemos poca cultura del reciclaje y del tratamiento de los residuos para obtener abono”, apunta Castro, quien además hace parte de la comunidad Huitoto.
“Este año esperamos aumentar la cantidad de residuos orgánicos a procesar incluyendo nuevas fuentes. Nuestro objetivo es transferir tecnología y procesos a la Alcaldía de Leticia o a una asociación para que continúe y pueda terminar siendo una microempresa sostenible”, afirma Clara Peña Venegas, investigadora principal del Instituto SINCHI y quien lidera técnicamente la iniciativa.
De esta manera, la capital del Amazonas empieza a dar pasos para convertirse en una ciudad sostenible que contribuye a disminuir la contaminación del aire y del agua, a prolongar la vida útil de los materiales, reincorporándolos a las cadenas productivas, y posibilitando el crecimiento económico, la generación de empleo y riqueza.