Un corredor biológico conectaría los Parques Arqueológicos en el sur del departamento del Huila. Actualmente, se avanza en un proceso de estudio de caso de la Asociación de Reservas de la Sociedad civil – El Cedral, en el municipio de Isnos, en donde la conservación y el reconocimiento del ambiente son el eje transversal de los procesos que se desarrollan.
Familias que habitan el territorio son quienes realizan este proceso de conservación y de educación ambiental desde sus fincas, destinando hectáreas para la protección de fauna y flora, donde hay especies de árboles que están amenazados. Estos fungen como ‘sombrilla’ y están a lo largo de los Parques Arqueológicos como un corredor biológico que se conecta entre ellos en San Agustín y San José de Isnos en el Huila.
Por medio de una convocatoria, se vincularon a este proceso diversos estudiantes, docentes y grupos de investigación de la región. Jeison Herley Rosero Toro, biólogo y coordinador del semillero Mamakiwe de la Universidad Surcolombiana, proceso que acompaña el diagnóstico con la Asociación de Reservas de la Sociedad Civil, menciona que la experiencia de conservación ha permitido generar espacios de apropiación desde los estudiantes, a través de la biodiversidad para el impulso de la conservación, aprovechando los recursos de una manera sostenible.
Diálogo entre la comunidad e investigadores
El corredor biológico es, además de una apuesta de conservación, una posibilidad de enseñar y tejer diálogos entre comunidades defensoras del medio ambiente y la cultura de la región. Las comunidades campesinas se asociaron e incluyeron sus fincas dentro de las áreas protegidas que se definen en Colombia a nivel legal por voluntad propia, lo que se conoce como Zonas de Reserva de la Sociedad Civil.
Jeison menciona que “esto cobra mayor importancia, dado que las personas del campo lo hacen por decisión propia, son ellos quienes deciden generar procesos para la preservación de la biodiversidad”.
Dentro del proceso investigativo que se lleva a cabo se realiza un ejercicio cartográfico que permite mirar cómo las comunidades campesinas han organizado el territorio y definieron las áreas prioritarias para el aprovechamiento y para la conservación.
“Ellos mismos dan consejos de restauración, por ejemplo, identifican nacederos y saben que para conservar la fuente hídrica deben plantar especies arbóreas alrededor y saben qué especies sembrar.” puntualizó el biólogo.
Actualmente se está construyendo un aula interactiva en una de las fincas con zona de reserva, donde hay un mariposario con especies propias de la localidad, así como un orquidiario. Sin embargo, de los elementos que se resaltan de la construcción del corredor biológico, es que ha sido un proceso que se construye desde las familias, con un legado importante para las nuevas generaciones. Abuelos, padres e hijos están conservando la biodiversidad del territorio y preservando las especies nativas.