En Briceño, Antioquia, vive Nazaria Lopera, una líder ambiental que actualmente lidera un proyecto denominado “Semillas de Vida”, el cual se enfoca en darle una segunda vida a elementos plásticos que son usados como materia prima para la construcción de viviendas, de mujeres cabeza de hogar que han sido víctimas de la violencia.
“Tengo 9 hermanos, somos 6 hombres, 4 mujeres; tengo tres maravillosas hijas Manuela, Mari Angélica y Chavela, y tengo muchas pasiones, entre ellas hacer deporte. Hacer deporte me encanta, monto en bici para mirar estás hermosas montañas y disfrutar de este clima tan maravilloso que tenemos y respirar el aire fresco”, así, con su voz emocionada, nos cuenta Nazaria Lopera.
Es oriunda del municipio de Briceño, un municipio que goza de verdes montañas y donde se puede disfrutar de un bello paisaje; ella es líder, ama de casa y madre, pero, sobre todo, una mujer que día a día trabaja por su comunidad y sueña con poder ayudar a los más necesitados.
“Soy apasionada por todo lo que hago. Pertenezco a la asociación de mujeres, pertenezco a un grupo que se llama ‘Con sabor a campo’ y bueno creo que vivo ocupada en mil cosas. Desde el año 2019 me he dedicado a un gran proyecto “Semillas de Vida”, que consiste en crear conciencia ambiental y conciencia social, porque estoy logrando que gracias a esta iniciativa muchas personas se nos vinculen y nos apoyen porque estamos creando conciencia ambiental”, precisó Nazaria.
Esta líder de 43 años, es una mujer llena de sueños e ilusiones a la que le gusta trabajar para proteger el medio ambiente, pero, sobre todo, para que otras personas puedan tener un hogar con materiales reciclables. El proyecto Semillas de Vida, está constituido por familias Briceñitas; que encontraron en esta iniciativa una esperanza, que consiste en recopilar todo el material de plástico para después, con ayuda de máquinas, convertirlo en bloques, que posteriormente formarán las paredes de las nuevas casas.
“La recolección y la pedagogía sobre el adecuado uso del reciclaje lo hacemos casa a casa; en reuniones, las escuelas, en el comercio, mejor dicho, estamos por todos los rincones vendiendo esta iniciativa. Desde un programa radial estamos contándole a la gente, que si nos donan los residuos de una manera limpia y seca desde casa, desde sus lugares de trabajo, con esos residuos vamos primero a cuidar el medio ambiente y segundo vamos a crear viviendas, vamos a construir viviendas para familias de escasos recursos en su comunidad”, expresó la líder.
Nazaria es una mujer reconocida en su territorio por su liderazgo dentro de la comunidad, pero hoy ese liderazgo es más notable por su labor en diferentes procesos ambientales, debido a que ella es quien finalmente donará el terreno para construir esas primeras viviendas con material reciclable.
El proyecto avanza a buen ritmo, afirmó Nazaria. “Hoy ya tenemos más de 43 toneladas de plástico almacenado, eso nos llena la vida de alegría, porque empecé yo sola y ya hoy son un poco de familias, más de 12 madres que están trabajando porque se sueña con una súper casa”.
El proceso de recolección
Paola Vélez, hace parte del proyecto, ella cada día se motiva más a seguir recogiendo las botellas para poder tener una vivienda digna para sus hijos.
“Inicié recogiendo el plástico por el comercio, también le dije a mis vecinas que me recogieran el plástico y seguí acá trayendo el punto ecológico y cada día me motivo más porque como yo pago arriendo, quiero seguir trabajando por mi vivienda”, indicó Paola.
Semillas de Vida se ha convertido en un hijo más para Nazaria, cada logro obtenido la llena de felicidad y del deber cumplido, durante los años de trabajo ha logrado que mucha gente se vincule a esta iniciativa.
“Ya esto se volvió para nosotros un hábito, ya no es solo un deber ser, sino que para nosotros es una satisfacción, es una alegría, sabemos que estamos ayudando si separamos desde casa estamos ayudando a cuidar el medio ambiente y a qué familias del municipio tengan una súper casa, entonces lo hacemos con amor, con cariño, eso es una bendición, eso es una delicia por ver tanta gente trabajando en torno a un proyecto, eso es una gran bendición”, describe Nasaria con su amor por lo que está haciendo por el medio ambiente y por su comunidad.