Este es el quinto episodio del especial 'Azul profundo: los tesoros de Seaflower' que puedes visitar aquí.
Los resultados de 17 proyectos desarrollados en la Expedición Seaflower 2022, podrán ser consultados por cualquier persona, a través de un sistema de información, con datos sobre el estado de los ecosistemas y especies marinas en Cayo Bolívar (East South East Key), en el archipiélago de San Andrés.
En una reserva de biósfera, el desarrollo de investigaciones es fundamental, ya que permite conocer los recursos con los que se cuenta, y de ahí, establecer planes de manejo para la conservación de los ecosistemas y las especies.
“Si no sabemos lo que tenemos, es imposible que pensemos en aprovecharlos, en que traiga beneficios para la comunidad. Se precisa conocer los aspectos débiles de la biodiversidad, aquellos en los que ha habido un impacto humano”, afirma el profesor titular de la Sede Caribe de la Universidad Nacional de Colombia, Arturo Acero.
El docente formó parte de dos proyectos desarrollados en Cayo Bolívar (East South East Key), en marco de la Expedición Seaflower 2022, enfocados en el estudio de los peces, su conservación y aprovechamiento por parte de la comunidad y en los que se buscaba hacer el levantamiento de la biodiversidad de esta especie marina y el diagnóstico de las amenazas que por acción humana recaen sobre ella.
Existen cerca de 300 tipos de peces, es un mar muy rico en cuanto a la cantidad de especies existentes. Entonces, queremos saber qué pasa con estos animales marinos, ¿existen todavía en el archipiélago, que tan abundante son, hay posibilidad de recuperación a futuro de las que están diezmadas?”, anota el investigador.
La bióloga y estudiante de doctorado en ciencias del mar, Natalia Osa, asegura que los resultados obtenidos con la expedición pueden determinar el levantamiento de la biodiversidad que hay en el área y con el desarrollo de diferentes proyectos se puede entender la conectividad existente entre esta especie y las demás islas y los cayos del archipiélago.
“Todos esos resultados después se analizan y podemos sacar conclusiones que puedan dar una idea de lo que está pasando con los peces en la Reserva de Biosfera, Seaflower”, anota la bióloga.
Como precisan los investigadores, de estos resultados se puede proponer, en diálogo con la comunidad, que las especies altamente amenazadas no sean capturadas y que se declaren periodos de veda o prohibición de caza.
La sobreexplotación es un factor importante en la disminución de población de peces, pero también la destrucción de su hábitat. Muchos de estos animales marinos usan el manglar y las praderas de pastos para que sus crías se desarrollen, “pero, si el hombre, por ejemplo, los destruye para construir hoteles, probablemente sea negativo para la riqueza marina. La propuesta seria tratar de evitar la destrucción de estos ecosistemas”, dice Acero.
Uno de los objetivos de los investigadores es que los resultados de estos proyectos, así como otros que se desarrollaron en marco de la expedición Seaflower a Cayo Bolívar (East South East Key), hagan parte de publicaciones científicas nacionales e internacionales.
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Estos resultados, además integrarán un sistema de información geográfica denominado Sigflower, que busca aportar a la conservación y desarrollo sostenible de los servicios ecosistémicos de la Reserva de Biosfera Seaflower.
El objetivo de este sistema, implementado por la Dirección General Marítima, Dimar, es integrar y compilar la información de los diferentes proyectos de investigación que participaron en la expedición a Cayo Bolívar para aportar al conocimiento científico social y cultural del territorio insular.
“La reserva hace varios años ha realizado diferentes proyectos de investigación, pero curiosamente nunca se ha estructurado un sistema que permita integrar toda esa información, a veces esto queda internamente en las entidades que vienen a participar o en algunos artículos científicos”, anota la ingeniera ambiental, Angie Castiblanco
Lo que se espera es que los datos que aporta a la conservación y al cuidado de la reserva sea aprovechada y que cualquier persona pueda ingresar al sistema y consultar sin necesidad de acercarse hasta las entidades respectivas, pero también que se pueda visualizar la importancia de esta información que se está generando.
“Nosotros venimos participando desde el año 2018, a la fecha tenemos un sistema mucho más robusto, la idea es seguir aportando a que esta información siga llegando a cualquier parte del mundo, que cualquier persona pueda conocer la información que se está generando en esta expedición y a seguir aportando en el conocimiento de nuestro territorio”, dice Castiblanco
La ingeniera ambiental además añade que saber esta información servirá como apropiación del territorio, pero además le será útil a muchas entidades para la toma de decisiones.
“Vamos a encontrar geográficamente donde se localizó cada proyecto, que se hizo en ese punto y adicional, se puede observar qué se busca con cada investigación. Entonces encontraremos temas como valoración de servicios ecosistémicos, patrimonio cultural, arrecifes de coral y otros”, asegura La ecóloga de zonas costeras, Liliana Sánchez, refiriéndose al mencionado sistema de información.
Esta información en torno al saber de los mares será un punto de partida para personas que desarrollan investigaciones en el ámbito marino y también para la toma de decisiones más acertadas en torno al territorio marítimo.
A la fecha, ese sistema de información lleva consolidado parte de los datos que fueron recopilados en el trabajo de campo de 17 proyectos científicos que se desarrollaron en la Expedición Seaflower Cayo Bolívar 2022.