Su local - un edificio de dos plantas levantado en la arena de Agadez (Níger) y un gran logo - es poca cosa, pero las idas y venidas son constantes en la sede de Air Info, el principal medio del desierto del Sáhara.
En el norte de Níger, una inmensa región desértica muy poco habitada, las noticias circulan a merced de una red telefónica casi inexistente en sus aldeas.
Como consecuencia, la actualidad de la región, desde el tráfico de drogas y armas a los dramas migratorios y las actividades de grupos criminales, pasa por debajo del radar.
Fue esto lo que motivó en 2002 a Ibrahim Manzo Diallo, un joven profesor de escuela en ese desierto, a atreverse con el proyecto periodístico.
"Las noches eran largas y matábamos el tiempo escribiendo", recuerda.
En aquel entonces, ningún medio explicaba "la actualidad del gran norte". Reclutando para su aventura a la primera imprenta abierta en la ciudad, lanzó su periódico en Agadez.
El primer número lo financió con su salario de profesor y salió por medio dólar el ejemplar. Veinte años después, tiene 13 empleados permanentes y, además del diario, gestiona una web y la radio Sahara FM, una de las principales estaciones de Agadez comprada en 2013.
Hoy en día, Air Info se ha convertido en la principal fuente de informaciones sobre el Sáhara nigerino. "Ya no vamos a buscar las exclusivas, vienen a nosotros", sonríe el patrón.
Indirectas, amenazas y prisión
La última fue la publicación en 2020 de un vídeo de dos rehenes italianos del grupo yihadista Al Qaida, la primera prueba de vida tras años de retención.
Una televisión italiana lo quiso comprar por un precio irrisorio y todo el mundo le pedía con insistencia sus fuentes.
"Lo único que nos protege es la buena fe y el ser serios", explica Manzo Diallo. "Las fuentes saben que no diremos jamás quién nos hablá", añade.
Otra exclusiva, durante una toma de rehenes franceses en 2010, Air Info fue "uno de los primeros" en hacer hablar a testigos. "Esto contribuyó a asentar nuestra credibilidad", indicó.
Tras este hombre con túnica y una amplia sonrisa, cómodamente instalado en la terraza de su sede, hay un periodista atenazado entre la seguridad nacional y la expansión yihadista.
Asegura "recibir indirectas de todos lados", de "gente dispuesta a pagar para silenciar informaciones". El vídeo de los italianos lo publicó sin pestañear. Nadie supo quién se lo había pasado.
Esta libertad tiene como precio el recibir numerosas amenazas y ataques.
En 2007, el medio fue administrativamente cerrado durante tres meses y su director encarcelado cuatro meses por acusaciones con una rebelión tuareg entonces en marcha.
En abril de ese año, "habíamos publicado en portada +Drama en Tizirzet+" tras descubrir "civiles decapitados por aquellos que debían protegerlos", recuerda Ibrahim Manzo Diallo.
"Sabía que eso me iba a costar caro", dice. Hasta ahora, ese sigue siendo su mayor exclusiva, a pesar del encarcelamiento y la sospechosa de todos los ejemplares en pocas horas.
"Buenos días Agadez"
En la planta de abajo, la emisión de Sahara FM resuena en los locales mientras los presentadores entran uno tras otro en el único estudio. El programa de la radio es más ligero que el del diario de la planta superior.
En las ondas prefieren informaciones prácticas. "Los alcaldes nos llaman para que pasemos avisos a la población" que viven cerca de los ríos de la región "sobre una crecida que llega", dice Ibrahim.
Esa mañana está en el micrófono Salah Safo, apodado "Koffi Annan", que habla en hausa. Cada mañana presenta a sus 350.000 oyentes (según la radio) el programa "Buenos días Agadez".
"La gente llama para hacer dedicatorias a sus amigos, es una emisión muy animada", dice Safo, que dice haber escogido su apodo por la integridad y la seriedad del exsecretario general de la ONU.
Tras él, otro locutor toma el relevo en tamashek. Y después seguirán los otros dialectos de la región.
"Tratamos temas que interesan a la población local", dice el redactor jefe de Sahara FM, Oumarou Sani.
Hace diez años que trabaja para Ibrahim Manzo Diallo, un joven emprendedor convertido en responsable de un grupo mediático.
La pandemia ha suspendido muchas ayudas financieras y ha vaciado sus arcas, pero no ha conseguido tumbar sus sueños: "ahora pensamos en hacer una televisión".