En la subregión de los Montes de María convergen campesinos, víctimas del conflicto armado y grupos éticos, entre los que se encuentran las comunidades indígenas, especialmente de la etnia Zenú, y los pueblos afrodescendientes. Estos últimos se han agrupado en distintos escenarios como los consejos comunitarios de comunidades negras para conservar sus tradiciones.
Estas comunidades han trabajado en el seguimiento y apoyo a la implementación del capítulo étnico del Acuerdo Final de Paz. Tal es el caso de San Jacinto, Bolívar, donde Amilcar Rocha, representante legal del concejo comunitario de comunidades negras Santo Madero, del corregimiento Paraíso, aseguró que la reparación colectiva y el acceso a tierras son puntos que aún requieren mayor implementación.
“Todo va engranado en el reconocimiento al territorio. Lo que se busca con las organizaciones de personas desplazadas, étnicas y campesinas es que salgan a flote todas las necesidades que están pasando tanto indígenas y afro como campesinos, porque todos somos víctimas del conflicto”, manifestó.
Rocha también explicó que desde las comunidades se ha venido adelantando un proceso para la recuperación y conservación de la memoria ancestral.
“En Paraíso se está realizando, con el Centro de Memoria Histórica, un proceso de organización de los jóvenes en una radio comunitaria para hacer programas radiales, para luego llevarlo a emisoras comunitarias y que conozcan cómo es el proceso étnico de los Montes de María en San Jacinto y la memoria de lo que se vivió en el conflicto”, dijo.
Desde el concejo comunitario adelantan un proceso de retorno étnico, que se diferencia del campesino, pues “hay que tener todo el acervo cultural de la población que retorna, es cómo esa población al momento de retornar encuentra y puede rescatar su identidad cultural y ancestral que han tenido en ese territorio del que fueron desplazados”.
Desde el concejo comunitario Eladio Ariza, del corregimiento San Cristóbal, Melbis Ariza afirmó que se tiene una preocupación respecto a la implementación del capítulo étnico. “Nuestros territorios todavía siguen siendo muy invisibilizados, y la implementación no ha penetrado tanto como son los temas de los PDET, aunque nosotros estuvimos en su construcción, no quedaron bien focalizados”.
Por otro lado, Ariza resaltó el trabajo que se adelanta en la restitución de los derechos ancestrales, “que son los que nos van a dar una permanencia integral, donde podamos seguir permaneciendo, donde podamos seguir desarrollando nuestras propias prácticas tradicionales y culturales”.
Por su parte los jóvenes tienen una apuesta por la cultura, la danza y el deporte como formas de conservación de las tradiciones, y de salir adelante. “Eso es un espacio muy importante, donde nosotros podamos compartir con otras comunidades y podamos interactuar con el casco urbano”, expresó Ariza.
Sin embargo, el líder aseguró que la falta de espacios e implementos para practicar los deportes ha impedido el correcto desarrollo de estas actividades. “Quisiéramos tenerlos por la gran potencia que hay en estos momentos, niños, niñas que les gusta practicar y no tienen la oportunidad”.
En El Carmen de Bolívar coexisten en el mismo territorio dos grupos étnicos: indígenas y afrodescendientes. “La relación ha sido excelente y ahorita con la construcción de los PDET nos llevamos de la mano, porque hay muchos beneficios para la misma comunidad”, contó Neguith Tapia, del consejo comunitario de comunidades negras de Berruguita.
Tapia explicó que, a raíz del conflicto en la región que azotó en gran medida a las comunidades afrodescendientes y los obligó a desplazarse, perdieron muchas cosas, entre esas las tradiciones, pero han venido trabajando en su rescate.
“Muchas de las tradiciones que se han perdido se han ido recuperando poco a poco. Por ejemplo, el baseball y softball que se habían perdido, ahora lo estamos recuperando”, dijo. En ese sentido, manifiestan la dificultad del acceso a implementos y escenarios adecuados para estas actividades.
Asimismo, Tapia destacó el trabajo articulado que se adelanta entre los consejos comunitarios de los Montes de María. “Nos estamos relacionando con los consejos comunitarios de María La Baja, San Jacinto, nos estamos relacionando mucho con el tema de proyectos. Vamos a tratar de trabajar unidos para ver si las cosas se dan”.
Para estos representantes de comunidades negras en San Jacinto y El Carmen de Bolívar se debe continuar trabajando en el goce efectivo de sus derechos, la garantía de la tierra y una reparación integral como víctimas del conflicto armado, que les permita conservar sus tradiciones ancestrales.