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Paola y Heidy, mujeres que cultivan y narran la paz en Caquetá

Desde la Reserva Campesina El Pato Balsillas, en San Vicente del Caguán y desde San José del Fragua, Paola Reyes y Heidy Oliveros, a partir de sus oficios, quehaceres y pasiones, promueven la reconciliación social.
Mujeres para la paz
Crédito: Escuela Audiovisual Infantil de Belén de los Andaquíes.
Katerine Vargas Mejía

En el municipio de Belén de los Andaquíes, el primero del país en ser declarado como ‘Verde y protector del Agua’, se realizó la Feria Somos Territorio, iniciativa liderada por la Escuela Audiovisual Infantil de Belén de los Andaquíes y el Ministerio de Cultura, que unió a procesos de comunicación popular, alternativa y comunitaria, así como a emprendimientos que promueven el cuidado de la selva amazónica, provenientes de diferentes municipios de Caquetá, con el propósito de compartir experiencias, creaciones, reflexiones y propuestas que potencien los medios ciudadanos y las acciones de cuidado del medioambiente y construcción de paz en el departamento. 

Dos periodistas de la Emisora de Paz de San Vicente del Caguán, Lucía Sánchez y Katerine Vargas, tuvimos la valiosa oportunidad de participar en el espacio, junto a decenas de jóvenes, donde fue posible conocer apuestas rurales y populares que con esfuerzo y pasión vienen posicionando una agenda propia, tomándose la dedicada tarea de contar y crear sus propias historias y las de sus comunidades, contando una narrativa distinta de Caquetá, una historia diferente a la que conserva el imaginario colectivo sobre esta zona del país. 

Periodistas

Durante la Feria, la Emisora de Paz realizó un pódcast en vivo. “El Pódcast de la Feria”, recibió por nombre el ejercicio sonoro en medio de la dinámica apremiante del momento. La experiencia tuvo como protagonistas a cuatro mujeres inspiradoras que, desde el sector cultural, artístico, los medios ciudadanos y los emprendimientos rurales, promueven la equidad a través de sus actividades y del empoderamiento de niños, niñas y jóvenes. En esta entrega los lectores podrán conocer a dos de ellas. 

Heidy Oliveros, entre el cacao, el amor y el empoderamiento 

Heidy Rocío Oliveros es una mujer joven habitante del municipio de San José del Fragua, ubicado al sur de Caquetá, hace parte del Colectivo de Jóvenes Cacaoteros Rafael Olarte, que a su vez, está articulado a la Asociación agrícola orgánica de cacaoteros conocida como Asoacasan.

Esta mujer, con su aire fresco y actitud espontánea, contó sobre su vida y cómo fue dejar de sembrar coca, para empezar a cultivar cacao y brindarle a su familia, a su hijo y a sus padres, un entorno más tranquilo. 

Cacaoteros

Heidy es una experta en catar el licor de cacao que, para nuestra sorpresa, nada tiene que ver con el alcohol. Ella sabe distinguir con profesionalismo un buen proceso.

Cuenta que con el cacao se enamoró más de su territorio, por eso junto a las 62 familias vinculadas a Asoacasan, Heidy está decidida a seguir conservando la fauna y la flora amazónica. Además del empoderamiento que se ha generado en ella y en otras mujeres, también nos compartió una historia de amor que se gestó en medio del chocolate. 

Para Heidy, “el cacao sabe a unión, a inclusión, a reconstrucción del tejido social, a dulce y a trabajo de mujeres empoderadas”. 

Paola Reyes, un compromiso con el territorio desde la comunicación audiovisual 

Paola Reyes es una de las tres coordinadoras de la Escuela Audiovisual Infantil Voces del Pato, ubicada en la Zona de Reserva Campesina del Pato Balsillas, en el municipio de San Vicente del Caguán, en el norte de Caquetá. La escuela promueve procesos de comunicación comunitaria con niños, niñas y jóvenes del sector. Crean contenidos sobre la cultura campesina y la biodiversidad de su territorio. 

Según Paola, una de las grandes apuestas de la Escuela es visibilizar la región del Pato, que ha sido estigmatizada históricamente por el conflicto armado, así mismo, su propósito es brindarle a los niños, niñas y jóvenes referentes distintos para sus proyectos de vida. Entre los retos que Paola encuentra para que la Escuela cada vez tenga más impacto en la comunidad, identifica la presencia de actores armados, así como la necesidad de generar metodologías y dinámicas que promuevan apropiación en los jóvenes y el reconocimiento de su labor como promotora del proceso.


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Para Paola, ver la motivación de los más pequeños y conocer sus sueños, es el impulso que, a pesar de las dificultades, la mantiene insistente en potenciar Voces del Pato, así como el amor por su territorio.

“Mi gente, mi territorio, a veces digo, no digo puedo más (...) pero me voy con los chicos, veo su ánimo y le sacan a uno una sonrisa. El amor al territorio y aportar es para mí muy gratificante”.


Conozca la historia de Paola y la Escuela Audiovisual Voces del Pato en el Pódcast de la Feria.  

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