Un informe del proyecto Social Media 4 Peace, de la Unesco, y publicado por la Fundación para la Libertad de Prensa, reveló que las redes sociales son un lugar que reproduce estereotipos negativos hacia poblaciones por su género, raza, grupo étnico u orientación sexual.
En cuanto a los pueblos indígenas, el informe menciona que las conversaciones en el mundo digital están dirigidas a verlos como personas sin educación, bajo la tutela del Estado y sin ningún tipo de obligación y control de sus actividades.
Al igual, las personas afrocolombianos y pertenecientes a comunidades negras, raizales y palenqueras atraviesan este tipo de violencia digital, debido a su apariencia física, así como se les cuestiona por su nivel de escolaridad o capacidad mental.
“Estos contenidos en línea tienen unos efectos concretos en la vida de las personas hacia quienes van dirigidos. Principalmente, en su salud mental y emocional, que se ve afectada por comentarios que apuntan a la dignidad humana de las personas”, menciona la FLIP en una publicación.
Discurso de odio y violencia digital en Colombia
A finales de septiembre, la periodista de RTVC Noticias Sandra Chindoy hizo una publicación en su cuenta de X donde se refirió a un presunto acto de corrupción en la administración del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.
Esto produjo una respuesta por parte del concejal del Centro Democrático, Daniel Briceño, quien demeritó el trabajo de la periodista, asegurando que desinformaba. La periodista se defendió de los ataques del político, pidiéndole respeto por su labor.
Sin embargo, en redes sociales, la discusión provocó insultos y mensajes racistas en contra de la periodista Chindoy, que generó mensajes de solidaridad y llamado a la acción, como del presidente Gustavo Petro, la senadora Aída Quilcué y la FLIP.
Pero el caso de Sandra Chindoy no es el primero que se ha vivido en el país en contra de poblaciones indígenas, afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras. En el 2020, cuando la minga indígena se dirigió a Bogotá, los comentarios racistas y discriminatorios también estuvieron presentes.
Al respecto, se refiere el portal Colombia Check, en un artículo de José Felipe Sarmiento y Santiago Luque Pérez, donde en redes sociales se publicaron mensajes por parte de políticos, que estigmatizaban a la minga.
En aquel año, también se compartieron videos que no correspondían con la realidad, como lo fue un video de la incautación de armamento a líderes indígenas, citado por el portal, pero resultó ser de un operativo en contra del Eln que ocurrió en mayo del 2020 en Tambo, Cauca.
“Estos discursos son revictimizantes. No solo porque desconocen que la guerra se ensañó de forma particular con estos grupos étnicos desde todos los frentes y que el origen de esas violencias se remonta siglos atrás, sino también porque perpetúan el ambiente propicio para su repetición”, señala la publicación del portal.
¿En qué se diferencian el racismo y la discriminación racial?
Juan de Dios Mosquera, director del Movimiento Nacional por los Derechos Humanos de las Comunidades Afrocolombianas, mencionó en una entrevista para el equipo digital de Radio Nacional en marzo del 2024 que el “racismo no es igual a la discriminación racial, son dos hermanas”.
Mientras el racismo es “la mentalidad de la supuesta inferioridad de las personas negras e indígenas y la superioridad de las personas de piel blanca”, la discriminación racial se trata del “maltrato, las conductas de exclusión, de invisibilidad e inequidad, de negación de las oportunidades” a estas poblaciones.
Para Mosquera “las personas de piel blanca no discriminan a la persona de piel negra por su piel, la discriminan cuando le aplican la condición de negro, del pasado, de inferioridad (…) el racismo surgió del concepto ‘negro’, que fue un invento del europeo, que significaba esclavo, animal y salvaje”.