De acuerdo a la Unidad de Víctimas y organizaciones como la CEDAT, Caldas es el departamento del Eje Cafetero con más número de afectados por el conflicto armado con 134.628, mientras que Risaralda cuenta con 66.144 y Quindío con 19.771 víctimas. Por este motivo, desde la administración departamental se destinaron entre varias dependencias recursos por más de 5 mil millones de pesos.
Según información de la Secretaría de Gobierno de Caldas, los principales hechos de violación de derechos humanos y número de víctimas reportados son:
- Desplazamiento con 120.769 casos
- Víctimas de desaparición 2.344
- Homicidio 10.269 víctimas
- Reclutamiento 223
- Secuestro con 1.023 víctimas
Jorge Andrés Gómez Escudero, jefe de esa dependencia, explicó que la Gobernación de Caldas, a través de sus secretarías y entes descentralizados, destinaron un presupuesto aproximado de 5.486 millones 690.890 pesos destinados a la atención integral de estas comunidades.
“Este presupuesto está determinado con enfoque diferencial, que realmente va destinado a resarcir estos hechos que de una u otra manera padecieron muchos ciudadanos de nuestro territorio, e incluso otros en el territorio nacional que hoy en día hacen su vida en el departamento de Caldas”, dijo el funcionario.
Agregó que el dinero será invertido en participación en mesas de trabajo, proyectos productivos, salud, educación, vivienda y agua potable, cultura y turismo.
Dado este panorama, Carolina López Giraldo, miembro del Centro de Investigaciones sobre Conflictos, Violencias y Construcción de Paz (CEDAT) de la Universidad de Caldas, destacó la articulación que se ha tenido con la presente administración, manifestando la importancia de contar con líneas programáticas en el Plan de Desarrollo Departamental para fortalecer el trabajo con las víctimas en el departamento.
“No queremos más cultivos ilícitos, más grupos armados ni otro hecho de victimización, todos los caldenses tenemos el derecho a vivir en paz”, manifestó López Giraldo.
Voz de las víctimas
Diana Ludivia Posada, representante de la mesa de víctimas de Belalcázar, Caldas, quien lleva 12 años trabajando con víctimas del conflicto armado, recordó que, luego de ser desplazada por la violencia, organizó una asociación que logró sacar adelante un proyecto de viviendas para 10 familias en el municipio y que espera que con este nuevo impulso sean más los beneficiados.
“Para mí, la medida de sanación es la capacidad de perdonar y poder dar una palabra de aliento para alguien a quien le hayan hecho daño”, expresó.
Por su parte, Danilson Betancur, representante de víctimas de la vereda el Congal (Samaná), resaltó la importancia de que la Unidad de Víctimas los tenga en cuenta, asegurando que es "importante que nosotros, las víctimas, sigamos siendo reconocidos".