¡Que nos respeten la vida!: pañuelos violetas en las calles
¡Arroz con leche no queremos más, no más feminicidios en esta ciudad! Cantan un grupo de mujeres. Es 25 de noviembre, son las 3 de la tarde y se preparan para salir hacia el lugar de la concentración de la marcha. Ya ensayaron las canciones; se pusieron en pie, bailaron, aplaudieron; pintaron sus pancartas. Es el día en el que se grita en las calles para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra la Mujer.
Las mujeres caminan hacia la Plaza de Banderas de la Gobernación del Huila. Sus pasos provienen de varios municipios del departamento; de la zona urbana y rural de Neiva; son jóvenes, campesinas, indígenas, trabajadoras domésticas, firmantes de paz, universitarias. La igualdad de género, el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, se va ganando en las calles en medio de la marea violeta.
Es empoderamiento, es lucha contra las violencias hacia la mujer, es recordar los nombres de aquellas que ya no están, es decirle a quien escuche que el cuerpo femenino debe respetarse. Las mujeres llevan pañuelos violetas y cada tanto los quitan de sus cuellos para ondearlos mientras tararean ‘Canción sin miedo’, de la cantautora mexicana Vivir Quintana.
El carro del sonido va al inicio de la marcha. Dos compañeras proponen las arengas a través de los micrófonos y las demás mujeres las siguen: ¡“De noche, de noche o de día, desnudas o vestidas, ¡en la cama o en la calle que respeten nuestras vidas”!
