Heriberth Antonio Viloria García y Dayana Villalobos, son dos migrantes de nacionalidad venezolana, quienes por sus medios llegaron a la ciudad de Pasto en busca de una nueva oportunidad, debido a la crisis socioeconómica por la que atraviesa su país.
Con dos profesiones e historias diferentes, iniciaron sus propias ideas de negocio: él pasó de ser mecánico en Venezuela a tener uno de los mejores restaurantes de hamburguesas, según el ‘Fest Burger 2020’.
Ella, geóloga de profesión, llegó a estas tierras donde se aventuró a impulsar una firma de consultoría ambiental, con la que ya ha logrado encargarse de cuatro contratos.
Uno de los mejores restaurantes de hamburguesas en Pasto
Heriberth llegó hace tres años a Nariño, pasó la frontera por Norte de Santander, de manera legal junto a su familia, y llegó a la capital de Nariño, con apoyo de su hermana quien ya estaba radicada en esta región.
“En Venezuela era mecánico automotriz, tenía mi taller y en Pasto busqué alternativas similares. Sin embargo, la situación fue difícil, trabajé en algunos talleres y restaurantes, hasta que con mi familia decidimos iniciar nuestro propio emprendimiento”, relata.
La situación para un migrante no es nada fácil, Viloria cuenta que en enero de 2020 tuvo una grave situación económica, tenía ahorrada una liquidación de sus anteriores empleos y decidió, junto a su familia, montar un restaurante de hamburguesas.
“Cuando iniciamos, pensamos junto a mi cuñado que lo único malo que nos podía pasar es que tengamos que comernos todas las hamburguesas, iniciamos nuestro emprendimiento en nuestro apartamento, haciendo domicilios y con la llegada de la pandemia nos fue muy bien”, comenta Heriberth.
Así fue como decidieron inscribirse en uno de los concursos de comidas rápidas más importantes del país, como es el ‘Fest Burger’.
Aunque sabía que era difícil su participación por ser un negocio pequeño, y sobre todo, por ser migrantes, no bajaron los brazos y continuaron, realizaban hasta 100 domicilios diarios durante la etapa del concurso.
“No olvidaremos ese sábado, cuando el nombre de nuestro negocio estaba publicado en la página del Fest Burger, nos abrazamos y comprendimos que cuando se trabaja, se logran metas, a pesar de las barreras que puedan existir”, expresa Viloria.
Para esta familia oriunda de Valencia, el camino no ha sido nada fácil, pero aseguran que se debe luchar por conseguir lo que se quiere de la mejor forma. Es por eso que señalan que siempre están con la intención de ayudar a sus compatriotas.
“Se debe tener en cuenta que cada acción tiene una consecuencia, y que la xenofobia que existe en ocasiones, es reflejo de lo malo que hacen otras personas”, señala Heriberth.
Aunque esperan volver a su tierra, de no poderlo hacer, dicen que ya se encuentran en Pasto con las personas que más quieren y construyendo un nuevo comienzo.
Geóloga en tierra de volcanes
Dayana Villalobos salió hace dos años y medio de su natal Maracaibo, aunque ejercía su profesión de geóloga, afirma que lo que le pagaban no le alcanzaba para subsistir.
“Por un amigo de mi esposo llegamos a Pasto, nos contó lo que era la ciudad y la posibilidad que existía de trabajar. Aunque no fue fácil llegar por las restricciones que existían, tuve la oportunidad de trabajar y con quienes me han dado la mano, pude ejercer, y hoy emprendo con una consultora ambiental”, precisa.
Para Dayana, existe una minoría de la población migrante que se ha dedicado hacer el mal, cerrando las puertas a quienes quieren aportar realmente a la sociedad colombiana.
“Queremos rescatar los buenos hábitos que tenemos, demostrar que somos más los buenos y que queremos salir adelante, porque cuesta no estar en fechas especiales con la familia, que ha quedado atrás”, sostiene.
En Nariño, se calcula que hay alrededor de 70 emprendimientos conformados por ciudadanos venezolanos y que han generado oportunidades de empleo para sus connacionales y para los mismos colombianos.
Cifras de Migración Colombia indican que a Colombia han llegado más de un millón de ciudadanos venezolanos según Migración Colombia, en el caso de Nariño el 60% de los migrantes en tránsito peatonal se encuentra en alta vulnerabilidad y optan por los pasos ilegales en la frontera.