Elizabeth Holmes y los problemas éticos detrás de ‘Theranos’
‘Theranos’ era el nombre del emprendimiento que prometía que con una sola gota de sangre hacer análisis en casa para prevenir enfermedades y “salvar vidas”. Una maravilla científica fundada por Elizabeth Holmes, quien actualmente está presa y acá te contamos por qué.
La historia de ‘Theranos’ es un ejemplo de cómo gran idea con nula ejecución se desmoronó debido a problemas éticos, técnicos y legales. Fundada en 2003 por Elizabeth Holmes, Theranos prometía revolucionar la industria de los análisis de sangre al desarrollar una tecnología que permitiría realizar una amplia variedad de pruebas médicas a partir de una gota obtenida de una simple punción en el dedo, en lugar de las tradicionales extracciones masivas con aguja.
Detrás de esta innovadora idea estaba Elizabeth Holmes, una carismática joven que dejó la Universidad de Stanford a los 19 años para seguir su sueño de revolucionar el mundo con su emprendimiento. Según sus propias palabras, su idea basada en la tecnología cambiaría por completo la forma en que se realizaban los diagnósticos médicos, haciendo que las pruebas fueran más rápidas, económicas y accesibles para todos.
Con su sólido discurso que repitió en múltiples presentaciones ante inversionistas, Theranos recaudó cientos de millones de dólares para su desarrollo. Sin embargo, a medida que los años pasaron, comenzaron a surgir dudas sobre la veracidad de las afirmaciones de Holmes. Periodistas, científicos y exempleados empezaron a cuestionar cómo funcionaba la tecnología y la precisión de las pruebas de sangre de la empresa.
De acuerdo con una serie de reportajes publicados a lo largo del 2015, por el ‘Wall Street Journal’, afirmaban que Theranos estaba usando máquinas convencionales en lugar de su propia tecnología en la mayoría de las pruebas, y que los resultados no eran tan precisos como pregonaban.
A raíz de estas revelaciones, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y otras agencias comenzaron a investigar a Theranos. Se descubrió que la empresa había exagerado sus capacidades y había engañado a los inversionistas, médicos y pacientes. En 2016, la compañía dejó de realizar pruebas en su plataforma miniLab y cesó sus operaciones en laboratorios clínicos.
En 2018, Elizabeth Holmes y el ex presidente de Theranos, Ramesh "Sunny" Balwani, fueron acusados de múltiples cargos de fraude y conspiración. El juicio comenzó en 2021 y continuó en 2022. Durante el juicio, se presentaron pruebas que sugerían que la empresa había ocultado información crítica a los inversionistas y médicos, y que había manipulado los resultados de las pruebas.
Apartes del caso
Con ayuda de los mejores abogados del país, Holmes calificaba de "envidiosos”, a los testigos clave, mientras que ella "creía en una visión”.
Según sus propias declaraciones al canal CNBC en 2018 donde afirmaba que "eso es lo que pasa cuando trabajas para cambiar las cosas: primero piensan que estás loca, después te combaten, y luego, de pronto, cambias el mundo”
El proceso contra Elizabeth Holmes no será fácil. Según fuentes cercanas a ella, se presentará ante la corte como víctima de abusos durante décadas por parte del expresidente de la compañía y su expareja, Ramesh Balwani. Basándose en documentos publicados, Holmes planea contar con un experto que declarará sobre el abuso psicológico, emocional y sexual al que fue sometida por el compañero sentimental de Holmes para montar la narrativa de que él la controlaba y la manipulaba.
La historia de Theranos es un recordatorio de los peligros de la falta de transparencia, la presión por el éxito y la ética cuestionable en el mundo empresarial y tecnológico.
La empresa, que en su apogeo parecía destinada a cambiar la industria médica y salvar vidas, finalmente colapsó por un liderazgo poco ético que hizo todo lo contrario a lo que prometía. El mayor punto de reflexión en este caso, no es que se está juzgando a Elizabeth por las afectaciones a la salud de los usuarios finales, sino por haber jugado con el dinero de los inversionistas.
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