En Bogotá, una migrante irregular de 34 años se convirtió en la primera mujer en realizarse un procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) luego de que la Corte Constitucional despenalizara el aborto hasta la semana 24. Así lo dio a conocer la IPS Oriéntame, dedicada a brindar servicios de salud reproductiva y sexual, y que atendió a la paciente.
La mujer -a quien se le reserva el nombre para proteger su privacidad- se enteró de su embarazo en enero, y hasta ahora encontró un centro confiable para poder acceder al IVE porque no conoce muy bien la ciudad, según dio a conocer Oriéntame. Así que le pidió el favor a un tío que labora como domiciliario que la llevara al lugar.
Ella es cabeza de hogar, responsable de 4 hijos, viuda, responde por su madre quien vive en Caracas, Venezuela, y hace un mes se encuentra sin trabajo. Su embarazo era de alto riesgo, y el malestar físico que tenía le impedía mantener una rutina vendiendo tintos desde las 6:00 de la mañana en las calles del sur de la capital.
Esta información la contó la mujer a la médica que la atendió, aún cuando no era necesario, como lo explicó María Mercedes Vivas, directora de Oriéntame, en diálogo con Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia:
“Precisamente por la sentencia C-055 de 2022, no es necesario que las personas que necesitan acceder al servicio tengan que compartir su historia, porque ya no es necesario aplicar ninguna de las causales. (...) Lo que implica la sentencia es que ya las razones de las mujeres para interrumpir un embarazo todas son válidas y no es necesario aplicar ninguna de las causales hasta la semana 24 de gestación para acceder al servicio de la IVE en Colombia”.
La paciente afirmó que su decisión fue clara desde el inicio, pues incluso en 2014 en su país se había realizado la ligadura de trompas, una cirugía que impide a las mujeres quedar en embarazo. “Si esto me hubiera pasado allá tendría que haber hecho un escándalo en la clínica al médico que me operó, pues se suponía que la cirugía era el método más seguro que había y yo no puedo, ni en esa época y menos ahora, tener más hijos”.
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Para la organización Oriéntame este es un ejemplo de garantía de los derechos de las mujeres, en tanto es una oportunidad para decidir con libertad y seguridad sobre sus cuerpos. “Este ejercicio legítimo de la autonomía reproductiva es lo que hemos protegido y defenderemos siempre”, detallan en el comunicado.
Pese a que Vivas explicó que la sentencia ahora permite “que la voluntad de la persona que necesita el procedimiento ya es suficiente para acceder a los servicios”, hay personas que aún rechazan que el aborto sea legal y libre hasta la semana 24, pues consideran que en ese tiempo el feto está bien formado.
Sin embargo, Vivas argumentó que “la mayoría de procedimientos de IVE que se hacen pasan antes de la semana 12. Los datos que nos muestran otros países, por ejemplo Canadá o Australia, con regulaciones sanitarias ampliamente implementadas que garantizan el acceso, es que la mayoría de las interrupciones se realizan antes de la semana dos. Pero quiero resaltar que lo importante es garantizar el acceso temprano y no poner barreras precisamente para que haya dilación en los procedimientos”.
Expertos consultados también indican que la decisión de la semana 24 no es única en Colombia, hay otros países que tienen la misma regulación, como Canadá, Islandia, Inglaterra, Escocia, Gales, Islandia, Nueva Zelanda, Suecia y Vietnam. Y es que, en ocasiones, solo hasta ese tiempo de gestación se hace evidente las afectaciones o anomalías que puede tener el feto.
Hay otros casos dramáticos a los que hace alusión Vives como la violencia sexual en niñas, quienes desconocen si están en embarazo, o de mujeres en zonas de conflicto armado con poco acceso a centros de salud, o gestaciones en situación de discapacidad que también se les dificulta conocer su estado tempranamente.
Lo otro que aclaran los expertos es que el fallo se refiere a 24 semanas obstétricas, que se empiezan a medir desde el último ciclo menstrual de la mujer. Es decir, que 24 semanas suelen equivaler a unos cinco meses y medio de embarazo.