En Colombia, alrededor de 40 mil personas no conocen su diagnóstico, por lo que pueden transmitir el virus sin saberlo y acceder tardíamente a los tratamientos.
En el Día de la Prevención del VIH y el Sida, el Ministerio de Salud y organizaciones como la Cuenta de Alto Costo presentan los indicadores generales relacionados al virus. Y si bien las cifras no coinciden exactamente, los expertos si están de acuerdo en que hay un subregistro de casos.
"Estimamos que hay alrededor de unas 177 mil personas que viven con el virus, pero tan solo un 71 %, 129 mil conocen el diagnóstico. El acceso a las pruebas y la canalización hacia los servicios de la salud es clave, es fundamental para que las personas se puedan poner en tratamiento y lograr así que las personas disminuyan el nivel del virus en su organismo”, explicó el coordinador del grupo de Sexualidad del Ministerio de Salud, Ricardo Luque.
En su momento, también la CAC, (Cuenta de Alto Costo) explicó que más de 123.000 personas tienen un diagnóstico positivo, pero se calcula que solo el 60 % de quienes viven con VIH saben de su condición.
Frente al impacto de la pandemia de Covid-19, esta misma organización señaló que “hay una disminución en la identificación de casos nuevos de VIH, especialmente en la región Pacífica, donde esta cifra se redujo en un 61,31% con respecto al periodo anterior. Adicionalmente, en las regiones Caribe y Pacífica se redujo el número de pacientes que recibieron una atención por parte de un médico infectólogo”.
Ahora, en cuanto a indicadores, en 2020 se notificaron al Sivigila, la plataforma de datos de Minsalud, 13.605 nuevos casos de personas viviendo con VIH (PVV). Del total de casos reportados, el 81,1 % (11.036) corresponden a hombres y el 18,9 % (2.569) a mujeres. Y el grupo poblacional más afectado el año pasado, es el de 25 a 34 años con el 38,3 % (5.000) de los casos, seguido por los de 15 a 24 años con el 25,3 % (3.343).
Finalmente, coinciden diferentes expertos en que aunque con el paso del tiempo los tratamientos han mejorado, quedan aún mitos y prejuicios sociales que afectan el acceso oportuno a las pruebas y fármacos, lo que a su vez influye en retardar el cumplimiento de metas nacionales, pero también de los objetivos de desarrollo sostenible planteados por la ONU.