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La salud mental, un asunto primordial en personas con cáncer

Ante un diagnóstico de cáncer, emociones como miedo, ansiedad y depresión pueden llegar a afectar el sistema inmunológico. De ahí la importancia de abordar el bienestar psicológico.
Día Mundial Contra el Cáncer
Foto de referencia: Pexels
Yaneth Jiménez Mayorga

Para la joven abogada Carolina Rojas recibir la confirmación de diagnóstico de cáncer de seno significó un fuerte impacto que le generó múltiples emociones. “Al inicio era una subida y bajada de sentimientos: angustia, frustración, preocupación, miedo, incertidumbre, un mar de emociones. Pensaba en mi pequeña hija, me preocupaba imaginar qué iba a pasar con ella. Esa era mi mayor angustia. Uno entra como en shock, se retrae mucho”, cuenta Carolina. 

Emociones que afloraron más aún al existir en la familia un antecedente de muerte por cáncer de mama de su abuela paterna, hecho que la abogada si bien afrontó con cierto temor, lo hizo también con responsabilidad, inspirada en el amor hacia su hija (y muy seguramente, hacía ella misma), por lo que empezó a indagar con los profesionales de la salud sobre lo que sucedía, sobre los efectos que la enfermedad podría tener, pero también en cómo podría manejar la situación como madre de una pequeña de 5 años.     

“Yo pensaba en mi hija, en que yo quería verla crecer y apoyarla a lo largo de su vida, pero también en que cómo iba a manejar la enfermedad frente a las preguntas de la niña, porque uno sabe que son situaciones que pasan, pero no se imagina que le pasen a uno. Y a pesar de que mi cáncer fue diagnosticado a tiempo y ha sido tratado, uno no deja uno de preocuparse. Además, pensaba en el impacto que una cirugía podría generar como mujer, al momento, por ejemplo, de volver a tener una relación de pareja, de preguntarse cómo reaccionaría la otra persona, me sentía insegura”, dice Carolina. 

Ella era consciente de que debía manejar la situación no solo físicamente, siguiendo los tratamientos, realizando exámenes y controles, sino emocionalmente, buscando apoyo en la información que le brindaban los médicos, y en el amor de su familia, en sus amistades. 

Hoy en día, sigue su tratamiento, asiste a los chequeos médicos y lleva un seguimiento médico oncológico que le ha permitido retomar sus actividades profesionales y su rol como madre y amiga. 



Por el bien- estar 

Casos como el Carolina evidencian la importancia de tener una buena salud mental, de asumir una actitud responsable y de manejo integral de la enfermedad, pero al mismo tiempo, la repercusión que puede llegar a tener un diagnóstico de cáncer en la calidad de vida emocional de los pacientes.

“Lamentablemente, en nuestro sistema cultural la palabra cáncer trae consigo una sentencia de muerte, por lo que la afectación emocional es muy alta. Tenemos esa idea de que ser diagnosticado con cáncer es sinónimo de terminación de la vida. Por ello, tener una comunicación real y asertiva con el equipo médico tratante es vital, puesto le permite al paciente tener una información veraz de primera mano”, explica la psicóloga Diana Castañeda Guerrero, especialista en psicología médica y de la salud, y coordinadora académica del programa de Psicología del Politécnico Grancolombiano.

Para la especialista, en términos de salud mental, es necesario abordar el cáncer de una manera integral, es decir, que desde el momento mismo en que se conoce el diagnóstico, trabajar sobre emociones como el miedo, la incertidumbre, sobre los planes de sobrevida, sobre los proyectos que existen, en qué estado del diagnóstico está el paciente, etc.   



“Se ha demostrado que el sistema inmunológico se ve gravemente afectado cuando nuestro estado emocional tiene variaciones. Biológicamente hablando, todas las células se disminuyen, especialmente cuando hay depresión, que es uno de los trastornos emocionales que con mayor frecuencia se presentan en cuadros oncológicos”, agrega Castañeda. 

De acuerdo con la psicóloga, hay evidencias de que un paciente deprimido  tiene 10 veces menos posibilidades de sobrevida que un paciente que regula sus emociones. “De ahí la importancia de trabajar directamente con un psicooncólogo, que es un profesional especialista en la enfermedad, que reconoce la presencia de emociones y ayuda a gestionar ese tipo de situaciones sin juzgar, sin satanizar, desde una perspectiva diferente”, resalta la profesional. 

Así mismo, es fundamental abordar el impacto psicológico que genera la enfermedad en el círculo familiar y en los cuidadores de los pacientes, “porque ellos también sienten miedo, angustia, incertidumbre, se cansan, afloran en ellos sentimientos de culpa, cuando, por ejemplo, se enfadan cuando el paciente no quiere comer y lo regañan. No obstante, estas son emociones normales en estos procesos. 

Adicionalmente, este círculo primario también se ve obligado a hacer unas modificaciones en su entorno y en su dinámica diaria para brindar los cuidados que el paciente requiere, frente a lo cual los profesionales de la salud deben estar atentos a brindarles toda la información de forma clara y veraz, sobre la enfermedad y el tratamiento”, advierte la especialista. 

La adaptación saludable, explican otros expertos, es un proceso. “Sobrellevar la situación implica esforzarse y encontrar formas de reagruparse y seguir adelante. Puede ser fácil olvidarse de la salud mental cuando el foco está en las necesidades médicas inmediatas. Sin embargo, incluso los pacientes y las familias que lo están sobrellevando bien pueden beneficiarse de los recursos para apoyar la salud mental cuando enfrentan los desafíos del cáncer”, señalan desde St. Jude Children’s Research Hospital. 

Es primordial, agrega la psicóloga Castañeda, especialmente para el paciente, mantener una salud mental adecuada y saber que “está bien buscar ayuda, levantar la mano, frente a situaciones que lo pueden sobrepasar, entender que se presentan emociones, pero que se pueden trabajar. Si siente ganas de llorar, hay que hacerlo y no reprimirse”.  

En este tránsito de la enfermedad y el tratamiento, es determinante contar con el apoyo del equipo de atención, de profesionales capacitados que pueden ayudar a identificar si determinado sentimiento o emoción es normal o si por el contrario pueden ser una señal de alerta de una cuestión más grave.  

Tener una buena salud mental puede ayudar a mejorar los resultados médicos y la calidad de vida tanto del paciente como de la familia.

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