En una casa del barrio La Castellana de Piedecuesta, nacen todos los animales que se cruzan por la imaginación de Orlando Pérez, un artesano empírico que durante la pandemia comenzó a convertir las llantas usadas en obras de arte.
“Todo inició cuando empezó la cuarentena. Yo era jardinero y me quedé sin trabajo. Al lado de mi casa había una llantería y veía cómo estas llantas eran llevadas a la basura cuando ya cumplían con su ciclo. Mi mamá quería un lorito precisamente en llanta, entonces fui y pedí una, me la regalaron y comencé a diseñar el lorito. A mi mamá le gustó, y después seguí diseñando más animales”, dice Orlando Pérez recordando sus inicios.
El visto bueno de su mamá fue todo lo que Orlando necesitó para echar a andar este emprendimiento y para darse cuenta del talento que tenía para hacer todo tipo de animales como jirafas, toros, serpientes, águilas, búhos, entre otros.
“Yo veía llantas en las calles, en cualquier esquina, en los caños, y dije: a esto se le puede dar un segundo uso y desde entonces este trabajo me ha apasionado. Este arte es una de las tantas maneras de mostrarle a los demás cómo podemos ayudar al medio ambiente”, precisó Pérez.
Y es que esa es la satisfacción más grande que Orlando puede recibir. Saber que está aportando un grano de arena para la conservación del medio ambiente. En Colombia, según cifras de la DIAN, por año se importan aproximadamente 1.350.000 llantas, de las cuales se reencaucha solo un 29 %. El total de llantas usadas que terminan en calles y rellenos sanitarios es de 958.500 unidades.
Este artesano piedecuestano no solo diseña y fabrica animales, también hace sillas o ‘brinca brinca’ para niños. Su talento ha cautivado por todo el país, y hasta el ciclista Rigoberto Urán decidió comprarle un toro en miniatura para llevárselo a su casa.
Según el Ministerio de Ambiente, las llantas usadas no son consideradas como un residuo peligroso; sin embargo, requieren ser devueltas a los productores mediante los mecanismos de recolección implementados para favorecer principalmente el reencauche, el aprovechamiento y el reciclaje evitando que sean quemadas en espacios a cielo abierto y como combustible en actividades informales.
Para la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), más o menos el 28 % de los residuos plásticos que contaminan los océanos cada año proviene de pequeños escombros producidos por las llantas y los textiles.
Orlando, quien desconoce los grandes beneficios que le está haciendo al planeta desde su pequeño taller en Piedecuesta, seguirá fabricando animales que llegarán a adornar fincas y lugares abiertos al público. Quienes deseen regalarle a Orlando una llanta usada o comprarle uno de sus trabajos lo pueden contactar en sus redes sociales como @Orlandoperezartistaplastico.