La historia de Melquin Merchán es la de un artista único y apasionado cuya visión del mundo va más allá de lo que el ojo común puede percibir. Donde otros solo ven una foto, o un paisaje, Melquin descubre un universo lleno de colores, plantas y animales; vida, que luego plasma con sus manos en cualquier lienzo. Ya sea una pared, una tela, un papel de acuarela o incluso la hoja de un árbol. Melquin transforma cada superficie en un espacio para dar vida a su arte y crear con él nuevas y hermosas realidades.
Oriundo de Cerro Azul, un corregimiento de la “tierra nobel de Colombia”: Aracataca, Magdalena, que el describe como “un lugar de árboles frondosos, rodeados de muchos animales cerca de un río de aguas diáfanas y enormes como huevos prehistóricos, como lo describe el libro de ‘Cien años de soledad’ y del que fue duramente desplazado a los 6 años por cuenta de la violencia.
Melquin Merchán es un apasionado del arte, que busca a través de sus obras relatar la esencia del realismo mágico, y plasmar para siempre la cotidianidad de su bello municipio, evitando, como el mismo lo menciona, “que se pierda en el tiempo y no pueda recordarse más adelante”, pero el arte para él no solo es una forma de expresión, sino también un medio de desahogo y liberación.
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A través de sus obras logra canalizar emociones y transmitir su visión única al espectador, como en una de sus creaciones más recientes titulada “Masacre en las bananeras” donde se puede observar, en primer plano, un fondo rojo vibrante que evoca uno de los colores de la bandera nacional, sobre esta base, en escala de grises, se distingue la figura de un hombre con un sombrero vueltiao cargando un racimo de plátanos sobre sus hombros, rememorando la historia y la lucha de los trabajadores de las plantaciones bananeras. Como cierre de la composición, cuatro peces dorados que parecen navegar a través de la obra, añadiendo un toque de misterio y surrealismo.
Además de esta, hay otra con mucho simbolismo para él, “Malditas reminiscencias”, con la que en el 2016 ganó uno de sus premios, y que no es más que un autorretrato lleno de detalles como vendas en sus puños, golpes en su cuerpo, e incluso un impacto de bala dibujado en medio de su frente.
Relata la amarga huella que la violencia dejó en él, el miedo, las pesadillas que durante mucho lo acompañaron y el recuerdo de “aquellos hombres raros que escuchó un día hablando con sus papás” y que en un parpadeo decidieron los próximos años de su vida, una vida que si bien no fue fácil, ha sido la inspiración y la fuerza que lo han impulsado a engrandecer sus pasos, a soñar por él y por otros, a querer hacer cambios en el mundo y reconstruirlo desde el arte.
Con su talento ha logrado darle una nueva cara a la sombra de la violencia y ha llegado a abrir puertas que nunca pensó se abrirían para él. Hoy, es uno de los artistas más grandes que ha dejado este hermoso terruño, llegando a exponer sus obras en escenarios tan importantes como el Museo Nacional de Colombia.
Ha convertido su pasión por el arte en su sustento diario y despertando un orgullo profundo en sus paisanos, quienes lo como un legado del gran García Márquez y su realismo mágico, pero no en letras sino en pinceladas. Merchán se ha consagrado como un artista que trasciende los límites convencionales, transformando la realidad en una experiencia visual y emocional única a través de la magia de sus pinturas.