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Radio laboratorio: ¿qué es la música experimental?

Hacemos un recorrido por los inicios de estas nuevas sonoridades para descubrir otras posibilidades sonoras.
Foto: Esmeralda Ramírez
Esmeralda Ramírez

Al estudiar música me encontré en espacios académicos que me mostraron los sistemas y las estructuras convencionales dentro de los pentagramas, con los antiguos métodos de solfeo y los tratados de armonía de siglos pasados. Sin embargo, fue la curiosidad y el contacto con otros artistas no músicos lo que me permitió develar otra perspectiva de la música y el universo sonoro. Hoy, agradezco todas las experiencias “anti-académicas” que siempre permiten actos creativos reveladores.

Hace más de 20 años, sin internet, el acceso a la información era limitado. Para ese entonces la Biblioteca Luis Ángel Arango era el lugar de los descubrimientos, encontrar textos de John Cage y escuchar por primera vez el termino ‘música experimental’ fue una gran revelación en ese momento. “La palabra experimental es adecuada, siempre que se entienda, no como descripción de un acto que más tarde habrá que juzgar en términos de fracaso o éxito, sino simplemente como un acto cuyo resultado es desconocido”, John Cage ( 1955).

¿Cómo se inicia la música experimental?

El futurista Luigi Russolo escribió en 1913 el manifiesto ‘El arte de los ruidos’. Para él, los sonidos musicales habían perdido la capacidad de sorprender, en medio de las máquinas y la guerra comprendió que el ruido era familiar, por eso es conocido como el primer compositor noise o ruidista. Propuso varias ideas y ofreció algunos conceptos que los compositores experimentales desarrollaron posteriormente.

En los años treinta y cuarenta se encuentra el precedente de la música experimental con las estructuras rítmicas de Cage. Gracias a sus estudios propuso un nuevo concepto radical para el sonido: “el coexistente opuesto y necesario para el sonido es el silencio”. 4´33 es una pieza controvertida y es la demostración de la inexistencia del silencio. Cuando Cage liberaba la música y la ponía a dialogar desde la interdisciplinariedad con otras artes y medios, dando lugar a Fluxus un movimiento que disuelve el arte en lo cotidiano, donde también el público participa como objetivo de curiosidad experimental.

Los procesos de determinación personales, contextuales y materiales continuaron: palos, rocas, globos, tubos, máquinas, cintas, radios, voces e incluso también instrumentos musicales interpretados de formas no convencionales han hecho parte de los nuevos repertorios que propone la música experimental.

En los años sesenta los compositores empiezan a introducir la electrónica, amplificadores, feedback, micrófonos, consolas, pedales y cada vez más elementos se han ido sumando desde entonces a esta búsqueda de nuevos sonidos; sin embargo, al compositor experimental no le interesa la permanencia, sino la singularidad del momento.

“Porque la vida sucede a cada instante y ese instante siempre está cambiando. Lo más inteligente que se puede hacer es abrir inmediatamente el oído y escuchar un sonido justo antes de que el propio pensamiento tenga la oportunidad de convertirlo en algo lógico, abstracto o simbólico”, John Cage ( 1952). Precisamente, escuchar música experimental es entregarse a lo indeterminado, permitirse la sorpresa, la afectación y la escucha sin juicio de los ruidos hacen parte de este viaje hacia un mundo de nuevas sensaciones.

Fotos: Ricardo Arias

Eso me ha pasado cuando he estado en los conciertos de Ricardo Arias, nuestro artista invitado al próximo 'Radio Laboratorio, la magia del sonido', quien nos comparte su proceso de exploración con la batería global y nos invita a descubrir las posibilidades sonoras que tienen estos membranófonos, a partir de esta experiencia sonora donde despliega con libertad formas de tocar este particular instrumento, logra texturas interesantes y procedimientos lúdicos que nos acercan a un universo de nuevos sonidos por descubrir.

Arias es músico experimental y artista sonoro colombiano, su trabajo se centra en el uso de instrumentos y fuentes de sonido no convencionales. Ha participado en inumerables festivales y exposiciones dentro y fuera del pais y colaborado con varios artistas plásticos y sonoros de todo el mundo.

Comprender el desarrollo de las propuestas experimentales es abrirse al sentir de quienes van más allá de la repetición de lo conocido, es dejarse atravesar y transformar la escucha y la mirada, romper los límites y darse la oportunidad de ampliar nuestra identidad sonora.

La música experimental es una invitación, por eso escuchar a Mederith Monk, Björk, Pauline Oliveros y tener cercanía con Fátima Miranda son motivaciones que han hecho que crezca el interés y la voluntad de descubrir la música vocal experimental, a partir de técnicas extendidas que nutran este laboratorio de ruidos y sonidos que es el cuerpo. Ellas han sido inspiración, sus iniciativas, sensibilidad y contribución al arte y la música experimental son realmente fascinantes. Los invito a buscar sus páginas y dejarse seducir por sus exploraciones.

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