Desde hace tres años, la fundación Piedritas a la Ventana viene trabajando con un grupo de niños, niñas y adolescentes de la ciudad de Montería en el fortalecimiento de los procesos internos de construcción de memoria histórica, valiéndose de las narrativas audiovisuales.
Según la organización, a través del intercambio de experiencias, conocimientos y reflexiones, se busca transformar un territorio que se encuentra expuesto a un sinnúmero de problemáticas sociales, entre ellas el abandono estatal, la poca oferta institucional y la violencia.
“Nos enfocamos en el fortalecimiento de la gestión de emociones y en la acción comunitaria, por ende, contamos con una psicóloga, en el desarrollo de la sensibilidad; también participan algunos artistas y en el manejo de las narrativas audiovisuales, tenemos dos realizadores. Así se fortalece este proceso de transformación social desde el lenguaje audiovisual”, señaló Paola Forero, directora de la fundación, en entrevista con Radio Nacional de Colombia.
Indicó que este diálogo interdisciplinar surge de la necesidad de intervenir individualmente en las situaciones que ha experimentado cada niño en su entorno.
“Trabajar con las experiencias de estos chicos que han atravesado diversos momentos de exposición a las diferentes violencias, necesariamente implica una mirada de integralidad como seres humanos. Por ello, vimos la necesidad de hacer un abordaje desde lo individual: conocer sus historias, saber quiénes son, de dónde vienen, cómo están conformadas sus familias, entre otras cosas”, relató Forero.
En total son 30 niños, niñas y adolescentes entre los 6 años y los 17 años, quienes participan en los procesos formativos y creativos desde todas las fases de producción audiovisual, además de explorar otras formas de ver el mundo a partir de sus subjetividades.
“En Piedritas a la Ventana se busca construir con los niños, los adolescentes y las familias ese proceso creativo y crítico que nos ayuda, por una parte, a leer el mundo y el rol que tenemos y, por otro, la manera cómo desde esta posición podemos ir transformando”, comentó Joel Arcos, miembro de la fundación.
Ahora mismo, se encuentran realizando un proyecto audiovisual en el barrio Villa Jiménez de Montería, con el apoyo de la Dirección Técnica para Construcción de la Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), llamado 'Una vida de porro con sabor a mujer’, un contenido cinematográfico que pretende resaltar el papel de la mujer cordobesa a través de la cultura.
“Se nos cruzó este personaje de María Varilla, quien fue una mujer que caminó nuestras calles, que fue muy reconocida por el folclor y, lo más importante, que fue una líder social que luchaba por el papel de la mujer en la época. El propósito es relacionar las cualidades, particularidades y acciones que encontramos parecidas entre María Varilla y las mujeres de la actualidad”, dijo María Camila Meza, realizadora audiovisual de la fundación.
Señaló que en el proceso creativo de este documental los niños participan activamente en las fases de preproducción, producción y postproducción. Detalló que, desde proyectos anteriores, son quienes se encargan de desarrollar el guion, adecuar las locaciones para la grabación y apoyar al editor.
“Ellos empezaron con unos talleres de escritura de guion, de realización de storyboard, fotografía, dirección de arte, producción y un simulacro de casting. Y, en esos talleres, se iba viendo en qué habilidades se destacaban ciertos niños, y ellos mismos fueron descubriendo esas capacidades. De hecho, en proyectos anteriores prácticamente estuvimos viéndolos trabajar durante todo el proceso”, sostuvo Meza.
El realizador audiovisual Mauricio Cañón, miembro del equipo de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, aseguró que lo más importante del cine infantil en el proceso de construcción de memoria es encontrar visiones totalmente diferentes a las narrativas que se limitan a narrar el hecho, y no a analizar su transformación en el tiempo.
“Siempre estamos trabajando la memoria desde las personas mayores, y allí es donde perdemos el foco, porque hay muchas apreciaciones de los niños que también alimentan el eje de la memoria. La memoria debería enlazar las experiencias organizativas de los mayores, y esa visión totalmente diferente de los niños”, expresó.
Finalmente, la directora de la fundación manifestó que esta iniciativa es la oportunidad para que los niños, niñas y adolescentes no solo desarrollen un pensamiento crítico, sino para que se apasionen por el cine.
“Los chicos comenzaron a soñar con el cine, que es como entrar en un mundo de fantasía, en donde los sueños no tienen límites. Los procesos audiovisuales si no se sostienen desde la base y el relacionamiento humano, no tienen el impacto para transformar vidas”, concluyó.