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Falleció el rey de la marimba, José Antonio Torres ‘Gualajo’

Conocido como El Pianista de la Selva, el mayor de los representantes y maestros de la marimba de chonta murió hoy en la ciudad de Cali.

Conocido como El Pianista de la Selva, el mayor de los representantes y maestros de la marimba de chonta en Colombia murió hace unas horas en la ciudad de Cali.

Esteban Copete, nieto del legendario Petronio Álvarez dijo alguna vez: “nadie podrá llega a interpretar bien la marimba de chonta si no se acerca a Gualajo”. Queda claro que hablamos de un legendario. Y así lo fue desde ese día de año nuevo en que le cortaron el cordón umbilical encima de una marimba de chonta.

A sus 78 años, José Antonio Torres Solís, compositor, intérprete, docente y constructor de marimbas, falleció en la ciudad de Cali. Luis, nieto suyo, confirmó el deceso despidiéndolo a través de sus redes sociales con una amorosa elegía: “Hoy el río, el mar y la selva vibran de emoción y alegría como nunca, al saber que regresas para quedarte ahí para siempre”.

Torres Solís había nacido el 31 de diciembre de 1939. El apodo de ‘Gualajo’, que es un pez largo y ágil, se lo puso su abuelo Leonte. De él y de su padre recibió las primeras lecciones de marimba de chonta, en su casa en la ribera del río Guapi, en la vereda Sansón de aquella musical población del Cauca.

Foto: Sandro Sánchez.

Hasta ese lugar, conocido como la Casa de los Torres, acudían todos los lugareños interesados en aprender los rudimentos y técnicas del instrumento tradicional del Pacífico. “Nosotros somos músicos por la tradición. Mi abuelo le enseñó a mi papá y él les enseñó a sus hijos -manifestó Gualajo en entrevista con la Radio Nacional en agosto de 2013-. Esta música la tenemos en nuestra sangre y corazón. El radio que nosotros oíamos no era otro sino la marimba”.

La obra de Gualajo empezó a visibilizarse en la década del 80, cuando la productora Gloria Triana lo hizo parte de la serie documental Yuruparí y lo invitó a presentarse en España, Francia y Suiza. Para ese entonces ya era reconocido no sólo como el mejor de los docentes, con alumnos de sobradas facultades como Esteban Copete y Hugo Candelario González, sino además como el mayor defensor y adorador de su instrumento.

Así se lo dijo a la Radio Nacional en aquella entrevista: “Cuando no estoy enseñando marimba, estoy tocando. Cuando no estoy tocando estoy construyendo alguna. Y cuando no hago ninguna de las dos cosas, estoy componiendo temas”.

En 1998 creó el Grupo Gualajo, pero el público bogotano conoció mejor a Gualajo tras su participación en el álbum ‘El fruto’ (2003) de la agrupación Curupira, en el que alternó con otros veteranos como Sixto Silgado, Paíto, sabio de la gaita, y el cantautor llanero Orlando ‘Cholo’ Valderrama.

Foto: Sandro Sánchez.

Unos años después, en 2009, el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez lo homenajeó en su edición número 13. Mientras, iban apareciendo una a una sus producciones discográficas como ‘Esto sí es verdás’ (sic), ‘El pianista de la selva’ y ‘La marimba de los espíritus’.

A través de su Fundación Gualajo, el músico pudo extender sus conocimientos enciclopédicos por Colombia y otros países, así como dar conciertos didácticos y acompañar a toda suerte de intérpretes no siempre conocedores del sonido del Pacífico.

En 2013, fue merecedor del Premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura, dignidad que también ha recaído en músicos como Juan ‘Chuchita’ Fernández, Totó la Momposina, Magín Díaz y Blas Emilio Atehortúa.

Según lo declarado por el jurado, Gualajo se hizo merecedor del palmarés porque "a lo largo de su vida, ha convertido la marimba de chonta en su forma de expresión vital. Es el gran intérprete de este instrumento, del cual desarrolló una forma interpretativa de gran virtuosismo. Creador de metodologías propias para su enseñanza interpretativa, ha concebido nuevas tecnologías que ha permitido una amalgama entre la música regional y las nuevas músicas y sus aportes de más de seis décadas representan el vínculo entre la música afro-ancestral con las nuevas generaciones".

El premio llegó en un momento providencial: a la famosa Casa de los Torres de la vereda Sansón se la llevó el río, y el gran anhelo de Gualajo siempre fue reconstruirla. “Es que desde que vivía mi padre, nuestras reuniones eran en la propia casa -dijo a la Radio Nacional-. Si a veces se tomaba uno un vichecito era ahí mismo, y no por fuera”.

Foto: Sandro Sánchez.

Con la partida de Gualajo, se va el hombre que fabricaba, según él, ‘marimbas brujas’ que no obedecían a la lógica pentatónica, sino a otra que él llamada ‘pensatónica’, en la que la intuición juega buena parte del éxito a la hora de ser tocada. En fin, el Pianista de la Selva, el hombre que declaraba que iba a tocar su marimba hasta su último instante de vida, y que sabía perfectamente de la simbiosis que había logrado con su instrumento cuando dijo: “con la marimba me doy vida y le doy vida a otros”.

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