¡'De que las hay, las hay'! La Jagua, Huila, tiene su propio festival de brujas
Desde obras teatrales hasta oficios litúrgicos, pasando por presentaciones de danza, música (que van desde expresiones colombianas hasta jazz), relatos y cuentos, exhibiciones de artesanías locales y nacionales, jornadas deportivas e incluso caminatas que rememoran la historia en medio de la oscuridad de la noche, hacen parte del Festival de Brujas 'De que las hay las hay', un sorprendente encuentro anual en torno a una parte muy atractiva de la historia en el centro poblado de La Jagua, en el departamento del Huila.
Localizado a apenas cinco minutos del municipio de Garzón, al que pertenece, y junto a la vía nacional Neiva-Pitalito, La Jagua cuenta entre sus calles empedradas y casonas de bahareque -unas de blanco y otras de bellos coloridos-, una rica historia en torno a la presencia de brujas, cuyo paisaje en medio de las muy cercanas montañas reúne la confluencia de los ríos Suaza y Magdalena y que habitaron comunidades antes de la llegada de España a América.
Vestida a la antigua usanza de las mujeres que conocían los secretos de las plantas -una falda amplia de flores y vivas tonalidades, blusa de mangas largas y una pañoleta para cubrir la cabeza-, Yesenia Avilés apoya decididamente la recuperación de esa memoria y no solo a través del Festival.
“Hoy queremos mostrar toda la magia que tenemos en nuestro interior. La bruja tenía un profundo conocimiento de las plantas, sus capacidades curativas y para sacar las malas energías”, cuenta Yesenia, quien es la representante legal de la Asociación cultural para la transformación social a través del arte 'Jaguarte', que trabaja como proyecto pedagógico con niños en diversas expresiones culturales.
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El investigador botánico William Vargas, oriundo de La Jagua y quien trabajó al lado del antropólogo y explorador Wave Davis para el libro 'Magdalena – Historias de Colombia', precisa cómo el origen de la expresión ‘pueblo las brujas’ “parece estar enmarcado en los tiempos de Caldas (el sabio Francisco José de Caldas), cuando vivía en el pueblo y habría reunido allí a numerosos yerbateros y curanderos de la región, hombres y mujeres” para recopilar ese conocimiento.
Tras la pandemia y el retorno a la presencialidad, el Festival de Brujas tomó un creciente impulso y se ha convertido en un referente de las expresiones culturales para el Huila, y un decidido motor de la economía.
Con una hotelería local ya copada, y múltiples negocios -restaurantes, bares, cafés y otros establecimientos que han abierto en los últimos años en el centro poblado de apenas dos mil habitantes-, empresarios como Alejandro González, propietario de un gastrobar en el parque de la población, refiere que el Festival “crece año a año, la expectativa de la gente es cada vez más grande y si el año pasado teníamos cuatro empleados, en esta oportunidad tenemos ocho para poder cumplir con la demanda”.
El alcalde de Garzón, Leonardo Valenzuela Ramírez, menciona que este año el Festival cuenta con 300 artistas en escena y más de 50 artesanos.
“Es un impacto muy positivo para la economía y el turismo de todo el centro del Huila, y que para nosotros es muy importante porque ha trascendido las fronteras del departamento”, destacó el mandatario.
