Un voto es un deseo, una intención, es la manifestación de una opinión. La Iglesia del Voto Nacional se construyó durante la Hegemonía Conservadora, cuando el país salió de la primera guerra del siglo XX, que dejó miles de víctimas y una sociedad desgarrada.
Con la construcción de este templo, la Iglesia Católica, en alianza con el Estado, buscó unir a la nación bajo un solo símbolo: el Sagrado Corazón.
El país tenía ya impreso el sello de la Regeneración de Rafael Núñez, definido por la alianza Estado-Iglesia y su marco legal: el Concordato.
Entre los más de 280 templos católicos de Bogotá se encuentra la basílica del Voto Nacional. Está ubicada en la Plaza de los Mártires, un lugar de memoria histórica que, durante la Independencia fue escenario de fusilamientos.
Esta iglesia es una señal de la imponencia de la Iglesia católica en Colombia, es un monumento que siempre está a la espera de visitantes, tanto más después de su reciente e impresionante restauración.
La guerra de los Mil Días (1899-1902) fue el motivo de su construcción. El artífice central de la obra fue el arzobispo de Bogotá de aquel entonces, Bernardo Herrera Restrepo (1844 - 1928), quien había hecho sus estudios en París, donde se ordenó, y había sabido de la Comuna de París (1871) y de cómo habían sido ejecutados varios sacerdotes durante aquel periodo histórico en el que los obreros se tomaron el poder por 61 días.
Herrera se inspiró en la construcción de la basílica del Sagrado Corazón en el barrio de Montmartre, la parte más alta de la ciudad, que se constituyó en un acto de reparación y reconocimiento a las víctimas tanto de la Guerra franco-prusiana (1870-1871) y también de la Comuna.
En 1899 el Papa León XIII, reconocido por su encíclica Rerum Novarum (que traduce: “De las cosas nuevas” o “De los cambios políticos”), había consagrado al género humano al Sagrado Corazón de Jesús. En ambos casos, el templo del Sagrado Corazón de París y la Iglesia del Voto Nacional en Bogotá fueron concebidos como monumentos de expiación y de gloria a la Iglesia Católica.
Para poner en marcha su iniciativa, Bernardo Herrera escribió y publicó una pastoral sobre los efectos desastrosos de las guerras llamando a la reconciliación de los colombianos, pidiendo al gobierno conservador de Marroquín la construcción de una basílica.
Con el decreto 820 de 1902, año del final de la Guerra de los Mil Días, en un terreno donado por la señora Rosa Calvo, el presidente Marroquín dio vía libre a la construcción del templo que fue confiada al arquitecto Julián Lombana.
La zona, abajo de la avenida Caracas con calles 10 y 11, era a principios del siglo XX un barrio de clases altas y la plaza era un parque. Ahí fue construido un obelisco en honor de los patriotas sacrificados en la guerra de Independencia, hoy el monumento está deteriorado.
Cerca estaba la facultad de medicina de la Universidad Nacional, que actualmente es la sede de la dirección de reclutamiento del ejército, después de haber sido la sede del batallón guardia presidencial.
La construcción de la basílica, situada en el costado occidental de la Plaza, empezó en 1902 y terminó en 1918. En 1964 fue declarada basílica menor por el Papa, en 1975 fue declarada monumento nacional.
En 2010 la administración distrital decidió la restauración, que comenzó en 2016 y tuvo varias etapas, enmarcadas en el esfuerzo por sanear y recuperar la zona aledaña: el antiguo cartucho y el bronx, lugares de todo tipo de tráfico.
Hoy es una zona de comercio, legal e ilegal, razón por la cual se ofician misas prioritariamente en la mañana, habiendo quedado suprimida las misa de 6 de la tarde.
El templo tiene 17 metros de altura y 65 metros de profundidad. Contiene una gran cantidad de obras de arte nacionales y otras importadas de España, como el altar principal, del Sagrado Corazón de Jesús.
Está coronado por una estatua de 3.5 metros en la cúpula, con la inscripción "In hoc signo vences" (con este signo vencerás), la misma de los cruzados. La iglesia está construida en forma de cruz latina, con tres naves: la nave central con lienzos de Ricardo Acevedo Bernal, representando las etapas de la vida de Jesús. A lo largo de las naves laterales, están 16 capillas dedicadas a las provincias de Colombia, asociadas a un motivo religioso.
En la basílica aparece reiteradamente en las columnas y los muros la palabra paz.
El Voto Nacional es símbolo de la Hegemonía Conservadora. Desde su inauguración hasta 1991 fue el escenario de la renovación que en distintos momentos varios presidentes de nuestro país hicieron al Sagrado Corazón.
Hubo algunos que omitieron este culto, entre ellos liberales como Alfonso López Pumarejo, quien buscó adelantar una reforma a la Constitución de 1886, en la que se promovió la libertad de cultos.
En 1952, durante el gobierno del conservador Laureano Gómez y su designado Roberto Urdaneta, se promulgó la Ley 1 que ordenaba renovar anualmente la consagración oficial de la República de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús por intermedio del presidente de la República.
Con la constitución de 1991, que estableció la separación entre la Iglesia y el Estado, esta práctica quedó eliminada en nombre del pluralismo religioso.