‘Juan Gil’, la primera obra que escribió José Eustasio Rivera -sí: mucho antes de ‘La vorágine’-, ha comenzado, a través de un hallazgo reciente, a manifestarse no solo como una pieza fundamental de su trabajo literario, sino a mostrar la vigorosa crítica social y el espíritu que llevó al escritor a divulgar, tiempo después, las condiciones inhumanas en las explotaciones de caucho en Amazonas.
El hallazgo al que nos referimos es el manuscrito en limpio de la obra de teatro ‘Juan Gil’, que Norma Donato Rodríguez realizó en una biblioteca privada en Manizales, y que ahora, digitalizada, está disponible para su lectura y consulta en la Biblioteca Nacional de Colombia, y también haciendo clic en este enlace.
“Juan Gil transforma la obra de Rivera y al autor mismo”, señala Donato, quien es investigadora del Instituto de Textos y Manuscritos Modernos, en calidad de doctoranda de la Escuela Normal Superior de París, en cotutela con la Universidad Complutense de Madrid.
La obra “es de 1912: estamos hablando de un Rivera de 24 años, muy joven. Con este hallazgo, lo que descubrimos es que es muy temprano su interés por la crítica social, y su mirada sobre nuestra sociedad es mucho más aguda de lo que pensábamos en esas obras anteriores a La vorágine”.
“Es decir”, agrega la investigadora, “que es solo una muestra de lo que ya había en él de ese pensamiento crítico sobre nuestro país”.
El hallazgo del manuscrito de ‘Juan Gi’” retoma uno de los aspectos que más reclaman algunos investigadores en torno a la obra de Rivera: hay fragmentos dispersos de su trabajo literario y social aún por conocer, o que por su misma dispersión impiden ver en su total complejidad la obra del escritor y poeta.
“Yo no sugiero, sino que pido, solicito pública y encarecidamente que todos los colombianos y colombianas en todas las regiones del país nos pongamos a esa búsqueda, y también si hay gente en Estados Unidos que nos pueda ayudar sería maravilloso”, insiste Donato.
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Ella confirma que el tema de ‘Juan Gil’ fue de alguna manera un paréntesis dentro de su investigación central, orientada a ‘La vorágine’.
De la obra “estoy haciendo una edición genética digital”, explica. “Es una edición que le quiere mostrar al lector todo el proceso creativo de la obra, desde la primera idea que está por allá en una carta de 1919, hasta la última edición de la editorial Andes. Mostrar cómo se fue transformando la novela poco a poco hasta convertirse en lo que leemos hoy, y eso pasa por supuesto por los manuscritos”, explicó.
“Llevo cuatro años descifrando los manuscritos para entender qué hay debajo de esas tachaduras, y mostrar que los dos proyectos de escritura que se llegaron a juntar en un determinado momento, pero que el plan de Rivera al principio era hacer dos novelas distintas”, concluye la investigadora.