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Fortulee: así nació la tertulia literaria de los araucanos

Desde hace 13 años, Álvaro y Patricia se reúnen con niños y jóvenes en todos los rincones de Arauca para enseñarles de la magia de los libros.
Fotos: Cortesía Fortulee.
Leilin Candela

Cuando en las afueras de la biblioteca Ceferino Cotrina del municipio de Fortul se amontonaban las bicicletas, indicaba que la conversación sobre un maravilloso libro había empezado. Ese fue el lugar escogido el 18 de abril del año 2009 para realizar la primera tertulia de Fortulee, la iniciativa de lectura colectiva que ya completa 13 años enseñando a niños y jóvenes de Arauca el valor de los libros.

Con la experiencia de ‘Mentes libres’ una tertulia que realizaba con los presos en una cárcel de Santander de donde son oriundos, Álvaro González y Patricia Uribe crearon el conversatorio literario a pocos meses de haberse radicado en este municipio del piedemonte araucano, una tierra que no les era desconocida pues solían frecuentarla en sus temporadas de vacaciones.

Todos los jueves a las seis de la tarde se dan cita de los contertulios para leer y analizar entre todos el libro seleccionado. Po esta época reciben a unos 70 niños y jóvenes que en ocasiones llegan acompañados por sus padres, pero antes de la pandemia alcanzaron a reunirse casi 200 lectores.

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“A los siete meses de haber iniciado el proyecto, llegamos a la sesión y la biblioteca estaba cerrada. Unos minutos después llegó la bibliotecaria sollozando a informar que no podía volver a prestarnos la biblioteca”, relata Álvaro con tristeza. La orden la dio un funcionario de la época que prefirió alquilarla para otros asuntos.

A partir de ese momento empezaron a ir a las fincas y a las casas donde les permitieran leer.

“Empezamos a grabar para la radio, hay tertulias en las que se escuchan más los grillos y los sapos que las voces de las personas”, cuenta Álvaro. Por eso el director de la emisora comunitaria les ofreció el patio de su casa en el que construyeron un Kiosko que hoy en día aún funciona como la sede oficial de Fortulee. 

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Pero no solo se quedaron ahí, con los episodios cortos que emitían por la radio se dieron a conocer en los demás municipios. Esto hizo que los buscaran de todas las veredas y las escuelas para que llevaran la experiencia a sus más pequeños habitantes y en eso se la han pasado estos últimos trece años.

Danna Camarón tiene 14 años, le encanta leer una y otra vez El Principito y es una de sus integrantes más destacadas. “Tengo la idea que un libro releído es un libro diferente. La forma creativa en que nos inculcan el amor por la lectura es lo que más me gusta. No nos obligan a leer, sino que tienen la capacidad de llamar la atención por medio de saltos o de marionetas o de cualquier otra forma, para que los niños se interesen en los libros”, dice Danna orgullosa.

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La experiencia de Patricia

Patricia, quien es sicóloga, recuerda con emoción las cosas que más le han impactado de los cientos de niños que ha conocido durante sus recorridos por el campo araucano.

“En el inicio de nuestro trabajo conocimos a un niño de 11 años, no hablaba bien, muy inseguro, ensimismado y asustadizo. Lo invitamos, le dimos ánimo, cariño y con el tiempo era uno de los que más hablaba, tuvo un cambio enorme. Tomó confianza de la mano de la lectura”, relata.

Para ella, darles aliento a los muchachos, leer acompañado del abrazo, el “tú puedes” y el “te quiero”, amor, dedicación, una palabra mágica para cada uno de ellos, cambia vidas.

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“En una ocasión luego de compartir la lectura hicimos un ejercicio sobre la importancia del abrazo. Al abrazar a una joven de 16 años ella se aferró a mí y lloraba inconsolable, me dijo que nunca en su vida la habían abrazado. Eso es impactante. Ese momento marcó la historia de Fortulee y a ella le dio seguridad y le cambió la vida”, cuenta Patricia con satisfacción.

Tertulia en tiempos de pandemia

Como en la mayoría de los casos, la virtualidad también le tocó a Fortulee que no paró durante la pandemia y, por el contrario, el trabajo se incrementó. Empezaron sus charlas vía WhatsApp, leyeron por cuarta vez El Principito, Cien años de Soledad, El Coronel no tiene quien le escriba, La Vorágine, y además crearon tres tertulias virtuales en redes sociales. Estas fueron Fortulee, niños del Campo, Fortulee por Colombia y Bricolage dirigida por su más ilustre hijo, Indalecio, un joven de origen humilde que gracias al trabajo de Álvaro y Patricia se ganó una beca, estudió dos carreras y ya es docente de alemán. 

Leer en medio del conflicto

Las balas hicieron eco detrás de muchas tardes de tertulia, fueron días difíciles para los niños, para Álvaro y para Patricia, aun así, nunca han parado. En los caminos han quedado en medio del fuego cruzado.

“Cuando me preguntan cómo hacemos para seguir en medio de lo que pasa en la región, yo les digo con amor, desde niños empezamos a hacer que con la lectura cambien su manera de pensar, así lo gramos cambiar esas vidas”, expresa Álvaro.

A comienzos de este año, justo cuando se intensificó el conflicto en la región, salieron a hacer un recorrido por fuera del departamento para llevar un mensaje de paz, para decirle a las regiones cercanas que Arauca pide y merece vivir en paz.

Ahora les inquieta una sola cosa. “Seguiremos hasta donde tengamos vida y salud. Tenemos una preocupación porque no encontramos quien tome las riendas después de nosotros”, concluye Álvaro preocupado.

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