Octavio Montes ‘El poeta de la paz’ reconcilia a la Costa Pacífica Nariñense
En sus odas, Octavio Montes le rinde homenaje a las familias que trabajan por la unidad de sus territorios. Cada verso lo construye con el oído atento al transcurrir de la cotidianidad popular.
Tumaco es tierra de grandes gestores culturales y para quienes la paz es su bandera. Si bien es cierto con la música unen territorios, con la poesía reconcilian corazones y acortan distancias entre las comunidades más dispersas de la costa pacífica nariñense.
“¿Cuántas dosis de amor, caridad, responsabilidad, tolerancia y respeto estamos dispuestos a dar por los demás para lograr la paz?”, con estas preguntas que más adelante responderá Octavio Montes Arango, 'El Poeta de la Paz', rinde homenaje a aquel importante valor social por el que diariamente luchan las familias de la 'Perla del Pacífico nariñense'.
En sus odas dedicadas a las mujeres afrodescendientes, indígenas y campesinas; este escritor nacido en Trujillo (Valle del Cauca) quien hace más de 2 décadas fue acogido por esta tierra del pacífico nariñense destaca el aporte de las pescadoras y cultivadoras de cacao al desarrollo del campo y a la divulgación del amor como principio moral que nace en las entrañas de los hogares comprometidos en la construcción de la paz.
Sus más de 900 poesías escritas a lo largo de 20 años, están dedicadas a la reconciliación y a la riqueza natural de esta región. De aquellas composiciones sobresale la siguiente oda en la que Octavio Montes subraya que la paz es símbolo de vida, hermandad y trabajo.
“La paz que quiere mi pueblo”
No es la paz de los muertos, lo que quiere mi pueblo, Es la paz de la vida, floreciendo y creciendo. Respetándonos todos y todos compartiendo Las inmensas riquezas de este pueblo tan bello.
Es la paz de los niños inocentes y tiernos La paz en los hogares con caricias y besos; Con ternura y amor, con comida y con techo. Es la paz de las madres a sus hijos cuidando, Y el Padre trabajando, pa' ganar el sustento.
La paz del campesino cuando recoge el fruto La paz del pescador, con sus redes al viento; Es la paz del obrero, con un salario honesto La paz del empresario fomentando el empleo.
En su reciente obra titulada Decálogo de Versos Constructores de Paz, sobresalen poesías dedicadas a la juventud, a la familia, a la equidad social y a la mujer.
De aquellas odas están las tituladas: Drama juvenil, Procreación, Desempleo, Corrupción, Drama campesino, La paz que quiere mi pueblo, Basta hermano colombiano, Todos queremos la paz, Colombia lo pide a gritos y Ven mi Dios.
“En ellas expreso lo importante que es el amor para alcanzar el bien común y renunciar al mal para liderar acciones que nos permitan la oportuna reconstrucción de una sociedad mejor”, expresó.
En 1970 cuando llegó a Tumaco, Octavio recuerda que se conmovió ante las críticas situaciones sociales y económicas en las que se encontraban las mujeres, niños, niñas y adultos mayores.
“Antes de dedicarme de lleno a las bellas artes y particularmente a la poesía, en Tumaco inicié mi vida comunitaria con una gran obra social que tuvo que ver con la producción de pan, el cual fue repartido entre los abuelitos y abuelitas en situación de calle. Recuerdo tanto la acogida que tuvo aquella obra de caridad que, en su tiempo, todos los tumaqueños hablaban del pan para la paz”, expresó.
Ese gesto de solidaridad lo lideró el maestro Octavio durante 5 años consecutivos, tiempo en el que estuvo al frente de su propia panadería. En los años 90 la donación del pan para la paz la hizo en la denominada calle Ciega con el apoyo de la lideresa social Rosalba Sevillano.
“Ayudando a los demás y calmando el hambre de los más necesitados, también se contribuye a la consecución de la paz. Una sociedad que carece de lo necesario difícilmente está contenta y satisfecha”, expresó.
Fernando Pinzón Pérez, otro gestor cultural que en la tierra de ‘El Caballito Garcés’, lidera acciones para la consecución de la paz, indica que en Tumaco, el maestro Octavio Montes ‘El Poeta de la Paz’ y ‘Poeta del Pueblo’ le escribe a la vida en todos sus colores, acariciados por los sonidos del cununo y de la marimba. Por eso asegura que sus odas se edifican con palabras claras y versos sencillos como el agua y la luz. Pero también con el oído atento al transcurrir de la cotidianidad popular.
“En su decálogo de versos brinda a los lectores sus más sinceros consejos sociales, políticos, económicos y culturales para alcanzar la paz que tanto necesita Colombia”, subraya el maestro Fernando Pinzón Pérez.
En sus poesías, Octavio Montes también le rinde tributo a San Andrés de Tumaco, la tierra que lo acogió desde hace más de 50 años.
‘Mi San Andrés de Tumaco’
Mi San Andrés de Tumaco, paraíso sin igual tus playas, tu brisa y mar, nos hacen sitio especial
Tumaco Tumaco empuja, vamos todos a remar negros, blancos y mestizos una sola sociedad
Las diferencias políticas no tienen nada que ver, la paz entre costeños no la dejemos perder
Tumaco Tumaco empuja, vamos todos a remar Para que esta tierra bella, se llene de amor y de paz.