Por: Angélica Blanco Ríos
Escondida, como si la naturaleza misma se hubiese encargado de hacerlo, permanece la caverna ‘La Tronera’, ubicada en El Peñón, municipio santandereano, que forma parte de la provincia de Vélez.
Allí, en el 2011, hallaron restos óseos de mamíferos herbívoros y carnívoros, es decir, un cementerio paleontológico, de casi dos kilómetros de extensión, que hoy corre peligro, no solo por los saqueadores, sino por las lluvias que se presentan en Santander y que amenazan con borrar o llevarse las evidencias de los fósiles, entre los que se encuentran posibles esqueletos de: mastodontes, perezosos gigantes u otras especies que quizá vivieron en el territorio hace millones de décadas.
Aunque este descubrimiento se hizo hace seis años, el Instituto Humboldt Colombia lo comunicó al país a finales del 2016. Desde entonces, “no se ha hecho el levantamiento que se requiere por falta de apoyo. Sin embargo, estuvimos a punto de hacerlo, pero todo se ha retrasado y es algo que está perjudicando directamente a los huesos, pero aún más al estudio de los mismos”, explicó Juan Carlos Higuera, director de la Sociedad Colombiana de Espeleología.
Él fue uno de los integrantes del equipo conformado por 12 personas que descubrió esta cueva y lo que en ella se oculta a través de una exploración que duró aproximadamente 12 horas.
La antigüedad de los restos, por ahora, sigue siendo un interrogante, según el director Higuera, “podría ser de más de lo que se habló en noviembre del año pasado (cinco millones de años) o puede ser menos y no lo tendremos claro hasta iniciar el levantamiento y estudio”, tema que preocupa al experto, junto a geólogos, biólogos, geocientíficos y paleontólogos.
La Universidad Nacional, La Sociedad Colombiana de Espeleología, y el Instituto Humboldt, en conjunto, han acompañado las exploraciones realizadas en estas cavernas, consideradas laboratorios de biogeografía y evolución, que se abren paso al sur de Santander.
La importancia radica en los huesos, cuernos y dientes que hoy se están moviendo y deteriorando por el agua y el invierno. “Nos permitirían estudiar cómo vivían estas especies, además de cómo era la vegetación y el clima en esa época, lo que sería de gran aporte para la comunidad científica”, explicó Yaneth Muñoz, paleontóloga y docente de la Universidad Nacional.
Por ahora, los expertos que realizaron el hallazgo, las instituciones que los apoyan, habitantes y autoridades de El Peñón, seguirán a la espera de que las lluvias en el territorio cesen y atentos a que la Gobernación de Santander y los entes colombianos, responsables de velar por la naturaleza, actúen.
“Sabemos que en este país los procesos son lentos, pero queremos que el proyecto se haga y se estudie, porque allí pueden descubrir cosas que tienen que ver con la historia, pero también con el cambio climático, el mismo que hoy está afectando a los huesos”, concluyó Francisco Jesús Cruz Guiza, alcalde de El Peñón.