Pasar al contenido principal
CERRAR

Museo de Bogotá: 50 años de memorias con sede renovada

Hoy después de 50 años el Museo de Bogotá abrió sus puertas en su sede de La Casa de los Siete Balcones, ubicada en la calle 10.ª n.° 3– 61

Por: Richard Hernández.

La capital del país cuenta con un gran número de museos de diversas características. Uno de ellos es el Museo de Bogotá, el cual nació el 11 de julio de 1969, como Museo de Desarrollo Urbano, durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo y cuando era alcalde Virgilio Barco.

Barco como burgomaestre también creó el Museo Taurino, el Museo de Historia Natural, el Planetario de Bogotá, La Casa Museo Antonio Nariño y el Museo de Santa Clara.

Hoy después de 50 años el Museo de Bogotá abrió sus puertas en su sede de La Casa de los Siete Balcones, ubicada en la calle 10.ª n.° 3– 61, luego de un proceso de tres años de transformación y rediseño de su exposición permanente.

Para conocer sobre los cambios y lo que encontraran los visitantes en este nuevo escenario hablamos con Marcela García Sierra, coordinadora del equipo curatorial del Museo de Bogotá.

Foto: Hanz Rippe- IDCP

¿Cuáles son las características principales del Museo de Bogotá?

Lo más importante de resaltar es que es un museo de ciudad. Nosotros trabajamos muchos temas relacionados con el espacio urbano. Hablamos de historia, de antropología y de artes, pero somos un museo de ciudad porque engloba todas esas categorías.

Lo que estamos hablando es de como se ha transformado la ciudad y eso implica el desarrollo físico, el desarrollo urbanístico y también la gente que habita la ciudad.

El Museo de Desarrollo Urbano es nuestra base. No podemos desconocer la historia que nos dio origen. Por ejemplo, gran parte de la colección que nosotros tenemos en estos momentos de objetos, de fotografías y de planos procede de esa colección que se armó hace 50 años.

Lo que ocurrió es que con el paso del tiempo el museo ha ido replanteando su función. Hace 50 años un museo de arte urbano era muy interesante para lo que pasaba en esa época.

La idea de la restauración del museo venia patinando desde hace mucho tiempo. Han sido varias administraciones que han ido poniendo granitos de arena para que esto haya sido posible. Primero fue la restauración arquitectónica en la administración anterior que requirió un gran trabajo para mantener los valores originales de la casa.

Luego con este proceso de renovación, lo que pensamos hacer desde el 2016 fue preguntarnos ¿qué significaba llamarse Museo de Bogotá? eso implicaba autodeterminarnos como un museo de ciudad y como ampliar esta base que nos dejó el Museo de Desarrollo Urbano, para aumentar esas temáticas más pertinentes al momento actual.

Nosotros tenemos dos sedes. La sala de exposiciones temporales que es la sala Sámano, que se encuentra situada en la carrera 4.ª n.° 10-18 y la sala de exposiciones permanentes que es la Casa de los Siete Balcones.

Las exposiciones temporales nunca han parado en el Museo de Bogotá, aunque el museo no ha tenido sede en varios años.

Esta casa estuvo abierta hasta el 2016, hasta que empezó un proceso de restauración y volvimos a abrir el pasado 7 de junio.

¿Cómo se concibieron esos ejes temáticos para el museo?

El museo plantea más preguntas que respuestas. En el 2016, el equipo se reunió con varios investigadores que han trabajado Bogotá durante muchos años desde diferentes ópticas y partir de un trabajo se definieron unos ejes curatoriales, que son como los grandes ejes temáticos que engloban todo el accionar del museo.

Escribir textos para museos es muy complejo porque uno tiene muy poquito espacio, pero tienes que escribir un texto comprensible para todo el mundo, pero además con todo el rigor científico del caso.

Para llegar a lo que estamos presentando ahora recurrimos a varios ejercicios como revisar el libro de visitantes de las personas que venían a nuestras exposiciones temporales, por ejemplo, el tema de la fundación de Santafé de Bogotá salió de ahí, era un tema que la gente nos pedía.

También revisamos las encuestas bienales de consumo cultural y confirmamos que Bogotá es una ciudad cinéfila y el cine es nuestra principal actividad de ocio, entonces también tenemos una sala dedicada al cine.

Todo eso surgió de mezclar muchos tamices, lo que queremos es que la gente venga, se enamore de la ciudad y se vea en ella.

Un ejercicio que hicimos también fue incluir las voces de estos grandes investigadores y las voces de los habitantes de la ciudad.

¿Qué van a encontrar los visitantes en el museo?

En el primer piso se encuentra la sala introductoria que se llama “La sabana de Bogotá, el suelo que pisamos” que cuenta con una proyección audiovisual que les muestra a los visitantes el proceso de conformación geológica de la Sabana. Además de los principales referentes geográficos y los principales cuerpos de agua.

También está la sala “Cápsulas del tiempo” que contiene las urnas centenarias y bicentenaria que guardan la memoria de la ciudad. La urna centenaria se cerró en 1911 como parte de los festejos que se hicieron para celebrar el centenario de la independencia y se abrió en el 2010.

En el 2010 la Alcaldía de Bogotá hizo una encuesta a través de unas urnas, para que la gente depositara en ellas, que le gustaría que tuviera esa nueva urna bicentenaria que se abrirá el 20 de julio del 2110.

En este mismo piso va a estar la sala que se llamará “Sobre rieles el tranvía en Bogotá” que está en proceso de adecuación, porque vamos a traer un tranvía de mulas, que es de la colección de nuestro museo, el cual se encuentra en el Archivo Distrital, mientras se adecua la sala para su exhibición en agosto próximo.

En el segundo piso se encuentra una sala que se llama “Entre montañas y agua, la habitación de la Sabana” en donde quisimos contarle a la gente que la historia de la Sabana de Bogotá comenzó hace 12.000 años con los cazadores y recolectores y no con la llegada de los españoles.

También vamos a encontrar en esta segunda planta, otra sala que se llama “Territorio del agua” en donde abordamos la relación que ha tenido la ciudad con el agua y donde tenemos un espacio dedicado al rio Bogotá.

Hay otra sala que se llama “Dar y recibir la dinámica de los derechos ciudadanos”. En esta sala tratamos el derecho a la salud que es el tema contundente para hablar de derechos y además lo hacemos parados en el San Juan de Dios, que nos permite hablar además de toda la historia de Bogotá.

Este hospital resume la historia de la atención y los grandes cambios. Por eso nos permite entender lo que significa como ciudadanos acceder a la salud hoy en día.

Los derechos en la ciudad muchas veces son otorgados en la ciudad por el Estado pero muchas veces también son luchados por la gente y ¿donde se lucha?, pues en la calle que es el otro eje que se usa para hablar en esta sala y es el espacio público para reivindicar los derechos.

Hay otro espacio interesante que es la salaDe puertas hacia dentro el mundo femenino”.

Esta casa tiene una particularidad y es que el primer piso fue construido en el siglo XVII, pero la segunda planta es del siglo XIX. En este segundo piso hicieron en esa época un oratorio, que era un espacio en donde las mujeres de la casa enseñaban a las hijas a bordar, tocar el piano y les enseñaban catequesis.

Había distintos tipos de oratorios, pero los más grandes eran de las familias pudientes las cuales tenían permiso para oficiar misa.

Acá la particularidad del oratorio fue que cuando se hizo la restauración los arquitectos decidieron dejar toda la pintura mural de ese espacio al descubierto, es un espacio único para poder contemplar pintura mural del siglo XIX en las cuatro paredes restauradas.

Otra sala importante es “Cinema Capital” en donde se cuenta la ciudad a través del séptimo arte. Esta es una 'muestra resumida' de lo que fue la exposición temporal 'En torno al cine. Memorias bogotanas en la gran pantalla'.

También se encuentra la “Sala de conversaciones” en donde a partir de unas piezas nuestras, le proponemos a la gente hablar sobre un tema y el tema en este caso es el Bogotazo.

No quisimos tener una sala dedicada al Bogotazo, sino quisimos que la gente hable sobre el Bogotazo a partir de unas ideas que quedan planteadas en la sala y lo quisimos hacer así, porque realmente hay todavía mucha memoria del Bogotazo.

Hay gente que todavía está viva y recuerda este hecho o recuerda que los padres le contaban sobre este suceso, por eso quisimos dar ese espacio para que la gente se sienta y hable. Además, tenemos libros sobre el Bogotazo.

Y aparte de las salas ¿qué otras actividades programa el Museo de Bogotá?

Nosotros seguimos teniendo la casa Sámano para las exposiciones temporales.

El próximo 18 de julio inauguramos una exposición sobre el bicentenario de Bogotá, luego tendremos una exposición de fotografía y otra sobre Bogotá en la literatura.

La exposición permanente está acompañada de una nutrida programación de actividades educativas y culturales.

Nosotros decimos que el Museo de Bogotá es más que una sala de exposiciones, porque aquí se hacen conferencias, talleres, visitas guiadas y grupales y todos los servicios que presta el museo de martes a domingo son de entrada libre.

¿Cómo han recibido los ciudadanos este nuevo espacio renovado?

La recepción de la genta ha sido maravillosa, estamos muy contentos porque llevamos cuatro años trabajando en esto fuertemente y cuando uno trabaja en museos trabaja para la gente.

Desde el pasado 7 de junio, día de la inauguración, hasta la fecha, nos estamos acercando a los cuatro mil visitantes. Nuestro libro de visitantes está lleno de mensajes positivos, la gente se siente muy agradable en este sitio.

Hemos entendido que este es un lugar para venir y estar tranquilo. Este es un espacio abierto a la ciudadanía, porque esto se paga con el impuesto de todos.

También llama la atención la calle empedrada que pasa por el museo.

Es piedra Barichara, eso hace parte de un proyecto que tienen la Alcaldía Mayor, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y la alcaldía local de La Candelaria para peatonalizar la calle 10, que es una vía con mucha historia en Bogotá y entonces se decidió recuperar ese valor colonial de la calle.

Por eso se hizo este empedrado, ya van dos tramos, pero la idea es que siga hasta llegar a la Carrera Séptima y que quede peatonal. Inicialmente hasta la Séptima, pero el proyecto va a hasta San Victorino.

¿Con que apoyo cuentan para mantener el museo?

Nosotros siempre trabajamos en alianzas con otras entidades porque estamos convencidos de que es la manera de trabajar en el sector cultural. Normalmente todos tenemos poquitos recursos económicos, pero tenemos muchos recursos de otro tipo, entonces por eso intentamos apoyarnos mucho.

Po ejemplo en esta casa hay piezas que son de otras colecciones, tenemos colecciones del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia que nos facilitó material precerámico original de 6 mil años y 10 mil años de antigüedad, de grupos cazadores recolectores y también material muisca.

Además, tenemos material del Museo Colonial, material audiovisual que nos dio la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, fotografías del archivo de la Luis Ángel Arango. Durante todo este proceso hicimos muchos amigos y muchas alianzas. La lista de agradecimientos para este proyecto es larga.

¿Qué opina de estos nuevos escenarios culturales para Bogotá?

Es la conclusión de un trabajo muy largo. Que las obras se inauguren en una administración no quiere decir que antes no hubo trabajo. Ninguno de estos proyectos se hace en poco tiempo.

Lo importante resaltar acá es que han sido administraciones que una tras otra han decidido seguir construyendo sobre lo que venía, que eso me parece lo más rescatable y llegamos a esta conjunción, en donde tenemos estos nuevos escenarios para Bogotá que nos hacía mucha falta.

Una nueva Galería Santa Fe, pero además con la plaza de La Concordia restaurada. Además, esa nueva Cinemateca Bogotá, tan increíble que tenemos, que somos la envidia de Latinoamérica y ahora nuestro Museo Bogotá, también un espacio abierto para la ciudadanía.

ETIQUETAS