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'El Diablo', uno de los principales decimeros y leyenda viva del Pacífico colombiano

Contar décimas es un talento que no muchos tienen, en algunos casos se aprende, pero quizá si se necesita tener una herencia genética y 'El Diablo' de Tumaco tiene un poco de ambas.
Pacífico colombiano: 'El Diablo' decimero de Tumaco
Foto: Kongo Kimbiza
Mercy Seidel

Carlos Rodríguez Castillo se despersonalizó hace muchos años dándose a conocer como el 'Diablo'.

Cuenta que desde muy pequeño fue inquieto y creativo por lo que lo apodaron así “sí que era muy chispa, un poco lo podríamos llamar tal vez hiperactivo, ´´ese peladito es el diablo´´, decían, entonces quedó y me gustó de alguna manera. No es que sea una apología al satanismo, sino que es un reconocimiento cultural a un ser humano que tiene todas estas habilidades que estamos describiendo y, por supuesto, que yo he aprovechado el remoquete del diablo para reafirmar mi ejercicio como sostenedor de la tradición oral, como narrador oral, como oralitor”.

Él inició a través de un espectáculo de cuentería y de décima que se llamaba ‘Un encuentro con el diablo’, las personas llegaban a verlo un poco intrigados por el nombre “Uy, ¿cómo ha sido un encuentro con el diablo? Uy, se encontraron conmigo, entonces yo comenzaba a hacer cuentos, sobre todo en temas que tienen que ver con los mitos y las leyendas, para aprovechar eso”.

En Cuba encontró la ficha que le faltaba 

El ‘Diablo’ está cumpliendo 30 años contando cuentos y empezó cuando tenía 23. Ha conocido muchos lugares a lo largo del mundo, pero fue Cuba quien lo conquistó, ahí conoció la religión yoruba y donde adoptó su otro nombre, Kongo Kimbiza.


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“Me encanta Cuba, yo voy a Cuba tres o cuatro veces en el año, voy a todos los países a contar la décima, [...] realmente somos sacerdotes yorubas, que así es como debe decirse técnicamente, porque santería es un nombre despectivo para referirse al tránsito que tuvieron que hacer los esclavizados de su religión yoruba y camuflarlo a través de los santos católicos de Changó, de Santa Bárbara, de Don Bátala en la Virgen de la Merced, de Núñez de Atocha en Eleguá”, afirmó.

De igual forma, contó para los micrófonos de Radio Nacional de Colombia que “en este tránsito, yo conozco la religión Yoruba y reafirmé mi fe. Tengo que decirlo con todo respeto, yo nunca me sentí cómodo con la religión Católica, yo decía que me faltaba encontrarme con la propia fe espiritual, heredada de nuestros ancestros y ahí es que aparece mi nombre como Kongo Kimbiza, porque tengo un negro Kongo que me acompaña. Por supuesto es un nombre netamente africano y dentro de la rama del Palo Monte, que es una de las ramas de la religión Yoruba, yo pertenezco a la rama Kimbiza”, agregó.

Su talento para los cuetos podría tener un componente genético y otro de aprendizaje

Contar décimas es un talento que no muchos tienen, en algunos casos se aprende, pero quizá si se necesita tener una herencia genética.

Kongo Kimbiza cuenta que fueron dos antecedentes que lo preceden de donde podría venir el talento que lo acompaña, “y es que mi abuelo paterno, Cipriano Preciado Galarza, que era chaguireño, un indio negro y dicen que era un juglar que echaba cuentos, tocaba la guitarra. Yo me enteré hace muy poco, porque no conozco tanto el álbum genealógico de mi papá, pero tengo genéticamente el don de la palabra de mi abuelo”. 

Continuó: “yo conocí a los doce años a don Benito Castillo, el máximo decimero que hemos tenido, él era una especie de periodista, un cronista que contaba el día a día en aquellos tiempos que no había televisión ni radio, él era el que un hecho que ocurría lo narraba y lo vendía en unas hojitas, era como el periódico, y yo lo conocí a él y le dije a mi mamá que quería ser como él. Ella me dijo que no porque me iba a morir de hambre y yo le dije que no iba a vivir de eso”.

Orgulloso de ser embajador de Tumaco

Por su trayectoria mostrando la cultura, el ‘Diablo’ ha recibido reconocimientos por parte de la Alcaldía de Tumaco, la Gobernación de Nariño, el Ministerio de Cultura y la Universidad de los Pueblos de México, que le otorgó un doctorado como sostenedor de la moralidad latinoamericana.

“Me sorprendió gratamente porque sigo diciendo humildemente que es inmerecido, yo tengo un mejor reconocimiento, me enamoré de la décima y estoy intentando seducir a otros para que la sigan, me encanta llamarme 'Embajador de Tumaco', la verdad es que mi principal función es poder mostrar un Tumaco positivo, como se llama en mi último libro, T positivo, que es un tipo de sangre que solo tenemos nosotros los nacidos en Tumaco, mostramos todo lo bonito que tenemos"

Finaliza contando que "además de eso, yo he recibido reconocimientos del Ministerio de Cultura como leyenda viva de la cultura colombiana y de la cultura afrocolombiana, eso es un título que me engrandece porque dice que yo represento la imagen de la palabra”. 

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