Por: Laura Ramírez León.
En las manos y el pensamiento artístico del charaleño Pedro Nel Martínez, el tiple se convirtió en el instrumento más sonoro de América. Por él se inmortalizó la fiesta del tiple. Sin duda, su esfuerzo y dedicación ha dado frutos con el paso del tiempo. No solo por la enorme seguidilla de reconocimientos obtenidos, sino por los aportes que ha hecho a la música colombiana
Pedro Nel Martínez es un músico que ha dedicado su vida a llevar el folclor hasta límites insospechados. En nuestras Travesías de Tiple y Requinto lo visitamos en su tierra natal, Charalá (Santander).
¿Cuál es su primer encuentro con el tiple?
Mi papá también tocaba y tenía colgados sus tiples por toda la casa. Como Rodolfo era más alto él era el que bajaba los tiples y nos poníamos a tocar. En las familias si hay un carpintero el hijo aprende carpintería, en nuestro caso mi papá le gustaba mucho la música, era un hombre bohemio, con él aprendimos a dominar el instrumento.
¿Por qué el tiple es el instrumento más colombiano de todos?
La formación de sus cuerdas es totalmente colombiana. Dicen que el general Santander le tocaba a su batallón el tiple. Imagínese que en 1830 ya sonaba este instrumento en nuestras tierras. Si el general Santander que era santandereano tocaba tiple, y no existía ninguna estudiantina antes del general, podemos afirmar que el tiple es netamente santandereano.
¿Charalá cuna de tiplistas?
Si. En los últimos 55 años nos hemos dedicado a hacerle promoción a nuestro instrumento. Los niños que ven tocar quieren aprender, despertamos en ellos un gran afecto por el tiple.
Charalá es el único pueblo de Colombia que tiene ganados siete Concursos Nacionales del Tiple y dos grandes Festival Mono Núñez. Con mi hermano Rodolfo nos hemos iniciado la formación de algunos jóvenes tiplistas en Charalá. El concurso nacional que crearon con mi nombre ya lleva 18 versiones, de donde han salido 36 campeones del tiple. Charalá es un semillero de tiplistas.
¿Qué le falta a Colombia para fortalecer su folclor?
Necesitamos que se acabe tanta corrupción, que la plata de la cultura no se pierda. La estampilla de la cultura da suficiente para respaldar todos los festivales que hay en el departamento. Se mueven millones y lo que necesitamos es poco. Por ejemplo, en Vélez, capital folclórica de Colombia, se necesita dinero porque hay muchos niños que quieren aprender a tocar el tiple.
¿Y en temas de difusión?
Todas las emisoras deberían tener en sus programaciones nuestra música. Las personas que se encargan de las programaciones tienen que acordarse de que sus abuelos y sus papás siempre vivieron y gozaron de nuestra música colombiana.
Pero en cambio, nos tienen olvidados, prefieren meter 24 horas de reguetón y vallenato. Necesitamos gobernantes que tengan oído.
Usted ganó el premio Gran Maestro Patrimonio Cultural de Colombia...
Esa fue una condecoración que creó el Ministerio de Cultura. Es un título que llevamos pocos en Colombia. Es un reconocimiento a 55 años dedicados a promover el tiple, ese instrumento son mis raíces. Tengo cerca de 400 melodías grabadas. Yo dediqué toda mi vida al tiple, a quererlo a tocarlo con el corazón, a enseñar a tocarlo y a componerle. Por eso me otorgaron el título de Gran Maestro Patrimonio Cultural de Colombia.
¿Cuál es su mensaje para los nuevos talentos del tiple?
Que quieran lo nuestro, que no olviden sus raíces. Que siempre, por más de que lleguen otros géneros, ellos se sientan orgullosos de llevar el nombre en alto de nuestra tradición.