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Jepirra: el lugar donde van las almas de los wayuu fallecidos

Prepárate para hacer un viaje por el Cabo de la Vela, un paraíso terrenal del pueblo wayuu y conocer las tradiciones que se tejen alrededor de la muerte en esta etnia.
Jepirra, la tierra santa de los wayuu en la Guajira
Crédito: Colprensa
Karen Pedroza

Entre el desierto de La Guajira y el mar Caribe se ubica el Cabo de la Vela y allí, Jepirra, el sitio donde descansan las almas de los wayuu que han fallecido. Contrario a la cultura occidental, para este pueblo indígena ‘el paraíso’ es un lugar físico y hace parte de su territorio ancestral. 

Para esta etnia, la muerte es tan o más importante que la vida misma, por eso, se preparan para recibirla. Cuenta el sabedor wayuu, Rafael López, que es un acontecimiento que reúne a las familias: 

“Es un momento de recogimiento, un espacio de reflexión, pensamiento y de encuentro, por lo tanto, juega un papel muy importante dentro de la dinámica social, incluso, podemos hasta decir que una persona adquiere su relevancia como miembro de esa familia cuando fallece”, relató.  

Cementerio Wayuu en Jepirra
Crédito: Radio Nacional de Colombia

Cuando un wayuu muere, todo su clan y familias cercanas se reúnen, llevan animales y alimentos, ya que su duelo es un proceso que dura alrededor de un mes en el cementerio, que es uno de sus sitios sagrados. 

“Para nosotros el velorio demanda mucha logística, debemos preparar el tema de los animales para poder compartir con las demás personas que van a visitar a las familias de los difuntos. Es un momento de unión y armonía”, contó el sabedor. 


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Es aquí donde los difuntos de este pueblo indígena inician un recorrido hacia la vida espiritual, Jepirra, que según relata el antropólogo wayuu, Wilder Guerra Curvelo, es “el camino de los indios muertos”, que es la vía láctea.

“Es un camino lleno de dos tipos de pozos: los vivificantes de agua cristalina que alientan a los muertos a caminar por esa ardorosa ruta y por otro lado, se encuentran los pozos que tienen orines de asnos, los cuales mortifican el alma y provocan más sed en los difuntos”, expresó el académico wayuu. 

Guerra Curvelo explicó que, ese largo camino les permite a los muertos llegar hasta Jepirra, donde son acompañados por las almas de los animales que sacrificaron en su velorio: vacas, cabras y ovejas, lo cual demuestra de alguna manera la posición social que tenían en la tierra.  

El segundo velorio: un pase de entrada al “descanso eterno” 

Transcurridos varios años luego de la muerte de un indígena wayuu, se realiza un segundo velorio que es la exhumación de sus restos. El antropólogo Guerra señala que, para ello, su familia se prepara y planifica con anterioridad, se arreglan las enramadas (especie de quioscos) del cementerio, se limpia la tumba y se alistan los animales que van a ser sacrificados para atender a los invitados. 

Se vuelve a reunir la familia y clanes vecinos que llegan a acompañar este suceso trascendental que dura entre tres y cuatro días. Se reparte comida tradicional y sus bebidas artesanales, se narran historias y se llora nuevamente el alma del difunto. 

“Una persona especializada es la que separa los huesos de la carne del difunto, esta persona queda contaminada y no puede dormir en las siguientes 72 horas, por lo que dos mujeres la acompañan en un chinchorro que debe ser incómodo para que no se duerma, le hablan constantemente y le llevan los alimentos a la boca”, manifestó el experto.

Y agregó que, “durante varias semanas, no podrá hacer oficios, ni cargar niños mientras supera el proceso de contaminación al tener contacto con los restos del indígena muerto”. 

Cuando un wayuu alcanza el ‘descanso eterno’, comienza a habitar espiritualmente su territorio y sus lugares sagrados. 

Cementerio Wayuu en Jepirra
Crédito: Radio Nacional de Colombia

El cementerio: sitio sagrado de los wayuu

Aamaka es una palabra en wayuunaiki que traducida al español significa “cementerio”, uno de los lugares más sagrados y representativos para el pueblo wayuu. Allí despiden a sus seres queridos que fallecieron, pero, además, es su sitio de encuentro y de unión. 

En este lugar es común ver a las mujeres cerca de las bóvedas y bajo las enramadas preparando sus comidas tradicionales y cuenta con los elementos suficientes para que los indígenas de esta etnia puedan permanecer ahí el tiempo que consideren necesario. 

Al ser un sitio sagrado, no se puede mover ni modificar, debe permanecer como lo construyeron sus antepasados y cobra mucha importancia para ellos debido a que allí permanecen los restos de sus familiares, abuelos y demás ancestros.  


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Importancia de las comidas y bebidas tradicionales en los velorios wayuu

La comida es un factor fundamental en los velorios de los indígenas wayuu, ya que esto garantiza que su viaje a Jepirra sea lo más ameno posible, pues, para su cultura, así como se despide al difunto, será su recorrido hacia su paraíso terrenal. 

El antropólogo, Wilder Guerra, cuenta que los animales que se sacrifican deben ser domésticos, como las vacas, ovejas y cabras o chivos; no pueden ser de pesca o de caza como los conejos porque no son propios de los wayuu y al sacrificarlos para un velorio, se estaría cometiendo un acto de canibalismo. 

También se prepara su tradicional chicha de maíz y bebidas propias como el chirrinchi, conocida popularmente como ‘churro’. 

Es importante destacar que, con estas tradiciones no es que el pueblo wayuu celebre la muerte, sino que se preparan y toman la mejor actitud para despedir y honrar a sus seres queridos fallecidos, así como compartir y acompañar a sus familiares. 

Detrás de Jepirra, se esconden cientos de historias de misticismo y cosmovisión wayuu, tradiciones que quiere seguir preservando este pueblo indígena milenario.  

Cementerio Wayuu en Jepirra
Crédito: Radio Nacional de Colombia

 

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