¿Qué es la muerte para el pueblo wayuu?
“La muerte es una etapa de la vida, termina la etapa física e inicia un recorrido hacia la vida espiritual que está en el mismo territorio, la gente dice vuela alto, pero no porque vamos a un lugar sino acá mismo en el territorio”, explica Eliel Castillo sabedor Wayuu.
De acuerdo a Eliel, la muerte hace parte de la vida, no se desvincula del territorio, no se desvincula de ese lugar que somos, donde vivimos, pero si cumple unas etapas para poder llegar en las mejores condiciones a la vida espiritual del mismo territorio.
“Específicamente cuando la persona muere, nosotros los seres humanos vivos lo acondicionamos, le damos todos esos elementos que necesita para poder iniciar ese viaje que hace hacia el territorio, hacia el lugar de origen de nosotros los wayuu”, afirma el sabedor.
Viaje a Jepira
Un viaje hacia ese lugar espiritual sagrado que es Jepira, “cuando partimos físicamente de acá e iniciamos un viaje hacia el territorio espiritual, Jepira, que es parte del territorio, el mar que representa el agua, la pureza, limpieza cumple un papel muy importante, es la entrada de todos nosotros los wayuu”, afirma el sabedor Eliel.
“Por eso los wayuu siempre entramos por Jepira para poder cumplir un viaje que nos va a permitir entrar hacia los territorios espirituales que hacen parte del mismo territorio físico, pero en ese plano espiritual que nos caracteriza a nosotros como wayuu”, afirma Eliel.
Para ellos, sin Jepira no existen los wayuu, estarían penando en lugares que no son propios, lugares ajenos, morirían y se quedarían en cualquier ciudad donde su corazón para de latir, quedarían deambulando sin el descanso que de acuerdo al sabedor merecen, ese camino hacia la vida espiritual.
“Por eso la importancia de Jepira para el mundo wayuu sin esto no tendríamos equilibrio, armonía entre el mundo espiritual y físico, es en ese lugar donde nosotros entramos y a través de ese lugar nos conectamos con la vida espiritual del mundo wayuu”, cuenta Castillo.
Ese viaje requiere una preparación para que el camino se dé de la mejor manera. El sabedor explica que cuando muere una persona, lo tratan con unos rituales que le van a permitir prepararse, es como cuando vamos a una fiesta, o a salir; nos bañamos, nos vestimos, arreglamos todo para la fiesta, lo mismo pasa con los wayuu para viajar al plano espiritual en el mismo territorio.
“Además de que a la persona se le baña, se prepara, incluso el ataúd donde va, la ropa, el chinchorro, los elementos que utilizaba la persona… también se hace con el tema de los animales, se busca la manera de que eso se lo pueda llevar para que durante ese recorrido que hace no le falta nada, no tenga sed, no tenga hambre”, cuenta el sabedor.
La comida
La comida será un punto muy importante para ese viaje en el plano espiritual, garantizarle a nuestro ser amado que ha fallecido que su recorrido sea lo más ameno posible “por eso se coloca la chicha, las bebidas propias de nuestro territorio, las bebidas típicas para que en ese viaje no le falte nada. Se matan muchas reses, muchos chivos, vienen a acompañar núcleos familiares que hacen parte de la línea matrilineal, que muchas veces no logramos dimensionar la cantidad de personas”, explica el sabedor.
“En ese acompañamiento es necesario garantizar una buena atención a esas personas, ya que esa atención es la misma que se le da a la persona que se está yendo al plano espiritual”, agregó.
Cuando alguien, por ejemplo, no tiene donde sentarse, no tiene que tomar, esa misma necesidad la va a sentir esa persona que ya dejó el plano físico, explican los wayuu. Es por ello que en los velorios garantizan la mejor atención a quienes los acompañan y llevan alimentos, porque este pueblo indígena siempre es de compartir. Es esa visión, esa cosmogonía de la muerte que hace parte de su propia vida.
Altar
Todos los días desde el día que muere hasta la novena noche reparten comida, la novena noche se amanece porque a las 3 de la madrugada quitan el altar. Esa es la despedida que se le da al difunto.
En el altar se ven los arreglos florales, la foto del difunto, velas y un mantel blanco. En la cultura wayuu, cuando se pone una vela es una forma de iluminar el camino por donde va viajando el difunto. Es una luz para que él o ella no estén en la oscuridad para que el espíritu encuentre la luz.
Sepelio
Después del sepelio inician nueve días, cuando alguien fallece todos están vestidos de negro o blanco, van al cementerio. Hoy en día se hace una misa católica, entierran el cuerpo y la gente se va, quedan los familiares dando el último adiós.
“Las nueve noches fuimos al cementerio, le llevábamos un vaso con agua, prendíamos la vela”, cuenta una joven mujer que hace pocos meses perdió a su abuela materna.
El cementerio cobra un papel fundamental en todo este proceso de la concepción de la muerte para los wayuu, explica el sabedor ya que ellos hacen el acompañamiento durante una semana, “el cementerio es uno de los lugares importantes de nuestra vida porque ahí podemos dormir, compartir. El cementerio es sagrado, no se pueden mover, deben permanecer como lo hicieron nuestros antepasados. Los ancestros allí enterrados son los que les da la legitimidad del territorio, de la familia, ahí están toda la generación de abuelos que existió antes que nosotros. Para vivir en él tiene su enramada, su cocina, dentro del cementerio esta adecuado para nosotros permanecer ahí, es importante poder estar con quienes están guardados en esas bóvedas”.
Según las creencias, en la cultura wayuu mientras el cuerpo este ahí en el lugar de velación, no se puede dejar solo el sitio donde está, la puerta debe permanecer abierta durante un mes, “si no lo haces dicen que la persona va a estar penando y va a molestar. Se amanecen los hijos, siempre deben estar ahí presentes. Se turnan porque también se cansan”, explica una de las mujeres que recientemente tuvo una pérdida.
Las pertenecías de la persona muerta deben quedar intactas durante un año, no se pueden regalar, ni tomar algo de la persona porque es de ella, ya después de un año si se puede regalar, quedarse con ello, repartirlo entre hermanos, o dejarlo ahí. Pero antes del año se debe conservar todo como el difunto lo dejó, nada se puede tocar.
“Los wayuu creemos mucho en los sueños. Recuerdo que un día mi mamá soñó que mi abuela estaba buscando algo y buscaba y buscaba, era una mochila que se había tomado de ella y era ella quien siempre la cargaba, la habíamos guardado en una gaveta y eso era lo que buscaba. Lo que hicieron fue colgar su mochila donde siempre estaba”, cuenta la mujer que está de luto.
Vestimenta
“A mi abuela la enterraron con una manta que ella usó para el día de la madre que se la regaló mi mamá. Solo la manta, es malo colocar zapatos en la cultura wayuu dado que cuando se le pone zapatos a la persona que fallece la persona va a estar caminando dentro de la casa y no va a descansar”, cuenta Cristiel Solano que en este momento cumple siete meses de duelo por su abuela.
Según explican, guardar luto es no vestirse de colores, no escuchar música, no estar de fiesta, no salir, el color de la vestimenta de luto se va cambiando gradualmente en tonos de negro a grises hasta llegar a blanco. Cuando alguien muere, no se escucha música todo está en silencio, es símbolo de que los otros están acompañando a la familia en el dolor, en la tristeza.
Exhumación
Durante la exhumación, las personas se visten nuevamente de negro, es como si falleciera nuevamente ese ser amado, se repite el primer velorio. Es un ritual, lo debe hacer una sobrina del difunto debe sacar los huesos y echarlos en el cofre. A la persona que hace el ritual se le hace un baño para quitarle “el frío de muerto”, la soplan con churro y pringamoza en las manos, ese día esa persona le asan un chivo y debe comer, le hacen un tipo de encierro, los familiares lloran y se despiden.
La muerte es una transformación que hace parte de la vida misma, es trascender en un plano espiritual del territorio, de acuerdo a los sabedores.
“La muerte es cuando te liberas de todo, etapa de descansar. Irse a Jepira es como estar mucho mejor, no hay conflictos, vuelves a ver a los que fallecen, morirse siendo wayuu es bueno, te reúnes con los tuyos”
“No celebramos la muerte, tomamos la mejor actitud para acompañar, compartir, para consolar el dolor por la desaparición física de la persona, honrar la memoria de quienes se han ido”.
Son algunos de los significados de lo que es la muerte en este pueblo para algunos wayuu.