La partería tradicional hace parte de las prácticas ancestrales afro, indígenas y campesinas de distintas partes del país.
Estos saberes representan un legado invaluable para la salud y la vida de las comunidades en los territorios, en tanto que garantizan su continuidad y reconocen un sistema propio de medicina tradicional, al tiempo que fortalecen procesos organizativos a nivel regional, departamental y municipal.
La participación de Colombia en esta nominación fue posible gracias a los avances alcanzados con la inclusión de los 'Saberes asociados a la partería afro del Pacífico colombiano’ en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional (2017) y la aprobación de su Plan Especial de Salvaguardia.
Estos avances con las comunidades de portadoras y portadores afro tienden puentes con las parterías indígenas y campesinas del país para avanzar con el fortalecimiento de sus procesos salvaguardia.
“La partería ha tenido grandes afectaciones y momentos de riesgo a lo largo de la historia. Ha sido excluida, no se ha comprendido en parte por la relación con el sistema médico alopático, entonces, este reconocimiento nos va a ayudar a esa relación y esa articulación con el sistema de salud actual en este Gobierno", aseguró concluyó la viceministra de los Patrimonios, las Memorias y la Gobernanza Cultural del Ministerio de las Culturas, Adriana Molano Arenas.
"Este reconocimiento ha sido y será un trabajo articulado con la Cancillería, el Ministerio de la Salud, el Ministerio de la Igualdad, con el Sistema del Cuidado de la Vida y el Ministerio de las Culturas. Asimismo, nos demuestra una vez más que Colombia es potencia mundial de la vida”, agregó.
Un tributo a las curanderas, comadronas y parteras del Pacífico Colombiano, que con sus saberes y prácticas acompañan a las futuras madres en el proceso de crear y dar vida.
Allí se dice que son conocedoras de los "secretos de las mujeres" sobre la salud sexual y reproductiva femenina, y desempeñan un papel protagónico en sus comunidades al ayudar a nacer la vida.
En sus culturas, las parteras son de las principales trabajadoras del mundo para traer a toda la humanidad.
Se encargan de favorecer y cuidar el bienestar de la mujer y su familia en estados tan importantes como el embarazo, parto y puerperio, pero su acompañamiento va más allá de atender las implicaciones físicas y biológicas que estos estados desencadenan.
Así, preparan el hogar para que el trabajo de parto de la mujer, su cuerpo, y el tiempo del bebé sean respetados, y para que la transición del útero al hogar sea lo más cordial y armonioso posible, celebrando con alborozo la llegada de cada vida y propiciando así el parto humanizado.
Las parteras llegan a todos los rincones del Pacífico, auxiliando así a mujeres, que si no fuera por su presencia, no tendrían ningún tipo de acompañamiento durante su gestación, alumbramiento y pos-parto.
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Situación grave, especialmente si se tiene en cuenta que la tasa de mortalidad por embarazo, parto y puerperio en la región es bastante alto, principalmente en departamentos como Chocó, Cauca y Nariño.
De ahí la importancia de reconocer el papel clave de las parteras y sus conocimientos se constituyen en un aporte importante del mundo afro e indígena de esta parte del país.