La migración europea a finales del siglo XIX, trajo consigo la diversidad de culturas, entre estas se destacan expresiones musicales como el tango, que surge en Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay), para luego expandirse al mundo entero.
La fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, junto a los castizos, criollos e inmigrantes europeos llevaron este sonido a diversas latitudes. Originalmente se da entre las clases bajas, en zonas y barrios populares, un arte que también desarrolló su propia historia en Colombia.
“Resulta que el tango es la primera forma cultural urbana del mundo, entonces Colombia estaba pasando de comunidades rurales a comunidades urbanas a comienzos del siglo pasado, muchos pasaron del campo a ser empleados de oficina”, asegura Juan Zapata, docente investigador y tanguero.
En esa época, las notas del tango milonga y las letras del tango arrabalero cautivaron al país, con estos sonidos los colombianos se sintieron identificados, dando fuerza y eco a un género que para la época era novedoso. “El tango trajo un mensaje, para esta nueva clase social que surgió a inicios y mediados del siglo XX”, indica el experto.
El 24 de junio de 1935 marcó una época clave para este movimiento en Colombia, en esa fecha un accidente aéreo enlutó a la comunidad tanguera, la muerte Carlos Gardel enaltecía este género musical en esa ciudad donde aún se le rinde tributo.
“Obviamente en esa época el tango enamoró a la nueva concurrencia, en Medellín, Cali, Manizales y Bogotá. Con la muerte de ‘El zorzal criollo’ se engrandece el tango en Medellín”, señala el docente.
Para Zapata, Medellín es la capital del tango, recuerda que participó en los momentos finales de esa tendencia, “porque yo era un estudiante de la Universidad de Antioquia, y asistía de ‘pegao’ a esos festivales del tango en Manrique”, relata.
“El tango tiene una proyección a otros géneros musicales a otros géneros universales, como lo es el bolero, dado que hay bolero-tango y tangos que se han vuelto boleros”, explica Gustavo Escobar, aficionado de la ciudad de Medellín, quien resalta la declaratoria que la Unesco el otorgó a este género como patrimonio de la humanidad en 2009.
Escobar afirma que en Medellín el tango sigue vigente, tanto que hay una amplia oferta de lugares para vivir y disfrutar esta pasión. “En Guayaquil, Manrique, El Poblado y el centro de la capital antioqueña, eran los sitios donde más se escuchaba tango, pero aún persisten sitios como el Bar Málaga y la Casa Gardeliana, el Centro Cultural Homero Manzi y El Patio del Tango entre otros”, sostiene.
En esta ciudad se realiza cada año el Festival Internacional de Tango, conocido como ‘Festitango’, un evento que reúne a aficionados de distintos países, clasificado como el segundo festival más importante del mundo en este género. “Aquí se realizaba la 'Tangovía', en Manrique, pero la violencia hizo que ese evento se cancelara, estamos trabajando para retomarla”, cuenta Gustavo, con un poco de nostalgia.
El tango constituyó un lugar especial en Colombia, artistas como Óscar Agudelo, ‘El Caballero Gaucho’, Carlos Julio Ramírez, Luís Ramírez, José Barros, Bernardo Saldarriaga, Aura Cardozo, María Alba, Alberto Rossi, entonaron sus melodías. En la actualidad se exportan bailarines a todo el mundo, dando cuenta de que Colombia este género también cultivó un estilo propio, una identidad basada en esa multiculturalidad de sus raíces.