El año pasado se presentó un ambicioso proyecto turístico que contemplaba la instalación de un puente de vidrio y una zona de servicios construida con parqueaderos y locales comerciales cerca al Salto de Tequendama, bien cultural y natural ubicado a una hora de Bogotá.
Sin embargo, la idea no convenció al Ministerio de Cultura que señaló una serie de debilidades del proyecto.
El Salto de Tequendama es una atracción turística natural y cultural con una imponente cascada natural ubicada en el municipio de Soacha, a unos 30 kilómetros del suroeste de Bogotá, que cuenta con el encantador mito de la cultura indígena muisca, que dicta que dicho salto fue formado por acción divina de Bochica, dios hijo del sol, quien le enseñó a los aborígenes a hilar el algodón y tejer mantas.
Allí se construyó La Casa Museo del Salto de Tequendama, lo cual se llevó a cabo entre 1923 y 1927. En ella funcionó un hotel hasta la década de los 50, tiempo en el cual, para todo visitante a Bogotá, era indispensable la visita al Salto de Tequendama, que contaba con un valor turístico tan importante como subir al cerro de Monserrate.
Lee aquí: El turismo rural, una opción sostenible para el campesinado colombiano
La Casa Museo del Salto de Tequendama es un ejemplo de lo que se denomina paisaje cultural, lo cual es la evidencia de la interacción del ser humano con un bien y con la naturaleza a lo largo de siglos de historia, lo que convierte a esta casa en un lugar de memoria y en un referente de la cultura local y nacional.
Este lugar, que por temas como la contaminación fue perdiendo interés turístico en las últimas décadas, infortunadamente también cuenta con un pasado oscuro.
A inicios del siglo pasado fue escenario de múltiples suicidios. Cronistas de los diarios locales relataban las historias de las personas que se lanzaban al vacío, en muchas ocasiones impulsados por una pena de amor, de acuerdo con las cartas de despedidas que dejaban.
La negativa
El proyecto denominado ‘Mirador Jardines Colgantes del Tequendama’ no fue aprobado por el Ministerio de Cultura, debido a que no tuvo en cuenta los valores estéticos que dieron lugar a la declaratoria del inmueble Casa Museo Salto del Tequendama, ni contempló el potencial arqueológico del lugar, siendo esta una de las zonas arqueológicas más importantes de América, como lo destacan los estudios arqueológicos de los investigadores Correal y Van Der Hammen.
Según la evaluación realizada por el Ministerio de Cultura, los proponentes no tuvieron en cuenta tampoco el carácter emblemático del lugar, la casa como testimonio de la historia del ferrocarril de la Sabana, el carácter iconográfico de la casa inserta en el paisaje del Salto del Tequendama y retratada en distintos momentos por destacados fotógrafos, pero tampoco el carácter iconográfico del Salto en sí.
Además, no se presentó un concepto previo favorable por parte de las autoridades ambientales a nivel regional o nacional, lo cual es clave porque el área de la cascada del Salto del Tequendama fue declarada Patrimonio Natural de Colombia el 19 de noviembre de 2019.
Lee también: Ecoturismo, una oportunidad de crecimiento económico en el sur del Meta
La evaluación no encontró una justificación clara de la propuesta, ya que el puente no tendría la función de conector entre dos destinos definidos, ni satisface una necesidad de la comunidad.
También aclararon que la propuesta no es compatible con la vocación forestal y los ecosistemas estratégicos (bosque de niebla), señalados en el Plan de Ordenamiento Territorial del municipio.
Así las cosas, nuevamente el Salto de Tequendama se queda sin un proyecto sólido para lograr su reactivación turística que beneficie a la comunidad del municipio de Soacha y sus alrededores, con su belleza natural y profundo valor cultural e histórico.