Hoy celebramos los 482 años de Bogotá, la ciudad que nunca se detiene. Que despierta todo tipo de emociones con sus particulares calles, que sorprende con el impredecible clima que enseña que siempre hay que estar preparados para cualquier cambio.
Desde su fundación, el 6 de agosto en 1538, ha sido símbolo de resistencia. Ha visto los grandes momentos del país y ha transformado su imagen al punto de ser la Bogotá que conocemos actualmente.
Al ser el hogar de más de siete millones de personas, está lleno de lugares para celebrar la diversidad cultural que la representan. En conmemoración a esta fecha, nada mejor que hacer un breve recorrido por 10 lugares imperdibles de la capital.
1. Monserrate
El santuario del Señor de Monserrate, fundado en 1640, es el símbolo por excelencia de la capital colombiana. Está situado a 3.172 metros sobre el nivel del mar, en la cima del Cerro de Las Nieves o cerro de Monserrate.
El cerro era conocido como ‘Cerro de Las Nieves’, los muiscas, lo llamaban así por su frecuente nubosidad. Su nombre actual lo debe a la Virgen de Monserrat.
La historia de este ícono sagrado se remonta a la misma época en que nació Bogotá, hace casi 500 años, cuando el artista Pedro de Lugo Albarracín le dio la imagen al santuario en 1640. La actual edificación fue terminada en 1920.
La devoción que inspira el monumento a los fieles, hace el domingo, cientos de creyentes se reúnan en el lugar. Así como turistas que deciden ir a disfrutar del mirador y los restaurantes que también se encuentran ahí.
El clima del cerro es mucho más frío que el de la misma ciudad, razón por la que quienes lo visiten deben ir bien abrigados.
Subir al cerro es toda una travesía. Hay a disposición varias opciones: un sendero peatonal, con 2350 metros de recorrido por escalones irregulares; también servicio de teleférico, una cabina tirada por cables, que toma cerca de cuatro minutos y que permite apreciar la vista mientras se completa el recorrido; finalmente el funicular, un tren pequeño en el bosque que deja en los visitantes una sensación más tranquila por su lento andar y el contacto con la naturaleza.
2. Cerro de Guadalupe
El cerro de Guadalupe, ubicado junto al de Monserrate, es reconocido como uno de uno de los cerros tutelares más altos de la ciudad.
En la cima se encuentra una pequeña capilla consagrada a la Virgen de Guadalupe, de ahí su nombre. También se puede encontrar una estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción que mide 15 metros de altura, que fue elaborada por el escultor Gustavo Arcila Uribe en 1946.
La capilla ubicada en el cerro estuvo destruida durante varias décadas y solo hasta 1940 se volvió a reconstruir. Este recinto religioso realmente corresponde a la Virgen Inmaculada, patrona de la Arquidiócesis de Bogotá, a pesar de que el cerro es conocido hace cuatro siglos como Guadalupe.
Es posible subir a este cerro por la carretera que conduce al municipio de Choachí. Todos los domingos del año se celebran misas desde las 9:00 de la mañana.
3. Plaza de Bolívar
La plaza de Bolívar es sin duda un punto de referencia para los bogotanos pues ha marcado la historia durante casi 200 años.
Los 13.903 metros cuadrados que comprende pueden albergar a 55.612, este aforo ha sido ocupado durante actividades políticas, religiosas y sociales.
Ha tenido una larga trayectoria. Fue inicialmente una gran plaza de mercado, años después fue llamada Plaza de la Independencia, dando lugar a las grandes historias que ahora se cuentan en las que los próceres entregaron su existencia en pro de la liberación.
En 1846 fue instalado el Busto de Bolívar, sin embargo, años después se cambió su posición. Originalmente miraba a la Catedral Primada, ahora se dirige al Palacio de Justicia.
La plaza que ha sufrido diversos cambios, hoy en día parte de un complejo de edificios gubernamentales, a su alrededor están El Congreso de la República, La Casa de Nariño, El Palacio de Justicia, El Palacio Liévano, La Catedral Primada, El Colegio de San Bartolomé y La Casa del Florero.
4. Teatro Colón
El teatro Colón es uno de los escenarios artísticos más importantes del país. No hay persona que no se maraville ante su estilo arquitectónico.
Bajo las órdenes del entonces presidente Rafael Núñez, el Teatro Colón fue construido entre 1885 y 1895 por el arquitecto italiano Pietro Cantini. Para su construcción fue necesario fundar una escuela de oficios que formó a 162 obreros en los procesos necesarios de construcción y decoración.
En 2014, luego de permanecer cerrado al público por el plan maestro de renovación, las puertas del teatro volvieron a abrirse.
En su interior hay distintas obras, desde pinturas hasta lujosas lámparas que le dan un toque aún más sofisticado.
La Sala principal del Teatro Colón tiene una capacidad total de 773 sillas divididas en cuatro niveles: platea, palcos de primer, segundo y tercer nivel y galería. La sala se destaca por su estilo neoclásico. Ofrece al público toda la belleza de su estilo arquitectónico y una acústica ideal para disfrutar de los mejores espectáculos de las artes escénicas y de la música.
5. Parque Metropolitano Simón Bolívar
El Parque Metropolitano Simón Bolívar es el más grande de la ciudad con 113 hectáreas, cuenta con una estratégica ubicación en el corazón de la ciudad, amplios espacios verdes y 11 hectáreas de lago.
Ha sido el espacio para distintas actividades religiosas, como la visita de los papas Pablo VI y Juan Pablo II, culturales y festivales como el famoso Festival de Verano, Rock Al Parque entre otros.
6. Museo Nacional de Colombia
El museo más antiguo de Colombia, creado hace 197 años, es uno de los más antiguos de América. Está compuesto por 17 salas de exposición permanente que exhiben alrededor de 2.500 obras y objetos, símbolos de la historia y el patrimonio nacional.
En su calendario también hay espacio para exposiciones temporales, que son el espacio ideal para presentar muestras de historia, arte y arqueología nacionales e internacionales.
Asimismo, hay espacio para programación académica y cultural que incluye conferencias, conciertos, presentaciones de teatro, danza, proyecciones audiovisuales, entre otros.
7. Biblioteca Luis Ángel Arango
Situada en el centro histórico de Bogotá, en La Candelaria, la Biblioteca Luis Ángel Arango es la biblioteca pública más importante del país y una de las más visitadas pues recibe alrededor de 5000 visitantes diarios.
Cuenta con más de 2 millones de títulos distribuidos a lo largo de los 6 pisos y los 2 sótanos que componen la edificación.
La biblioteca lleva el nombre del entonces gerente general del Banco de la República: Luis Ángel Arango. Fue él quien inició en 1955 las gestiones para construir el edificio diseñado para albergar la gran biblioteca pública.
La biblioteca cuenta con alrededor de 2000 puestos de lectura y una colección de aproximadamente 2’500.000 volúmenes que incluye casi todos los libros publicados en Colombia durante los siglos XIX y XX. Se dice que las colecciones de la biblioteca incrementan en cerca de 120.000 ejemplares por año, incluyendo compras y donaciones.
Tiene en su interior una Sala de Libros Raros y Manuscritos, donde hay más de 21 mil títulos de materiales, entre los cuales se encuentran: ediciones antiguas europeas impresas antes de 1880, ediciones antiguas colombianas impresas antes de 1930, mapas, atlas y material cartográfico impreso y manuscrito realizados antes de 1905, grabados originales, caricaturas y láminas en técnicas especiales, una colección de rollos de pianola y partituras de música colombiana, una valiosa colección de fotografía antigua, que incluye desde tarjetas de visita del siglo XIX, hasta registros fotográficos de comunidades indígenas colombianas realizados por destacados antropólogos a mediados del siglo XX, entre otras excentricidades.
8. Museo Santa Clara
El antiguo templo perteneciente a la orden femenina franciscana de las Clarisas que se fundó en Santa Fe de Bogotá en 1629, es ahora el museo de Santa Clara.
Este espacio que se entrega en 1983 como museo público tiene como objetivo investigar, conservar, divulgar y exhibir los procesos culturales de los siglos XVI, XVII y XVIII, es perspectiva de la construcción de la identidad de los colombianos. La iglesia y el convento fueron testigos de los acontecimientos históricos de la nación.
En los últimos años, el Museo Santa Clara ha experimentado una renovación museográfica que ha acercado a los públicos a su historia y colecciones. Visitar el Museo Santa Clara es sumergirse en la experiencia de la representación barroca de los siglos XVII y XVIII. Su arquitectura, imágenes y decoraciones dan cuenta de las dinámicas sociales y culturales de la época colonial.
9.
El emblemático complejo deportivo de Bogotá, es el lugar de encuentro de miles de aficionados al fútbol.
Fue Gaitán quien promovió la construcción del recinto deportivo en los terrenos donados por una de las familias más prestantes de la capital: la familia Camacho. Inicialmente, tuvo un aforo de 23.500 espectadores, pero su acogida fue tal que hubo que ampliar el espacio, logrando su actual aforo de 60.000 fanáticos.
A partir de 1967 quedó habilitado para los juegos nocturnos gracias a una adecuación del sistema de iluminación artificial.
Actualmente, los aficionados pueden visitar el museo ubicado en el primer piso de la tribuna de occidental (Carrera 30), en donde encontrarán artículos alusivos al mundo del fútbol, camisetas y una completa galería de fotos con énfasis en la era de El Dorado con formaciones antiguas de Santa fe, Millonarios y grandes ídolos del balompié bogotano.
10. Cementerio Central
El cementerio más antiguo de Bogotá, ubicado en Santa Fe, fue construido por Pío Domínguez y Nicolás León en la presidencia de Francisco de Paula Santander.
El cementerio fue declarado Monumento Nacional en 1984, debido a su arquitectura y aporte cultural a la ciudad. Allí reposan los restos de personalidades de gran importancia histórica para el país como Francisco de Paula Santander, expresidente de Colombia, Luis Carlos Galán Sarmiento, político liberal, Leo Kopp, fundador de Bavaria, los poetas Rafael Pombo y José Asunción Silva, entre otros.
Alrededor del campo santo giran muchas creencias. Hay quienes visitan el cementerio para pedir favores a los muertos, dejando dulces, flores o velas. Los lunes, por ejemplo, se evidencian rituales de intercambio de favores a quienes reposan allí.
El lugar también es frecuentado por personas con afinidades por las artes y la arquitectura, ya que hay gran variedad de tumbas y esculturas.