La historia de Yuberjen Martínez comienza en Turbo (Antioquia), en ‘barrio Mocho’. Es el tercer hijo de doña Neila Rivas y don Everjo Martínez y de sus puños brotó la única medalla de plata para Colombia en el boxeo de los Juegos Olímpicos.
Este deporte llega a la vida de Yuber cuando su familia se traslada para Arboletes, otro de los municipios que conforman la región de Urabá. Allí, por una afortunada casualidad y luego de una jornada de estudio, se iría a entrenar con Wilberto Barón, mejor conocido como ‘Asprillita’. Desde sus comienzos mostró condiciones excepcionales para este deporte.
“Desde que el pelao fue, le gustó. A la tercera vez ya esparreaba, demostrando su potencial y ahí comenzó la historia del viejo Yuber”, señala el joven carpintero.
Nuevamente el traslado de su familia para otro municipio de Urabá, marcaría un punto de inflexión en su carrera. En Chigorodó, se conoce con Wilber Blanco, quien se encargó de guiarlo a su primer título departamental.
“En el 2011 en un campeonato en Carepa quedó campeón, por lo que Abelardo Parra lo concentró dos meses y nos fuimos a Bogotá y allá también ganó”, recuerda el entrenador, que sigue preparando a sus pupilos en medio de la precariedad, en un lote al aire libre, bajo la inclemencia de un sol. Nada ha cambiado cinco años después de la presea de plata de Martínez.
Eran días donde los estudios y entrenamientos, se alternaban con un trabajo como mecánico de bicicletas. Javier Parra, propietario del almacén, recuerda que eran frecuentes las ausencias de Yuber para entrenar. “Se me volaba en el instante, cuando al rato llegaba con sus guantes de boxeo en el cuello a retomar sus labores”, recuerda una de las personas que estuvo con Yuber en sus inicios deportivos.
De sus puños llegó en Río 2016, la cuarta medalla para Colombia en el boxeo de los Juegos Olímpicos. Alfonso Pérez y Clemente Rojas ganaron bronces en Múnich 1972; y Eliécer Julio, en Seúl 1988, también conquistaría una presea de bronce para nuestro país.
Martínez prepara su paso hacia el boxeo profesional, por lo que Tokio será su última olimpiada. Una decisión que marcará una nueva etapa en su carrera. “Cuando ese tipo se vaya a pelear profesional, va a ser un caballo”, sentencia Wilber y agrega: “A él lo catalogo como un fenómeno, porque cuando un boxeador pasa del segundo asalto, es cuando se siente todo el desgaste. Yuber parece que no sintiera, es muy resistente en su combate. Antes de mermar, va subiendo”, resalta.