El mundo entero fue testigo del viaje del multimillonario británico, Richard Branson, a la frontera del espacio. La travesía la realizó en compañía de un equipo de cinco tripulantes, a bordo de la nave VSS Unity de su compañía Virgin Galactic. Pero, ¿qué tan cerca está la humanidad de vivir este tipo de experiencias más a menudo y con costos más asequibles?
Para Germán Puerta, divulgador científico con énfasis en Astronomía, esta es una hazaña que hace parte de lo que ya se conoce como turismo espacial y que existe hace más de 20 años. Sin embargo, destaca que lo del magnate también es una novedad porque logra llegar al espacio en su propio cohete.
“El primer turista fue un multimillonario llamado Dennis Tito, que viajó al espacio el 30 de abril de 2001, pagándole 20 millones de dólares a los rusos para que lo subieran a la Estación Espacial Internacional en una nave Soyuz; allí estuvo unos 10 días. Desde entonces, cinco turistas más han ido al espacio, incluida una mujer, una iraní que viajó en el año 2006 y quien también pagó 20 millones de dólares”, relata.
Volviendo al caso de Branson, el experto explica que la innovación radica en lo que hará este empresario: poner una clase de ‘taxi especial’ para hacer turismo al espacio. “Por el momento, estos viajes son solo para millonarios, pero esperamos que en el futuro el turismo espacial sea algo más corriente”, comenta.
El científico sostiene que un vuelo espacial de este tipo involucra ingeniería y tecnología demasiados costosas y novedosas. Señala que las misiones Apolo llegaron a costar alrededor de 250 mil millones de dólares.
Alianzas poderosas
A diferencia de la época en la que el hombre llegó a la Luna, que estuvo precedida por una lucha entre potencias con agencias espaciales, Puerta expone que ahora se observa una alianza de agencias nacionales y agencias aeroespaciales privadas, donde hay numerosos países involucrados, no solo Estados Unidos y Rusia, sino otras naciones de Europa, hasta China y Japón.
“Las agencias aeroespaciales privadas tienen una ventaja sobre las agencias nacionales y es que son muchos más ágiles en sus procedimientos y estrategias. Además, hay un objetivo común que es conocer el universo y el sistema solar, los cuales terminan siendo objetivos comerciales”, anota.
Flotar en órbita por la tierra u hospedarse en un hotel alrededor de la Luna, podría ser una de las posibilidades a explorar en este tipo de planes.
“El turismo espacial se va a volver más frecuente en algún momento; incluso, la luna de miel podría ser en la Luna. Y en ese camino van a viajar artistas, escritores, entre otros. Estamos hablando de que esto va a ocurrir en los próximos 40 años”, vaticina el científico.
Viajes al espacio serían una realidad
El experto indica además que la competencia por ofrecer estos servicios podría abaratar los precios, considerando que más agencias espaciales estarán involucradas, pero Richard Branson llevaría la delantera con su Virgin Galactic y su espacio puerto.
“Creo que el vuelo vale 200 mil dólares, no se necesita ser tan millonario, son como 700 millones de pesos. Ahí el problema es conseguir el cupo, porque hay muchas reservas y cientos de personas quieren viajar en este vuelo que, además, es bastante corto. Más adelante tendremos vuelos orbitales muchos más largos y, por este motivo, los planes de construir hoteles espaciales están en camino”, detalla.
Con base en los videos que circulan en la estación espacial, Puerta asegura que viajar al espacio debe ser algo fascinante: desde ver la manera como las auroras boreales se mueven en los polos y la experiencia maravillosa de flotar sin gravedad.
El astrónomo concluye que todas estas previsiones dan cuenta de que el espacio será cada vez más cercano y cotidiano para las nuevas generaciones, por lo que considera importante la formación en estas áreas del saber.
“Esos jóvenes que hoy en día tienen entre 10 a 15 años de edad van a tener una relación más frecuente con el espacio, de ahí la importancia de involucrarnos en estos temas, de tener más conocimientos sobre ciencias del espacio y la astronomía”, precisa.