Desde la mecedora de madera en la que está sentado, son pocas las palabras que pronuncia, pero la gaita hembra, su compañera inseparable, habla por él. Manuel Antonio García Caro, más conocido en San Jacinto, Bolívar, como el maestro Toño García, nació el 16 de enero de 1930. Con 92 años, es el único sobreviviente del legendario grupo ‘Los Auténticos Gaiteros de San Jacinto’.
Las ideas ya no las coordina, pero por momentos se acuerda de esas grandes gestas que realizó por todo el mundo con la mítica agrupación. Son pocas las fuerzas que le quedan, pero aun así tiene el aliento para ejecutar la gaita y cantar. “Candelaria, Candelaria, ahí Candelaria de mi vida”, canta una y otra vez el maestro con la gaita en sus manos.
“Él pasa así en la mecedora cantando, toca la gaita, canta y a veces se pone a hablar con nosotras. Nos pregunta dónde nació. Le doy gracias a Dios por habernos permitido tenerlo durante estos 92 años, estamos muy alegres y orgullosas de que esté aquí, a nuestro lado. Esperamos que Dios le dé más fuerza, vida y salud para que siga viviendo”, relata Beatriz García, hija del maestro Toño García.
Los ojos del maestro brillan y se emocionan cuando la persona que está conversando con él le pregunta por el ‘Show de la mica prieta’, un espectáculo que hacía Nicolás Hernández, ‘Nico’ (auténtico gaitero ya fallecido) y quien fuese su compañero por muchos años. ‘Nico’, quien tocaba la gaita macho, hacía los gestos de un mico y luego acariciaba a Toño.
Para historiadores y expertos de música de gaita, el maestro Toño García es un ícono y una persona a la que hay que valorar. De hecho, Los Gaiteros de San Jacinto homenajearon al legendario gaitero con un trabajo musical que titularon Toño García, el último cacique.
“Toño García es el alumno principal de José Manuel de Jesús Mendoza, a quien reemplazó después de su muerte en la gaita hembra. Toño se vincula con una canción importante que se llama ‘El regreso’, la cual lo inmortalizó. De ahí su aporte a los Auténticos Gaiteros de San Jacinto. Toño García Caro es el último de los gaiteros y es el que lleva el estandarte en estos momentos de la antigüedad en la gaita hembra”, explica Numas Armando Gil Olivera, filósofo e historiador de San Jacinto, Bolívar.
Cada vez que escucha el nombre de San Jacinto, el maestro vibra en su mecedora. De inmediato se vuelve a llevar la gaita a la boca y empieza a sacar melodías. De repente deja de entonar la gaita y comienza a hablar de su tierra y de lo que significa ser gaitero. “Yo soy gaitero porque San Jacinto es la tierra de los gaiteros. La gaita es un instrumento que vale la pena tocarlo. Desde los 12 años estoy tocando la gaita. ¡Que viva el maestro Antonio García!”, sostiene el gran maestro.
El legado del maestro García sigue más vivo en todas las calles y esquinas de este municipio de los Montes de María. Su música ya tiene herederos, uno de ellos es Rafael Pérez García, reconocido artista de San Jacinto.
“Toño García es el último juglar de la gaita, significa mucho. Es el historial más importante de la gaita en Colombia porque es el único sobreviviente de aquella generación memorable. El maestro significa todo el historial de la gaita”, argumenta Rafael Pérez, sobrino del maestro Toño.
‘El último cacique’ es sinónimo de grandeza en San Jacinto, su aporte al folclor de esta región es invaluable, una marca imborrable que es escuchará por la eternidad a ritmo de gaita.