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Música andina de Nariño, herencia y legado ancestral de los ritmos del sur

Hablar de música andina en Nariño significa hablar de toda esa música que viene de los sonidos relacionados con los andes
Música andina, herencia y legado ancestral de los ritmos del sur
Foto: Colprensa.
Nicolás Torrés

Al hablar de música andina en Colombia, se habla de bambucos, pasillos, vals, torbellinos, sanjuaneros y otros ritmos, pero al hablar de música andina en Nariño, se habla de toda la música que viene de los sonidos relacionados con los andes, con el tocar de quenas, bombos, sikus, charangos, pinkillos y zampoñas, asociados a ritmos como la saya, tinkus, huaynos y sanjuanitos.

Nariño, al estar en el sur de Colombia, en la frontera con Ecuador, y en especial por ser de los últimos lugares donde llego el imperio de los Incas con su extenso sistema vial Qhapaq Ñan, es el lugar donde el término de música andina cambia a ritmos afines a los Andes.
 
Este departamento es bien conocido por ser de tradición musical, se ha destacado por acoplar los ritmos de la música tradicional andina latinoamericana con tal facilidad y perfección, que agrupaciones como DamaWha, Raíces Andinas, Quillacinga y Tierra Mestiza, se inspiraron a la creación de una fecha especial en la fiesta magna de los nariñenses, ‘El Canto a la Tierra’ el 3 de enero en el marco del Carnaval de Negros y Blancos en Pasto.

Hablar de estas agrupaciones es hablar de más de 30 años de historia musical, donde los Kjarkas, Intillimani, Illapu, Altiplano y otros grupos del sur del continente, influyeron enormemente para que estas se inclinaran por la música andina tradicional latinoamericana.

Para Carlos Enríquez, director de Tierra Mestiza, “En los años 80 y 90 la difusión que tuvo esta música, y la necesidad de los grupos dancísticos por acoplar estos ritmos a sus presentaciones, permitió acogerla de manera empírica en agrupaciones que incipientemente comenzaron a generar sus propias composiciones y, en esa época en casi todo el departamento de Nariño era muy grato y muy común ver a jóvenes con los instrumentos andinos entre sus brazos para generar este ritmo, ya sea para los grupos dancísticos o para sus propias agrupaciones musicales”.

Con la creación de los grupos de danza de música andina y el acompañamiento de las agrupaciones que tocaban estos ritmos, comenzó a darse un fenómeno muy particular, y es que querían articular todo esto a la fiesta magna. 

La necesidad de tener una murga integrada por instrumentos andinos dentro del desfile magno del 6 de enero, llevó a la creación de Indoamericanto, el primer grupo coreográfico que salió con música tradicional de los andes en el carnaval, y desde ahí fue un crecimiento exponencial, tanto para los grupos dancísticos como los musicales. 

“La gente al conocer que se podía integrar esta música, que estaba en crecimiento, con las danzas tradicionales y la fiesta más importante de los nariñenses, hizo que comenzaran a crearse más agrupaciones de los ritmos andinos y sobre todo a cogerle más cariño a esta música que está presente en nuestras venas”, explica Hernán Coral, director de Raíces Andinas.

Dado a este desarrollo de los grupos dancísticos y musicales de ritmos andinos, los organizadores del Carnaval de Negros y Blancos decidieron crear el ‘Canto a la Tierra’ o también conocido como el desfile de colectivo coreográficos, un día exclusivo para que estos desfilen por la senda, rindiéndole un agradecimiento a la madre tierra por la fiesta más importante del departamento.

¿Es suficiente este esfuerzo para mantener la tradición? 

Lastimosamente la música tradicional andina latinoamericana perdió fuerza. Los establecimientos que eran dedicados a esta música dejaron de existir, y muchas de las agrupaciones que hacían música, solo se dedicaron a acompañar a los colectivos coreográficos. 
“La globalización y la falta de apoyo de los entes gubernamentales hicieron que esta linda corriente musical dejara de gustar como antes, fuimos pocos los que quedamos y con las uñas hemos dado lo mejor para mantener esta música, pero lastimosamente las radios comerciales, solamente apoyan músicas donde tienen estereotipos pues bastante carentes de raíz y dejaron de lado los sonidos con contenido artístico”, así lo expresa Fabio Lozano integrante de la agrupación DamaWha.
 
Hay algo que hay que tener muy claro y es la gran influencia de los ritmos de la música tradicional andina latinoamericana, así como lo dice Diego D’Alba cantautor de música tradicional fusionada con nuevos sonidos, quien afirma que: “La influencia de las agrupaciones como Tierra Mestiza, DamaWha y Raices Andinas es muy grande, son una escuela muy importante dentro de la música nariñense, su aporte a los ritmos que hoy se generan en el sur es significativo, y es que gracias a ellas tenemos ese desfile tan lindo en carnavales”.  

Para Yeimmy Argoty, líder de las agrupaciones Bambarabanda y Sexteto Caracha, “esta música nos conecta con nuestra raíz incaica, y hace que en nuestras composiciones innegablemente estén presentes, es muy grande su influencia, nos lleva hacia la cordillera de los Andes y permite inspirarnos y crear a partir de estos hermosos ritmos”.  

Hoy en día la música andina latinoamericana ha repuntado un poco en su creación gracias a las nuevas plataformas de difusión musical, permitiendo que esta estilo de música se escuche en todo el mundo, con agrupaciones como Kaipimicanchi, Izury, Runakam, La Tulpa Raymi, entre otras, estén en el foco de la nueva escena musical, eso sí con nuevas composiciones y fusiones de ritmos e instrumentos nuevos con lo que fue esa música hecha en los años 80’s y 90´s.

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