De clubs a eventos multitudinarios: el auge de la música electrónica en Colombia
Miles de fanáticos de DJs nacionales e internacionales se reúnen, sin importar el lugar, para bailar y disfrutar de sonidos que los transportan hasta lugares desconocidos.
Durante las últimas semanas, en Bogotá, Medellín, Pereira, Cartagena y otras ciudades se han realizado grandes eventos de techno y música electrónica, a los que han asistido no solo miles de colombianos sino también extranjeros. Y es que sin importar el lugar, los amantes de estos sonidos se congregan y emocionados bailan sin descanso, gritan, se liberan y experimentan nuevos sonidos musicales y visuales.
Por supuesto, este género musical no es nuevo en el país: desde hace varias décadas se crearon clubs y discos que se volvieron protagonistas en la vida de miles de personas y, a partir de ese momento, se gestó una comunidad que cada día crece más.
Hoy, miles de fanáticos de DJs nacionales e internacionales se reúnen para disfrutar de sonidos que los transportan hasta lugares desconocidos, en medio de la noche donde la individualidad desaparece y una masa de humanos bailan, al unísono, sin parar.
"La energía" dicen muchos en las fiestas techno se siente más que en otros lugares, refiriéndose a la sensación de libertad que aseguran experimentan. Por esto nos preguntamos por qué a las personas les gusta tanto la música electrónica y cómo influye en la sociedad colombiana, así como en el mundo, apoderándose no solo de las bibliotecas musicales de millones de personas, sino también de sus estilos de vida.
Eventos y estrellas mundiales, con mujeres protagonistas.
Una de las razones de por qué el techno se populariza cada día más en Colombia es que hay eventos de talla continental y mundial, a los que asisten no solo público colombiano sino también de diferentes lugares del mundo, quienes en sus viajes incluyen a las fiestas electrónicas como una parada obligada.
Sebastián Guzmán es uno de ellos, pues este año ha asistido a varios eventos de techno en la capital del país, en Medellín y en Santa Martha. Nos cuenta que "cuando voy a una fiesta de música electrónica siento euforia, relajación y me desconecto de los problemas", "me parece que es una experiencia única y que me sirve para tener espacios de entretenimiento y distracción".
En este sentido, son varios los proyectos nacionales que cada día crecen: en asistentes, patrocinadores y la en importancia de los artistas, donde las mujeres también son protagonistas. DJs como Nina Kraviz (rusa), Amelie Lens (belga), Anetha (francesa) y muchas más han brillado con sus espectáculos y han puesto a bailar a miles hasta el amanecer.
Sobre esto, Jorge Iván Jaramillo —magíster en Ciencias Sociales, doctor en Pensamiento y Cultura en América Latina y posdoctor en Comunicación, Educación y Cultura— comenta que:
"Antes hablábamos de Tiesto o artistas parecidos. Hoy día, en un festival de electrónica o en un festival internacional, lo que escuchas son nombres de mujeres, que han entrado a la escena para resignificar el género y a utilizar una cantidad de recursos visuales.”
Agrega que “también hablamos de mujeres experimentales, por ejemplo en el Coachella Björk se renovó de una manera increíble. Nuevos sonidos con cuestiones electrónicas. Yo me la imagino a ella mirando el panorama en muchos raves" dice refiriéndose a la multifacética artista islandesa.
Libertad después de la pandemia
El control que enfrentamos durante la pandemia nos impidió encontrarnos durante varios meses. No podíamos vernos presencialmente y, en el transcurso de una buena temporada, las fiestas (al menos legales) estuvieron suspendidas, por lo que el retorno a la normalidad incrementó una especie de "desfogue" entre los aficionados a este y otros géneros musicales.
"Después de la pandemia encontramos un revival de las escenas musicales", "el encierro llevó a que las primeras salidas las personas se desfogaran, pero cuando nos concentramos en la escena electrónica, house, techno y de otras movilizaciones estéticas, auditivas, artísticas, vemos que Colombia ha sido un espacio muy importante para este tipo de sonidos" comenta el mismo experto en estudios sociales consultado por Radio Nacional.
Aunque para él esto no se reduce exclusivamente a las restricciones que dejó la contingencia de salud pública en nuestras sociedades, sino que existen otros factores tales como movimientos estéticos y culturales que influyen para que cada día se popularice más este tipo de eventos en nuestro país.
Sobre este tema, Jessica Araque, otra de las seguidoras de este tipo de música en la capital, nos cuenta que "cuando asisto a una fiesta de música electrónica me siento libre, porque puedo bailar como quiera sin que nadie me juzgue o critique", además agrega que "en mi día a día tengo varias ocupaciones, por lo que este tipo de eventos es un tipo de escape a mi cotidianidad. Más cuando enfrentamos una pandemia como lo fue el Covid 19, todos queríamos salir y bailar".
Lo que se puede relacionar con lo que cuenta Jaramillo, "después de la pandemia sí hay un crecimiento de las raves más importantes a nivel nacional", ya que considera que durante los últimos dos años los eventos han mejorado en su logística y cada día son más las personas que asisten para disfrutar de una noche de fiesta, buena música y compartir con sus amigos.
Cuestión estética: visuales
Jaramillo también asegura que otro de los puntos importantes dentro del crecimiento de la escena techno y electrónica en Colombia, es que los eventos que se realizan tiene diferentes connotaciones a nivel estético, lo que permite la confluencia de diversas personalidades y estilos. Dice que muchos de quienes asisten lo hacen portando "estilos fashionitas".
"La apuesta fashionista de los festivales es muy importante y hay que verla desde una perspectiva socioantropológica. Yo por ejemplo voy a estos festivales y siempre veo gente muy fashionista, con los últimos modelos, con apuestas de color y luces que son muy interesantes y que atraen a las personas".
Con esto concuerda Alejandra Gómez, quien asistido festivales de música electrónica en Colombia. Dice que disfrutar de este tipo de eventos es una experiencia estética, porque se reúnen varios aspectos en uno:
"La fiesta techno también es moda; todos los que asisten escogen un outfit con el que generalmente se sienten cómodos, libres y expresan de alguna u otra manera la conexión con la música. Techno es música, moda y libertad".
Durante los festivales, las personas buscan lo que coloquialmente llamamos "sus mejores pintas". Esta tendencia no se limita únicamente a la escena techno-electrónica del país, sino que se encuentra presente en otros festivales, independientemente del género musical.
Apertura, inclusión y entretenimiento
Quienes han asistido a eventos de techno en Colombia saben que este tipo de fiestas son incluyentes. "La escena gay electrónica [que se da en el país] tiene que ver con apertura" para Iván Jaramillo en este tipo encuentros la inclusión es clave y representativa. Además de que:
"Se están resignificando los sonidos, las músicas, los cantares, los estares. Perfectamente como yo puedo estar un día en un concierto de electrónica, a los ocho días puedo estar en un concierto de Fito Páez y al mes de Totó la Momposina", "En estas fiestas y festivales vemos cómo se van resignificando los sonidos".
Por otra parte, el entretenimiento es uno de los temas claves y centrales dentro de las eventos de electrónica (y de todo tipo de fiestas por supuesto), pues cuando hablamos de ellas nos referimos a la industria cultural "que suple grandes mercados, estamos viendo que está dentro de una amplia variedad de consumo, de resignificaciones y de muchas prácticas que tiene y ofrece a públicos de diferentes edades".
Para concluir, podemos decir que Colombia siempre ha sido una buena plaza no solo para los eventos de techno y electrónica, sino también para otros géneros musicales, como por ejemplo el reggaeton, que han encontrado en nuestro país, además de artistas talentosos, una fanaticada creciente que asiste a conciertos, festivales, fiestas y disfrutan de ellos.