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En Villanueva, La Guajira, la paz se construye a ritmo de acordeones

Semillas Villanueveras es una academia donde se forman musicalmente niños y jóvenes de escasos recursos.
Karen Yiceth Pedroza

En el municipio de Villanueva, en La Guajira, un semillero de alrededor de 60 niños de escasos recursos se forman en música vallenata, gracias a la gestora cultural Amalia Mazeneth. Ella, inquieta porque en la ‘cuna de acordeones’ nadie estuviera educando a los menores para no perder esta tradición, comenzó a tocar puertas para fundar lo que hoy es Semillas Villanueveras.

“Fui hasta las escuelas y a los barrios vulnerables a conseguir niños para conformar la escuela, con el objetivo de rescatarlos de la drogadicción y otros flagelos que afectan a la sociedad”, relató Amalia.

Tras mostrar el talento de los pequeños y jóvenes artistas, este proyecto comenzó a recibir apoyo de personajes y organizaciones dedicadas a preservar el arte y la cultura.

Mazeneth contó que, cuando nombraron a José Félix Lafaurie presidente de la fundación Festival Cuna de Acordeones, este le prestó el quiosco de su casa y gestionó la entrega de acordeones para comenzar a instruir al semillero de niños. 

Acordeón

Además, la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias puso sus ojos en Semillas Villanueveras y está trabajando de la mano de la academia, con el fin de garantizarle a los pequeños aprendices formación musical, desarrollo de su talento y mejoramiento de la calidad de vida.

“Rafael González, el director de Organizaciones Solidarias, nos visitó y quedó fascinado con los niños. Nos dijo que se iba a hacer cargo del proyecto y ya estamos en el proceso”, añadió la gestora cultural, quien se ha convertido en una madrina para los menores.

Los niños y jóvenes han recibido talleres de reconocidos exponentes de la música vallenata como Poncho Zuleta y Rosendo Romero, entre otros artistas.

Semillas Villanueveras ya comenzó a dar frutos al sacar de la academia talentosos artistas que hoy participan en los diferentes festivales de la región y en programas musicales de televisión a nivel nacional. 

A ritmo de acordeones, los 60 niños que conforman esta escuela musical construyen paz en Villanueva, un territorio que en los años 90 fue afectado por el conflicto armado.

“Me siento muy feliz porque le estamos aportando a la paz a través de la música, logrando que en vez de coger en sus manos un arma, los niños y jóvenes cojan un acordeón, una caja o una guacharaca”, puntualizó Amalia, allí, sentada en su mecedora como de costumbre, mientras sus ojos se iluminaban de esperanza.

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