De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las huertas periurbanas o también conocidas como agricultura urbana, logra sistemas agroalimentarios sostenibles y ofrece una estrategia fundamental para fomentar la resiliencia del suministro de alimentos de una ciudad.
En el sur del Tolima, en el municipio de Rioblanco, cincuenta familias recibieron apoyo por parte de la Corporación Autónoma Regional del departamento y la alcaldía municipal para desarrollar las huertas periurbanas, ejerciendo la agricultura con cultivos de hortalizas dentro del área urbana, utilizando espacios pequeños pero calificados para realizar cultivos con pocos recursos, haciendo uso también de materiales reciclables para aprovechar el espacio de las huertas.
Este proyecto que le apuesta a la soberanía alimentaria está liderado y acompañado por Herlendi Bocanegra.
“Para mí las huertas es tener la disponibilidad de alimentos y el acceso de nosotras a un consumo nutricional adecuado. Mi sueño es que cada ser humano tenga soberanía alimentaria, la independencia de defender el valor de sus cultivos, localizar los sistemas alimentarios, promover el conocimiento y ser compatible con la naturaleza, defender lo que cultiva y reconocer lo que desea comer”, aseguró Bocanegra.
De acuerdo con la Organización Semillas, la soberanía alimentaria prioriza la producción agrícola local para alimentar a la población, así mismo, el acceso de los/as campesinos/as y de las personas sin tierra a la tierra, al agua, a las semillas y al crédito. De ahí surge la necesidad de las reformas agrarias, de la lucha contra los organismos genéticamente modificados para el libre acceso a las semillas y de mantener el agua en su calidad de bien público, para que se reparta de una forma sostenible.
Según Herlendi Bocanegra, lideresa social de Rioblanco, Tolima, con las huertas periurbanas se apuesta a defender el derecho a la alimentación sana, siendo ellas mismas quienes deciden qué consumir sin afectar a la naturaleza con agroquímicos, de manera que beneficia a sus familias y a sus semejantes, “somos una comunidad, nunca comemos solos, siempre compartimos con las personas más necesitadas. Esto significa más progreso no solo para nosotras sino también para nuestro municipio”, indicó Edith Cortés, beneficiaria del proyecto.
Por su parte, Adriana Buitrago, integrante de las huertas periurbanas, manifestó “llevamos directo de la huerta a la cocina, sin intermediarios, sin químicos. Para mí es y ha sido una terapia porque me distraigo, mejoro la salud, me ocupo con este nuevo oficio”. Las mujeres rioblancunas que pertenecen a este proyecto también trabajan por la pedagogía para que más personas en el municipio y en el sur del Tolima se motiven a cultivar sus propios alimentos de manera sana para ellas y la naturaleza.
Trabajar por la soberanía alimentaria le apuesta a que la población tenga el derecho a producir sus alimentos, como también poder decidir lo que desean consumir. Asimismo, la soberanía alimentaria reconoce el trabajo de las mujeres en la producción agrícola y su participación en las políticas agrarias.