A 2.800 aumenta el número de indígenas de la comunidad Embera Katío en el departamento de Risaralda, que salieron desplazados desde la zona rural del corregimiento de Santa Cecilia en Pueblo Rico, huyendo de, al parecer, amenazas y presencia de grupos armados en el territorio.
Estas casi 500 familias integradas por niños, adultos mayores y mujeres embarazadas se encuentran en el coliseo del corregimiento de Santa Cecilia, lugar en el que están hacinados dada la cantidad de personas en el reducido espacio.
A esta problemática se suma el aumento de casos de malaria, una enfermedad que pone a Pueblo Rico y Mistrató bajo una vigilancia especial, pues son las comunidades más apartadas del territorio y las que tienen la totalidad de los casos.
Así lo confirmó Wilton Mejía, coordinador del programa de Enfermedades Transmitidas por Vectores (ETV) de la Secretaría de Salud de Risaralda, al manifestar que con un 87% de los casos reportados de malaria durante lo corrido del 2022, Pueblo Rico es un municipio de especial vigilancia.
“En total son 480 casos atendidos en centros asistenciales, pero, de ese número, 366 casos son del municipio de Pueblo Rico (87% del total); aunque hay una disminución respecto al año pasado donde representaba el 97% de los casos en esta misma semana epidemiológica correspondiente a la 18, se debe seguir trabajando en la zona”, indicó el funcionario.
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El municipio de Mistrató también tiene un alto número de casos al resto del departamento, pues a la fecha es el segundo municipio en vigilancia especial, registrando 55 casos confirmados de malaria, el 13% restante del total acumulado en el departamento en lo corrido del 2022.
“Se han realizado jornadas de fumigación en las veredas donde se presenta el mayor número de casos, garantizándoles a los pacientes el tratamiento, la identificación de criaderos y mucha información a la comunidad”, agregó el coordinador de la Secretaría de Salud.
Agregó que la malaria es una enfermedad muy grave porque, en el peor escenario, lleva a la muerte de las personas y es muy importante tener en cuenta que más del 50% de los casos se registran en menores 10 años, por lo cual es indispensable continuar haciendo promoción y prevención, donde las comunidades juegan un papel fundamental para identificar los criaderos y ayudar a eliminarlos.
“Con la fumigación se elimina el vector adulto, pero lo más importante son los criaderos que no se eliminan con la fumigación. Los estudios han identificado que después de las 5:00 de la tarde la hembra que la transmite sale a picar y vemos en las comunidades rurales y dispersas a los niños jugando en pantaloneta y sin camisa, esto hace que sean de fácil picadura por el vector”, concluyó el profesional.
Dada esta contingencia y la de orden público en el territorio indígena Embera Katío, las autoridades en el departamento de Risaralda analizan la posibilidad de decretar la Urgencia Manifiesta, pues son pocos los recursos con los que cuentan para brindar atención a los más de 2 mil indígenas desplazados.