María Valentina Bolaño nació el 20 de diciembre del 2004, en este corregimiento que, para esa época, aún se resistía a desaparecer por la violencia. Es hija de un electricista y una cocinera, quienes la han apoyado desde el primer momento en que comenzó a jugar con los primeros balones en las desoladas calles de esta población que se encuentra ubicada a unos 24 minutos de la cabecera municipal.
Aunque ella no vivió la violencia que dejó a su pueblo como un territorio fantasma, su familia sí tuvo que pasar los momentos más duros. Este caserío, a finales de los noventas y principios del 2000, pasó de tener unos 5.000 habitantes aproximadamente a quedar prácticamente solo; un 90% de la población tuvo que salir huyendo para no ser exterminados por los grupos al margen de la ley que imperaba en la zona.
Bolaño está cumpliendo su sueño; jugar en un equipo profesional, Comunicaciones Alianza FC.

No te lo pierdas: Los Cardenales reciben a los Pijaos y se escuchará a través de Radio Nacional de Colombia
Desde pequeña soñó con ser futbolista. Ella recuerda que, desde que tuvo uso de razón, comenzó a recorrer las calles de su tierra natal pateando balones con sus amiguitos y amiguitas. “Mi infancia fue una infancia muy linda. “Una infancia que cualquier niño quisiera tener”, recuerda.
Bolaño tuvo sus primeras experiencias en la cancha de Casacará, cuando participaba de los torneos intercursos de su colegio o intercolegiados de la región. De ahí saltó al Club Cóndor FC Valledupar de la capital del Cesar, vitrina que le serviría en el mes de enero para que fuera fichada por el equipo de fútbol profesional colombiano Alianza FC, donde hoy posee el dorsal número 16.
Ella explica que, durante su experiencia futbolística, ha jugado en diferentes posiciones, pero ya encontró en la que se siente cómoda. “Inicié como arquera, luego pasé a ser defensa, después delantera y al final, en mi antiguo Club Cóndor FC Valledupar, me destacó como volante y ahí estoy jugando”.
‘Mari’, como es conocida cariñosamente la volante, solo espera ese día en que una llamada la lleve al siguiente peldaño, ser convocada al onceno tricolor. “Mis expectativas son estar siempre en la 11 y poder jugar el tiempo que el profesor me brinde la confianza para destacarme y, si Dios me lo permite, jugar en Selección Colombia”, expresó entre risas.
Lee también: Encuentro Nacional de Prácticas Ancestrales: evento que unirá a indígenas de todo el país por medio de la tradición y el deporte
Motivaciones
Esta joven de 20 años de edad es un referente para las nuevas generaciones de su corregimiento, quienes llegan hasta el Estadio Farid Díaz de Codazzi cada vez que ella va a tener un encuentro de fútbol profesional colombiano.
María Valentina se prepara cada día para cumplir sus sueños.
“Han venido muchos niños y niñas de Casacará a verme jugar. Ellos siempre se ven muy emocionados. Me piden fotos, autógrafos y dicen que quieren ser como yo. Como mis compañeras. “Ser ese ejemplo para ellos me da mucha alegría”, cuenta.
Aunque siempre soñó con jugar fútbol profesional, nunca pasó por su mente competir en su municipio defendiendo los colores del departamento del Cesar. Hoy su mayor orgullo son sus padres y hermanos que a diario la impulsan para que sea la mejor, y así poder lograr el sueño tan anhelado de llegar a la Selección Colombia.
