En el barrio Marroquín I, del oriente de Cali, se escuchan rumores, ruidos, y sonidos. Son las voces y expresiones de los niños y niñas de Radio Guayaba con Gusano, un colectivo que nació en octubre de 2018 por iniciativa de Luis Einer Castaño Rengifo y los colaboradores de la emisora comunitaria Oriente Estéreo.
“Un día íbamos por la orilla del caño de Marroquín y nos encontramos a tres chiquitos que estaban en un árbol de guayaba. Yo ya venía con la idea de hacer algo con esos niños que pasaban mucho tiempo en la calle sin hacer nada, entonces les propuse que si querían hacer radio con nosotros y me dijeron que si”, recuerda Luis Castaño.
El colectivo Radio Guayaba con Gusano se formó inicialmente con la idea de crear un lugar seguro para la entretención y utilización del tiempo libre de los niños del territorio, mediante estrategias de producción radial que generaran espacios propicios para el diálogo y la construcción de paz. Todo esto en medio de un contexto como el de Marroquín y el Distrito de Aguablanca, donde se concentran grandes problemáticas socioculturales y económicas.
“La verdad es que es muy pesado porque hay jóvenes que consumen drogas desde muy temprana edad, niñas pequeñas en embarazo, violencia y pandillas”, explica Jennifer Díaz Pareja, de 16 años, más conocida como “Jlo” en el colectivo.
Bajo este contexto, Radio Guayaba con Gusano comenzó haciendo radio en vivo a través de la emisora Oriente Estéreo 96.0 FM. Ahí los más pequeños locutaban contando sus experiencias, perspectivas, preocupaciones e intereses.
“Nosotros siempre nos reuníamos como grupo y definíamos los temas que queríamos hablar. Todos aportan su granito de arena. Nos reuníamos en la emisora a hablar y definíamos los temas importantes”, cuenta Jhon Alejandro Martínez Valdés, de 15 años, uno de los fundadores de la Guayaba.
Posteriormente, los integrantes de Radio Guayaba con Gusano comenzaron a buscar apoyo y explorar nuevas herramientas para narrar el territorio y a sí mismos. Lo anterior, con la idea de crear procesos de autorepresentación para contar historias desde lo popular, lo cercano y lo propio.
“Hicimos talleres para narrarse desde lo sonoro y lo visual. Realizamos talleres de radio y locución, pero este proceso iba más allá. Era un ejercicio de escuchar a las chicas y los chicos de lo que les pasaba en sus barrios, sus casas y sus colegios. Y también se trataba de jugar, tuvimos ludoteca e hicimos talleres de promoción de lectura”, dice Luis, quien siempre ha estado al frente del proceso.
Con esta visión, el colectivo ha venido creciendo y ha logrado, incluso, la consecución de algunos estímulos culturales, permitiéndole producir piezas más elaboradas sobre temas cercanos a los integrantes, incluyéndolos a ellos en el proceso.
“A mí Radio Guayaba me cambió mucho, tanto en lo que he conocido como en la persona. Me ayudó a entender muchas cosas y me hizo apasionar más por mis estudios. Ahora pienso en mi futuro”, cuenta Jennifer, quien lidera el proceso con los más pequeños.
Para Luis, lo más enriquecedor del proceso ha sido el empoderamiento de los adolescentes del colectivo. Ellos son los que ahora han asumido el liderazgo en términos técnicos, sociales y organizativos.
“Hace unos años hicimos una mesa de radio frente a cien docentes en la Universidad del Valle y los chicos contaron cuál y cómo era la educación que se soñaban. También, Alejandro y Jennifer han sido profes de un grupo de 16 niños del barrio, convocándolos y acompañándolos”, dice Luis emocionado.
Ahora la proyección de las guayabitas, como se nombran los más pequeños del colectivo, es comenzar a explorar nuevas narrativas para contarse.
“Vamos a intentar gestionar recursos para hacer un transmedia, donde se tenga mucho aspecto visual y sonoro. Aunque yo privilegiaría el sonido, pero ellos quieren hacer video. Y uno debe hacer en comunidad lo que realmente ella quiere hacer y ellos quieren contarse desde el video”, explica Luis.
De esta forma, trabajando desde y por los intereses de la comunidad, Radio Guayaba con Gusano le apuesta a construir territorio, creyendo en la necesidad del reconocimiento del otro y usando la comunicación como forma de generar identidad, diálogo y paz.