En el corazón de Colombia, la región amazónica se distingue como un tesoro natural incomparable; este vasto territorio es el hogar de exuberantes selvas, ríos y una biodiversidad deslumbrante.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la Amazonía abarca el 4,9% del total de la superficie continental del mundo, extendiéndose por territorios como: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
Dentro de esta vasta región, destaca la cuenca del río Amazonas, la más extensa del planeta, además, este caudal representa aproximadamente el 20% de toda el agua dulce en la superficie terrestre global.
En la esquina noroccidental de la vasta Gran Cuenca Amazónica, la porción colombiana se destaca ocupando 42% del territorio nacional, según Luz Marina Mantilla, directora general del Instituto Sinchi. Esta extensa región comprende los departamentos de: Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés.
La Amazonía colombiana exhibe una notable diversidad climática y ecosistémica, incluyendo la vertiente de la cordillera Oriental, que le confiere una variada gama de temperaturas y condiciones propias de un entorno tropical. Esta riqueza se manifiesta no solo en el clima y el paisaje, sino también en la diversidad ambiental que caracteriza a la región, identificándose cuatro distintas subregiones amazónicas en Colombia.
Según Luz Marina Mantilla, la Amazonía colombiana es única y presenta diferentes paisajes, desde la planicie Amazónica hasta la salida hacia la Orinoquía y la influencia de los Andes en la región amazónica andina.
También destaca la influencia del paisaje guyanés, evidente en lugares como el parque Chiribiquete y los cerros de Mavicure.
La Amazonía desempeña un papel crucial en la regulación del clima a nivel mundial, entre sus destacados servicios ambientales, contribuye significativamente al ciclo del agua, aportando alrededor del 15% del agua dulce que se distribuye por todo el planeta.
Además, la región alberga los llamados "ríos voladores", una expresión que ilustra la Amazonía como una verdadera bomba de agua, ejerciendo una influencia climática a escala global.
Esta red hídrica no solo abastece de agua a vastas regiones, sino que también influye en la regulación climática a medida que distribuye este recurso esencial. Así, la Amazonía se transforma y se vuelve un factor clave en la estabilidad climática del planeta.
“Hoy hablar de la Amazonía es hablar de la posibilidad de la humanidad, de mantenerse la humanidad, porque sí faltará la Amazonía, que es el bosque más grande que tiene hoy el planeta, pues no vamos a tener regulación ni de clima ni del agua dulce, de manera que esa expresión de regular el clima es más para la función amazónica que para la parte interna”, asegura la directora general del Instituto Sinchi.
En cuanto a la biodiversidad, un estudio del Instituto Sinchi revela las siguientes cifras hasta el año actual:
777 aves
184 reptiles
183 anfibios, de los cuales 3 son posibles nuevas especies
13 mamíferos medianos y grandes
52 mamíferos pequeños
1.176 microalgas
192 hongos formadores de micorrizas arbustales
228 termitas, de las cuales 5 son posibles nuevas especies
424 hormigas de las cuales 1 es una posible nueva especie
111 microinvertebrados acuáticos de los cuales 2 son posibles nuevas especies
64 peces de los cuales 1 es una posible nueva especie
La flora, según el Herbario Amazónico Colombiano, COAH, se registran 9.793 especies, de las cuales 31 son posibles nuevas especies.
Y es que, aunque esta región cuente con factores positivos a nivel global, no deja de enfrentarse a grandes amenazas como la deforestación. Según Luz Marina Mantilla, casi el 11% de la Amazonía colombiana tiene un nivel de afectación debido a la deforestación.
Por otro lado, la minería ilegal es una amenaza tanto para los ecosistemas como para las especies que se encuentran en esta región.
Luz Marina Mantilla asegura también que “la falta de compresión de lo que representa la región amazónica para el planeta también es una de las amenazas más grandes porque la gente no entiende a que está jugando y cree que eso se puede reparar y resulta que hay momentos en los que ya no se podrá reparar temas de la Amazonía y por eso estamos hablando de esos números de no retorno”
“Me preocupa muchísimo el tema de la minería ilegal y la pérdida de la gobernanza cultural y la pérdida de los valores de las comunidades indígenas, porque ellas sí que tienen tacto para enseñarle a la parte occidental de este país, de manera que es muy importante los ejercicios de divulgación que se hagan sobre la Amazonía”, agregó Mantilla.
Pero, a pesar de estas amenazas, también ha habido proyectos exitosos de desarrollo sostenible que han tenido un impacto positivo en la Amazonía colombiana, algunos de ellos son llevados a cabo por el Instituto Sinchi y se han enfocado en:
El conocimiento de la oferta de biodiversidad que como bien lo menciona Luz Mantilla todavía no se tiene completa, “vamos al campo hacer temas relacionados con los inventarios turísticos de fauna, biodiversidad y todavía seguimos encontrando especies nuevas para la ciencia”.
Desarrollo de acuerdos de conservación y no deforestación con comunidades locales que hoy son la base para la política de contención a la deforestación a través de los núcleos de desarrollo forestal, “ahí hay un tema importante, el de la bioeconomía; nosotros hemos venido desarrollando proyectos exitosos en la región amazónica en alianzas en algunos casos con el sector privado para que pueda existir una mayor transformación”, afirma la Directora general del Instituto Sinchi.
A esto, también agrega que “nosotros creemos que hay que considerar por supuesto todos los temas de conservación, pero también hay que considerar esa oferta importante de biodiversidad y en ese sentido hay que impulsar de manera respetuosa el uso sostenible de la biodiversidad para tener empleos verdes para que haya unos circuitos importantes de productos que se puedan ofertar en diferentes partes del país y en el exterior y por supuesto, encadenamientos productivos que van directamente a fortalecer las cadenas de valor de estas especies amazónicas”.